Palacio de
Lecumberri, la cárcel que volvía locos a los prisioneros
Conoce la historia del Palacio de Lecumberri,
la cárcel fundada por el presidente Porfirio Díaz en 1900, de la que se han
desprendido terribles memorias de inhumanidad.
Las celdas de castigo del Palacio de Lecumberri eran oscuras,
frías y no tenían baño; en ellas eran encerrados los prisioneros con mala conducta y que en
consecuencia necesitaban correctivos drásticos, o simplemente eran puestos ahí
aquellos que eran aborrecidos por los celadores. Aquellas mazmorras eran algo
aterrador para los internos.
El comienzo de la historia
Pero dichas habitaciones aisladas estaban lejos de ser el elemento
más cruel de esta cárcel fundada por
el presidente Porfirio Díaz en 1900. Su
construcción comenzó el 9 de mayo de 1885, en un terreno cuyo propietario había
sido de un español apellidado Lecumberri (de ahí el nombre con el que sería
identificado en adelante). Comenzó a operar como prisión el 29 de septiembre de
1900.
Y es que el solo hecho de vivir
en uno de los siete brazos de la prisión era suficiente motivo para ir
perdiendo la razón poco a poco, y en los siguientes párrafos explicaremos el
por qué.
Lecumberri fue erigida por los ingenieros Miguel Quintana, Antonio
Torres Torija y Antonio M. Anza, quienes decidieron construirla bajo el tipo
de arquitectura carcelaria panóptica, patentada por el inglés
Jeremías Bentham.
El mencionado estilo consiste en
construir una serie de pasillos que culminan todos en un punto y con una sola
torre de vigilancia al centro de 35 metros de altura, la cual era suficiente
para estar al tanto del movimiento de cada interno.
Diseño panoptico del Palacio de Lecumberri. (Imagen
tomada de Facebook).
La distribución de
las galerías en forma de estrella de siete brazos, provocaba que los presos se
sintieran continuamente vigilados, pues todo el tiempo podían ser observados
por los guardias y celadores. Esto les quitaba privacidad e incrementaba la
presión psicológica hacia los reclusos.
Los presos eran
colocados en determinadas galerías o crujías de acuerdo a los delitos
cometidos. En un principio las celdas eran individuales y estaban equipadas con
una cama y sanitario.
Durante sus
primeros años el Palacio de Lecumberri funcionó conforme a lo planeado, sin
embargo el orden y el control en la distribución de los espacios duró muy poco.
Con
ello los prisioneros (que en un inicio eran solo 996) estaban sometidos a una
fuerte presión psicológica que los llevaba a la locura,
puesto que nunca tenían privacidad, ninguno sabía si estaban siendo observados
por el vigía.
Pero
aquello era el inicio de una serie de situaciones que hicieron de Lecumberri, la prisión más inhumana del país. En un inicio
fueron internadas 996 personas, luego la cifra de prisioneros pasó a 3 mil 800
en pocos años, lo que derivó en que las celdas individuales
fueron ocupadas por tres o más personas.
A raíz del hacinamiento las autoridades carcelarias dejaron de poner
atención en el mantenimiento de la prisión, después vinieron condiciones más insalubres y para colmo una escasez de comida que producía que los internos
quedaran en los huesos.
Con estas pésimas condiciones el Palacio de Lecumberri recibió a los
jóvenes capturados tras las protestas de 1968, algunos de los cuales fueron torturados y asesinados dentro.
Curiosidades de Lecumberri
·
En los 65 años que funcionó como cárcel, el
Palacio de Lecumberri contó con varios presos celebres. Algunos de ellos
fueron: José Agustín, David Alfaro Siqueiros, William Burroughs, Gregorio Cárdenas
“El Estrangulador de Tacuba”, José Revueltas, Alberto Aguilera Valadez “Juan
Gabriel”, Ramón Mercader el asesino de León Trotsky, Álvaro Mutis y Pancho
Villa.
·
Aún en un espacio como Lecumberri hubo
espacio para la creación. Por ejemplo, José Revueltas escribió la novela ‘El
Apando’ y David Alfaro Siqueiros pintó durante su estancia un mural
que aún se conserva.
·
Aún y cuando operaba como prisión, funcionó
como locación para varias películas, una de ellas, Nosotros los Pobres,
protagonizada en 1949 por Pedro infante.
·
Hubo dos fugas, la primera fue la de Alberto
Sicilia Falcon y sus secuaces, que salieron por un túnel que daba a la avenida
Héroe de Nacozari; el otro fue el narcotraficante estadounidense Dwight Worker,
que en 1975 escapó disfrazado de mujer.
·
Muchos creen que el título de “Palacio
Negro” viene de las atrocidades que se cometieron en ese lugar. En
realidad ese mote data de 1900, poco antes de su inauguración cuando una
inundación de agua poco salubre hizo que la fachada del edificio se
ennegreciera.
·
Varios trabajadores y vigilantes hablan de
sonidos perturbadores de lamentos, ruidos y gritos que se escuchan por las
noches.
·
Los homosexuales eran enviados a la crujía J,
de ahí nació el término “jotos”.
Palacio de Lecumberri, la decadencia
Pero la llegada del narcotraficante cubano Alberto Sicilia Falcón, sería decisiva para
el futuro carcelario del también llamado “palacio negro”.
Falcón mandó a hacer un túnel de la prisión que desembocara a la
cercana avenida Héroes de Nacozari, dándose a la fuga en 1976. Tras el
escape el gobierno quedó en ridículo, por lo que el presidente Luis Echeverría
ordenó el cierre del penal ese mismo año, el edificio fue convertido en
el Archivo General de la Nación.
Un 26 de mayo,
pero de 1977, un decreto presidencial de José López Portillo estableció que el
hasta entonces tristemente célebre Palacio de Lecumberri se transformaría en la
nueva sede del Archivo General de la Nación, tras más de seis décadas de
funcionar como centro penitenciario.
Ese momento es el
máximo punto de inflexión en la historia de este inmueble de la Ciudad de
México; que marca la frontera entre las tinieblas del pasado y la
luminosidad de un presente dedicado a la preservación de la memoria histórica
del país.
La mejor forma de
entender esta transición, es dando un breve repaso por los capítulos más
significativos en la historia de este sitio emblemático.
Exterior
del Palacio de Lecumberri (Imagen tomada de Facebook).
(Imagen
tomada de Facebook)
https://www.reconociendomexico.com.mx/el-palacio-negro-de-lecumberri/
Renacimiento del Palacio
Para aprovechar las dimensiones de este enorme edificio, se decidió que
fuera la nueva sede del Archivo General de la Nación, aunque claro, antes
debían hacerse varias adecuaciones para que este descuidado ex centro
penitenciario pudiera albergar documentos de gran valor histórico. Los
trabajos de remodelación tardaron cinco años y estuvieron a cargado del
arquitecto Jorge L. Medellín. Mientras se desarrollaban estas obras se
encontraron restos humanos en diversas áreas del palacio.
La decisión de trasladar miles de archivos históricos a Lecumberri no
estuvo exenta de críticas. Varias voces cuestionaron el peligro de inundación
que corrían los documentos debido a los desniveles del palacio y a la
proximidad del Gran Canal del Desagüe. Además, la humedad amenazaba con
desgastar el papel almacenada, y en el peor de los casos, provocar la aparición
de hongos.
Aun así el proyecto siguió, convirtiendo a Lecumberri en uno de los
archivos históricos más antiguos del continente, fuente invaluable para la
investigación de la historia de México. En total son más de 17 millones de
documentos invaluables, que suman 53 kilómetros de archivos repartidos en
las siete galerías del palacio.
Algunos de los más importantes o singulares son:
·
Acta de Independencia del Imperio Mexicano
·
Los Sentimientos de la Nación de José María
Morelos y Pavón
·
Las Constituciones de Apatzingán de 1814
·
La Constitución Federal de 1857
·
La Constitución Política de 1917
·
El Plan de San Luis
·
El Plan de Ayala,
·
Las Cartas de Juárez
·
Los Manuscritos de Sor Juana Inés de la Cruz
·
Documentos del Porfiriato y de la Revolución
Mexicana
·
Más de 6 millones de fotografías.
·
Mapas indigenas y coloniales, incluidos en el
acervo de la Inquisición que fueron reconocidos por la UNESCO como “Memorias
del Mundo”.
·
Una muñeca que fue usada en un juicio por
brujería
Poco a poco este inmueble se fue recuperando. Se quitó la torre central y
el espacio fue cubierto con una cúpula que le da una dimensión completamente
diferente al lugar.
Cúpula central del Archivo General de la Nación
(Imagen tomada de Facebook)
https://www.maspormas.com/especiales/archivo-general-de-la-nacion-2/
También se adecuó una sala de banderas y una
biblioteca que fue nombrada José O’gorman.
Actualmente puedes visitar este impresionante
lugar, ubicado en Eduardo Molina #113 (Héroes den Nacozari) Col. Penitenciaria
Ampliación Del. Venustiano Carranza. Su horario es de 9 a 17 hrs, de lunes a
viernes, y los sábados de 10 a 14 hrs.
El Palacio de Lecumberri dejará de ser sede del
Archivo General de la Nación y se convertirá en un pujante centro cultural y
museo de sitio. Las obras para realizar esta transición comenzaron en el 2011.
En cuanto al Archivo General de la Nación, éste se
reubicará en un terreno aledaño, en un edificio nuevo levantado en donde se
ubicaban las antiguas oficinas del Registro Nacional de Población.
Nuevo Archivo General de la Nación (Imagen tomada
de Facebook)
https://espacioarquitectonicoenmexico.wordpress.com/palacio-de-lecumberri/
Archivo
General de la Nación.
Foto: Especial
https://mas-mexico.com.mx/el-palacio-negro-de-lecumberri-entre-la-historia-y-el-terror/
https://vivetotalmentepalacio.mx/una-noche-en-el-palacio-negro/
* * * * * *
A pesar de que el Palacio de Lecumberri hoy ofrece
una imagen muy distinta a la que tenía cuando funcionaba como cárcel, entre sus
muros aún persiste el recuerdo de sus años de obscuridad.
https://noticieros.televisa.com/especiales/luz-y-obscuridad-la-historia-palacio-lecumberri/
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