POZUELO
DEL REY
Introducción
Plaza de la Constitución.
Nuestros pasos nos conducen en esta ocasión a Pozuelo del Rey, un
municipio madrileño de 1.172 habitantes –según el Padrón Municipal del 1 de
enero de 2020– y 31,150 km2 de superficie que se encuentra
situado en el Este de la Comunidad de Madrid, a unos 38,5 km de la capital y a
805 metros de altitud. Limita, al Norte, con Valverde de Alcalá;
al Este, con Nuevo Baztán y Villar del Olmo; al Sur, con Valdilecha; al
Sudoeste, con Campo Real; al Oeste, con Loeches; y al
Noroeste, con Torres de la Alameda.
El relieve de este municipio, enclavado en la alcarria1 de
Alcalá, es poco accidentado, con una altitud media de alrededor de 800 metros.
Las mayores alturas se levantan en el centro y el Este del término, con 841,6
metros en el paraje de Valladares, en el límite con Valverde de Alcalá.
La climatología del lugar –seco y, en invierno, frío– no ha
propiciado el crecimiento de grandes masas de árboles, algo que ya se
mencionaba en el siglo XVI, en las Relaciones Topográficas de Felipe II2 –la
carencia de leña–, por lo que la mayoría de su arbolado procede de repoblación.
Éste es el caso de los dos bosques de pinos existentes en el municipio: uno,
alrededor de la Ermita de Nuestra Señora de la Cabeza y el
otro, en el parque existente junto al núcleo urbano, al Sur de la M-219; así
como de los conjuntos de encina chaparra3 y
carrasca4,
de quejigo y de olivar que hay al Sur del pueblo.
Por la superficie de Pozuelo del Rey, sólo discurre un único curso
fluvial, el arroyo de Val de Loeches, de carácter estacional y afluente del
arroyo Pantueña. Al contrario que con los ríos, la superficie de Pozuelo cuenta
con abundantes fuentes y pozos, como atestiguan los nombres de diversos parajes
o el de la propia población. En cuanto a comunicaciones, por este término
municipal pasan las carreteras locales M-209, M-219 y M-224; las vías pecuarias
Cordel5 de
la Galiana, Colada12 de
Torres al Cordel de la Galiana y Vereda de Torres, con los descansaderos del
Fraile y de las Canteras; y parte del trazado del conocido como Tren de
los 40 días, un ferrocarril construido durante la Guerra Civil Española
(1936-1939), cuyo funcionamiento, dadas sus características y motivos de
construcción, terminó a la par que el conflicto.
Resumen histórico
Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos.
Los orígenes de Pozuelo del Rey son un tanto desconocidos, en
cuanto a que no hay información documental acerca de su fundación. No obstante,
tradicionalmente, se ha venido manteniendo que esta población fue fundada por
los musulmanes tras la ocupación árabe de la Península Ibérica y,
posteriormente, repoblada por los cristianos durante la Reconquista14. Es ésta una teoría que se ha visto apoyada por dos de los tres
yacimientos arqueológicos hallados en Pozuelo, al ser uno de origen musulmán,
mientras que el otro lo es cristiano. El tercer yacimiento, por su parte, es
posterior al siglo XVII.
Durante los siglos XI y XII, la frontera Sur entre los territorios
cristianos y musulmanes estaba situada prácticamente en el Tajo, por lo que las
poblaciones del lugar experimentaban las consecuencias de su situación en una
zona de guerra. Así, tras la conquista de Toledo en el año 1085 por el rey
Alfonso VI “el Bravo”, Alcalá, la antigua Complutum romana,
sería un objetivo para las tropas cristianas, las cuales no lograrían su
reconquista definitiva hasta la toma del castillo musulmán de Alcalá la Vieja
en el año 1118 por el arzobispo de Toledo Bernardo de Sedirac. Entre ambas
fechas, 1085 y 1118, Alcalá y su tierra cambiaron de manos en diversas
ocasiones, siendo ocupada, en 1109, por los almorávides15 y en 1111, por Álvar Fáñez, uno de los jefes militares de
Alfonso VI, quien aparece en el Cantar del Mío Cid como familiar y mano derecha
del Cid Campeador:
Cantar del Mío Cid
«Entonces habló Álvar Fáñez, su primo cohermano:
“Con vos iremos Cid, por yermos y por poblados,
Que nunca os faltaremos mientras estemos sanos;
Con vos emplearemos las mulas y los caballos,
Y los hombres y los paños.
Siempre os serviremos como leales vasallos”».
Tras la toma de Alcalá, se
llevaría a cabo la repoblación de la zona, un proceso que sería favorecido con,
entre otras acciones, la exención, total o parcial, del pago de impuestos.
En 1129, Alfonso VII “el
Emperador”, en agradecimiento por el apoyo que el Arzobispado de Toledo le
había dado frente a los musulmanes, dona a éste, de forma perpetua, Alcalá y
todas las poblaciones y terrenos que de ella dependían.
Ermita de Nuestra Señora de la Cabeza.
https://maps123.net/en/ES/ermita-de-nuestra-seora-de-la-cabeza-p79484
Es entonces, bajo esta dependencia, cuando en 1135, el arzobispo
Raimundo de Toledo otorga a este territorio el conocido como Fuero Viejo, un
conjunto de leyes que organizaban cuál era el correcto proceder de sus habitantes
en temas administrativos, judiciales, mercantiles o políticos. A consecuencia
de este Fuero, surge la Comunidad de Villa y Tierra de Alcalá, formada –como
podemos leer en la “Historia de la ciudad de Compluto, vulgarmente, Alcalá de
Santiuste, y ahora de Henares. Parte I”, de don Miguel de Portilla, publicado
en 1709– por Ajalvir, Ambite, Anchuelo, Arganda, Camarma de Esteruelas, Campo Real, Carabaña, Corpa, Daganzo de Abajo o Daganzuelo
(despoblado), Los Hueros, Loeches, Olmeda, Orusco, Perales de Tajuña, Pezuela de
las Torres, Pozuelo del Rey, Querencia (despoblado), Santorcaz, Los Santos de Humosa,
Tielmes, Torrejón de Ardoz, Torres de la Alameda, Valdemora (despoblado),
Valdilecha, Valmores (despoblado), Valtierra (despoblado), Valverde de Alcalá,
Vilches o Bielches (despoblado), Villalbilla y Villar del Olmo.
Unos años después, y por idénticos motivos, Alfonso VIII “el de
Las Navas” cede al Concejo de Segovia el territorio situado entre los ríos
Henares y Tajuña, con lo que varias de la villas y aldeas anteriores –Ambite,
Arganda, Carabaña, Loeches, Orusco, Perales de Tajuña, Pezuela de
las Torres, Querencia (despoblado), Tielmes, Torres de la Alameda, Valdemora
(despoblado), Valdilecha, Valmores (despoblado), Valtierra (despoblado), Valverde de Alcalá,
Vilches (despoblado) y Villar del Olmo– pasan a formar parte de él.
Si nos fijamos en las
poblaciones que pasaron a manos del Concejo de Segovia, se encuentran todas las
que rodean Pozuelo –Nuevo Baztán no existía entonces–, pero no Pozuelo en sí,
lo que puede indicar la poca importancia que entonces tenía el pueblo como para
relacionarlo, no siendo ello motivo para que no pasara igualmente a manos
segovianas. No obstante, esta sencilla explotación no estaría en consonancia
con el hecho de que Pozuelo del Rey sí aparece en las relaciones de las villas
y aldeas alcalaínas realizadas antes y después de dicha cesión.
En 1212, tras la Batalla de las Navas de Tolosa, que significó el
fin del imperio almohade16 en
la Península Ibérica y que está considerada como la batalla más importante de
la Reconquista, las villas y aldeas que habían pasado a formar parte del
Concejo de Segovia volvieron a manos del Arzobispado de Toledo mediante un
privilegio otorgado por el propio Alfonso VIII al arzobispo Rodrigo Jiménez, a
la par que el soberano recuperaba para sí la villa y tierra de Talamanca. En
este privilegio, Pozuelo del Rey, a diferencia de la donación anterior a
Segovia, sí es mencionado como una de las aldeas devueltas a la iglesia
toledana.
En 1223, este mismo arzobispo,
don Rodrigo Jiménez de Rada, modifica el anterior Fuero Viejo y, entre otros
cambios, concede a los vecinos la autoridad de poder renovar, con carácter
anual, a las autoridades civiles de las villas.
Ayuntamiento.
En el siglo XIV, la peste negra causó en Europa la muerte de entre
el 30 y el 60% de sus habitantes, una mortalidad que, igualmente, afectó a esta
región madrileña, causando la despoblación de muchos de sus núcleos habitados.
Entre ellos, cabe citar, por encontrarse en el municipio de Pozuelo, la aldea
de Quexo –también mencionada en ocasiones como Alquexo, Cuejo, Quejo o Quesso–,
que debía de estar situada cerca del lugar de Fuente Quejo, ubicado éste al
Este Nordeste de Pozuelo. Fueron los habitantes de Quexo quienes, tras
abandonar su localidad, se cree que por la peste negra, fundaron el hoy
municipio limítrofe de Valverde de Alcalá.
En el siglo XV, según leemos en la página 82 del Tomo XVII de la
obra “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”,
publicado en el año 2009, se mencionan las actas de una reunión llevada a cabo
en el año 1495, de las cuales se puede desprender que, para entonces, la
Comunidad de Villa y Tierra de Alcalá estaba dividida en cinco “quartos”17 para
unos mejores control fiscal y administración del territorio, perteneciendo
Pozuelo, junto a Loeches y Torres de la Alameda, al “quarto” de Arganda.
A mediados de este siglo, algunas de las cañadas18 manchegas
incluyeron en sus recorridos esta zona, destacando la charca de Pozuelo como un
lugar por el que pasaba un buen número de vías, además de constituir un
abrevadero para los rebaños que se desplazaban por la Vereda de Torres.
En 1509, el cardenal Cisneros otorga el Fuero Nuevo de Alcalá, en
el que no aparece Pozuelo, lo que puede ser un error ya que pocos años después,
en 1528, sí lo hace en el Censo de Pecheros19 de
Carlos V. Aquí, Pozuelo del Rey, mencionado entonces como Pozuelos,
tiene una población de 97 vecinos pecheros y pertenece a la Mesa Arzobispal21 de
Toledo. Igualmente, Pozuelo sí se encuentra relacionada en las Ordenanzas del
Común, del arzobispo Carranza, de 1560.
Veamos, a continuación, las
Relaciones Topográficas de Felipe II, publicadas en 1577, y las respuestas que
los vecinos designados por el Concejo del pueblo, Cristóbal Hernández y
Francisco de Pedrosa, dieron el 16 de abril de 1576 a las cuestiones por las
que fueron interpelados. Así, sobre el nombre de la localidad, dijeron que era
Pozuelo de las Torres y que siempre se había llamado de igual forma.
Sobre la población, las
respuestas fueron que Pozuelo tenía entonces doscientos diez vecinos, todos
ellos labradores que vivían de su trabajo y de los que ninguno era ni rico ni
pobre, ya que todos ellos podían vivir de lo que producían. Habitaban en ciento
ochenta y seis casas construidas con tierra, yeso y tejas. Estos materiales se
obtenían en el pueblo, mientras que la madera, igualmente utilizada, había que
traerla de otros municipios.
Casa de Guardas de la Dehesa de la Torre.
Es interesante señalar cómo en las respuestas se indica “[...]
y antes de ahora ha tenido menos vecinos ansi casas como vecinos, porque se ha
ido aumentando el pueblo”, sin que se expliquen los motivos de dicho
crecimiento demográfico.
Para entonces, la población ya dispone de la Iglesia
Parroquial de Santo Domingo de Silos y de un hospital, sito en una
casa antigua, sin rentas y mantenido por el Concejo, y del que no se sabe quién
lo fundó. Aunque no se menciona expresamente la existencia de un edificio de
ayuntamiento, sí se dice en la introducción de las Relaciones que “[...]
se juntaron en concejo e ayuntamiento e las casas de su ayuntamiento a campana
tañida a donde segun e como lo han de uso e costumbre de se ayuntar para las
causas e negocios complideros al dicho concejo [...]”, por lo que, según
éstas, debía existir alguna edificación que, al menos en algunas ocasiones,
funcionase como ayuntamiento.
También conforme a dichas contestaciones, Pozuelo queda descrita
como una aldea de señorío22 bajo
el corregimiento23 y la jurisdicción de la villa de Alcalá, perteneciente al
reino de Toledo, dependiente de la chancillería27 de Valladolid, de la Catedral de Toledo y que tiene por
señor al arzobispo de Toledo.
El pueblo dispone de justicia seglar28,
otorgada por el arzobispo hasta setecientos maravedíes29,
mientras que en lo demás, se va a juicio a Alcalá. Igualmente, en lo
eclesiástico, también se va hasta esta última ciudad, ante un vicario nombrado por
el arzobispo.
Las autoridades municipales son un alcalde ordinario30, otro de Hermandad32,
tres regidores, dos alguaciles y un procurador, además de un escribano para el
Concejo. De éstos, sólo cobraban por lo que trabajaban el procurador y el
escribano.
Los vecinos también señalan que el lugar está falto de leña y
agua, obteniendo la primera de las heredades33 y
de lo que compran en los pueblos vecinos, mientras que lo segundo lo solventan
con pozos, ante la carencia de fuentes y cursos de agua. Para moler el grano,
se desplazan hasta la ribera del río Tajuña, a dos leguas34 del
lugar.
En cuanto a la producción
agrícola de entonces en Pozuelo, e, igualmente, según las respuestas de
Hernández y Pedrosa, ésta consiste básicamente en aceite, vino y, sobre todo,
pan, de trigo y de cebada. En cuanto a su ganadería, los vecinos sólo tienen el
ganado mayor (bueyes, mulas, etc.), utilizado para los cultivos, siendo pocas
las crías de ganado.
Pozuelo dispone, asimismo, de un terreno del común al que los
vecinos interpelados describen como “[...] un monte calvo que es comun
para le gozar y a la villa de Torres, el cual esta en medio de los términos de
estos dos lugares, que es un sitio pequeño, y este dicho lugar tiene de renta y
propios hasta ciento y diez e seis mil maravedis”.
Pozo de la Rejona.
El arzobispo de Toledo, como señor de la aldea, tiene de renta
seis mil maravedíes, correspondientes al pecho llamado forero35,
siendo superior, según los propios vecinos, la cantidad que el arzobispo
obtiene por los diezmos37 –“[...]
tiene más en los diezmos lo que le cabe conforme se cogen y arriendan, que esto
no se sabe que monta”.
Para finales de siglo, según el Censo de la Corona de Castilla, o
Censo de los Millones, de 1591, Pozuelo de Torres, como es llamado entonces,
sigue integrado en la Mesa Arzobispal de Toledo y tiene una población de 225
vecinos, de los que 220 son pecheros, uno, hidalgo38,
y cuatro, clérigos.
No obstante, a pesar del nombre que Pozuelo tiene en este
documento, es posible que desde 1578 la localidad comenzara a llamarse Pozuelo
del Rey ya que en este año –merced a un Breve39 que Felipe II había obtenido del papa
Gregorio XIII, por el que podía separar de la Iglesia cualquier villa a cambio
de continuar pagando las rentas que ésta estuviese obteniendo de ella– dejó de
formar parte del señorío del arzobispo de Toledo para pasar a ser propiedad de
la Corona.
Como vemos, la población de
Pozuelo ha aumentado durante este siglo: desde los 97 vecinos pecheros de 1509
hasta los 225 de 1591, pasando por los 210 de 1576.
Del siglo XVII, no encontramos demasiada información sobre Pozuelo
del Rey, lo cual ya es algo habitual en las poblaciones madrileñas que vamos
recorriendo a través de uVdM. No obstante, como podemos
leer en la página 85 del Tomo XVII de “Arquitectura y Desarrollo Urbano.
Comunidad de Madrid (zona Este)”, y a pesar de que durante la Guerra Civil
Española se destruyeron los archivos municipales, hay diversa información sobre
el pueblo en los archivos nacionales.
Así, en un documento de 1655, el primero que se conserva en el que
el pueblo es llamado ya como Pozuelo del Rey, disponemos de una instancia
dirigida a Felipe IV en la que el representante
del Concejo, Diego Fernández, tras relatar que el Concejo compró la
jurisdicción de la villa al rey en 1630, y dado que la población de Pozuelo
había disminuido desde entonces de 300 a 200 vecinos –¡un 33% en 25 años!–, por
lo que se veía imposibilitada de hacer frente a los impuestos que debía pagar
al rey, solicitaba que el soberano accediera a la venta de la villa al conde
Oñate y de Villamediana por la misma cantidad que pagaba de impuestos el
Concejo.
Tras la venta, la situación económica del municipio mejoró
notablemente, dadas las obras llevadas a cabo posteriormente, como la
construcción de la Capilla del Rosario, en la iglesia, o la reforma de la Casa
Consistorial, que posiblemente se ejecutó entonces, dada la existencia de un
capitel40 con
la fecha de 1669.
Fuente Nueva.
El siglo XVIII comienza para España con la Guerra de Sucesión al
Trono Español librada entre los partidarios de la Casa de Borbón y los de la
Casa de Austria. Dicho conflicto, en el que vencerán los primeros, asegurando
el trono para Felipe V –quien, además, era a
quien Carlos II había nombrado como
heredero en su testamento–, tuvo consecuencias indirectas para Pozuelo del Rey.
Y es que durante la guerra,
desarrollada entre 1701 y 1713, el financiero navarro Juan de Goyeneche levantó
en el bosque de Acevedo, perteneciente entonces a Olmeda de las Fuentes, una
serie de fábricas de diversos artículos destinados al suministro del ejército
borbónico. Debido a ello, una vez acabada la guerra, Goyeneche y sus fábricas
disfrutaron del favor real, por lo que su funcionamiento redundó en beneficio
de algunas de las poblaciones de la comarca, entre ellas, Pozuelo del Rey. Y es
que, además de generar una mayor necesidad de mano de obra, las instalaciones
fabriles también necesitaron de una buena comunicación con Madrid, viéndose
beneficiada Pozuelo por estar situada en el trayecto de la ruta escogida para
unir las fábricas con la capital y que cruzaba el río Jarama por Mejorada del
Campo.
En 1712, según el Censo de Campoflorido41, Pozuelo tenía una población de 57 vecinos y pertenecía a la
intendencia42 de Guadalajara.
Entre 1750 y 1754, se recabaron los datos con los que se
realizaría el Catastro del Marqués de la Ensenada44 y
del que se acordó tomar como fecha de referencia el 1 de julio de 1752, por lo
que podemos verlo mencionado como Censo de 1752. En esta obra, Pozuelo es
presentada como una villa, propiedad del conde de Oñate, que sigue formando
parte del partido de Alcalá, pero ya no de la intendencia de Guadalajara, sino
de la de Toledo, al igual que el resto de dicho partido. También leemos aquí
que su población total era entonces de 246 vecinos, de los que dos eran nobles,
162, pecheros, 50, jornaleros y 32, pobres de solemnidad45.
El pueblo contaba entonces con un hospital viejo “[...]
que está Innabitable [...]”, 215 casas, un pozo de nieve, propiedad del
Concejo y de don Francisco Miguel de Goyeneche, y con dos molinos, uno de
aceite, de propiedad privada, y otro perteneciente al Concejo y a la iglesia
parroquial. En cuanto a comercios, éstos eran una taberna, una casa-mesón, una
abacería46,
una mercería, una carnicería y un estanco de tabaco.
Entre las profesiones y oficios presentes en la villa, destacan un
médico, un cirujano, un boticario, un fiel de fechos47,
un maestro de primeras letras, un pregonero, dos tenderos (abacero y mercero),
un estanquero de tabaco, un mesonero, un abastecedor de carnes, un pregonero,
varios albañiles, carreteros, herreros, sastres, tejedores y zapateros, además
de vecinos que son labradores y panaderos.
La agricultura del municipio
cultiva, sobre todo, avena, cebada, centeno y trigo, además de olivas y vides.
La ganadería cuenta con 189 cabezas de ganado mular, de las cuales, 133 eran
para labores en el campo y 56, para arriería de panaderos y tráfico de cal; 264
de asnal y, de ellas, 176 de labor y 88, de arriería de panaderos y tráfico de
cal; 4 de vacuno, para labor; 13 de caballar; 41 de cerda; y 378 ovejas –de las
que 197 eran carneros y 180, borregos–, en cuanto a cabezas de lanar. Además,
en el pueblo existe un total de 60 colmenas.
Lavadero, en primer lugar, y Fuente Nueva, al fondo.
En 1768, conforme al Censo del Conde de Aranda48 y
según los datos recabados el 28 de noviembre de dicho año, Pozuelo del Rey
tenía una población total de 920 habitantes50,
de los que 473 son varones y 447, hembras.
Continuamos con el Censo de Floridablanca, de 1787, en donde
Pozuelo del Rey aparece como una villa perteneciente al señorío secular51 del
conde de Oñate, dependiente de la intendencia de Toledo, del partido de Alcalá
de Henares y dotada de alcalde ordinario.
Tiene una población de 726 personas, de las cuales 386 son varones
y 340, hembras. Estos habitantes se reparten entre un vecino escribano, 53
labradores, 96 jornaleros, 37 comerciantes, 25 artesanos, 86 criados, un
dependiente de la Inquisición, un cura, un teniente de cura, un sacristán,
cinco capellanes, un acólito52 y
un ordenado a título de Patrimonio53.
Conforme a este censo, fechado el 13 de marzo de 1787, Pozuelo
cuenta con la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos y
con un hospital sin enfermos ni personal a su cuidado.
Como podemos observar, según
estos censos, la población ha comenzado a disminuir desde los 920 habitantes de
1768 hasta los 726 de 1787, un descenso del 14,46% que pudo estar relacionado
con el cese en 1778 de la mayor parte de la producción de las fábricas que Juan
de Goyeneche había fundado en Nuevo Baztán.
Comenzamos el siglo XIX, del
que pensamos que, antes de continuar, debemos señalar algunas de las
calamidades que el país tuvo que afrontar durante él. A principios de la
centuria, entre 1808 y 1814, se libraría la Guerra de Independencia contra la
Francia napoleónica, que traería consigo la destrucción del territorio
peninsular; desaparecería casi todo el Imperio Español con la independencia de
la América Continental Española a comienzos de siglo y la Guerra
Hispano-Estadounidense de 1898; se sucederían tres guerras carlistas
(1833-1840, 1846-1849 y 1872-1876), llevando cada una de ellas la devastación y
muerte que acompaña a todo conflicto bélico; hubo numerosos pronunciamientos
militares y enfrentamientos armados entre liberales y absolutistas; hubo
cambios de dinastía reinante, con la sustitución de la Casa de Borbón por la de
Saboya, en la persona esta última de Amadeo I (1868-1873), y la Restauración de
los Borbones, con la llegada en 1874 de Alfonso XII. Además, entre Amadeo I y
Alfonso XII hubo un cambio de régimen con la proclamación de la I República, al
frente de la cual se sucederían hasta cinco presidentes, a pesar de su corta
duración (1873-1874).
Una vez bosquejado el siglo, continuemos con la historia a lo
largo de él de Pozuelo del Rey, objeto de esta página. Para ello, la
iniciaremos con el Recuento de Antonio Regàs54,
realizado entre 1824 y 1825, en el que Pozuelo tiene una población de 200
vecinos y ha pasado a formar parte de la provincia de Madrid.
Continuamos con el “Diccionario Geográfico-Estadístico de España y
Portugal”, que Sebastián Miñano55 confeccionó
entre 1826 y 1829.
Plano de Pozuelo del Rey de 1870
(POBL280909_1870_POZUELO_DEL_REY CC-BY CC-BY 4.0 ign.es).
En él, vemos que Pozuelo del
Rey es una villa secular de la provincia de Madrid, del partido de Alcalá y,
religiosamente, del Arzobispado de Toledo, y que dispone de alcalde ordinario.
Su población es entonces de 250 vecinos (un aumento del 25% con respecto al
recuento de Regàs) y 1.008 habitantes (una subida del 38,84% conforme a los 726
de 1787).
Miñano señala la existencia de una parroquia, una ermita
extramuros, un pósito y un pozo de hielo. Su clima lo describe como frío y
desigual; informa de la falta de ríos, fuentes y manantiales, pero, a cambio,
menciona la abundancia de pozos y aguas subterráneas. Miñano habla de la charca
de Pozuelo, de la que dice “[...] y tiene una charca grande o lago,
donde se recogen las aguas llovedizas del pueblo y sus inmediaciones, que sirve
para la recolección del yelo, en un pozo de nieve que hay inmediato”.
También de ella, cuenta que “[...] se suele secar en los estíos,
produce mucha turba, escelente para el abono tierras, y para carbon
vegeto-animal, que resulta de una inmensa porcion de materias vegetales y
animales que bajan de las calles siempre sucias, y de una multitud de insectos
que procrean en sus aguas cenagosas”. Tanto la charca como el pozo son
propiedad de la villa, al igual que un molino de aceite.
Pozuelo, del que cuenta que no tiene más árboles ni prados que los
olivares y viñas, además de un “pedazo” de monte bajo, tiene
una agricultura que produce gran cantidad de trigo, de cebada y de algunas
legumbres, además de aceite y vino. La industria se limita a la del tráfico de
pan y a la cría de ganado lanar, única mención que se hace en este libro de la
ganadería de Pozuelo.
En 1832, desaparecen de forma
definitiva los señoríos y en 1833, hay una reorganización territorial del
Estado. Como resultado de todo ello, Pozuelo del Rey deja de formar parte del
señorío del conde de Oñate y se queda, definitivamente, en la provincia de
Madrid.
La siguiente obra que
consultamos es el “Diccionario geográfico-histórico de España y sus posesiones
de Ultramar”, elaborado por Pascual Madoz entre 1846 y 1850.
En Madoz, Pozuelo se muestra
como una villa dotada de Ayuntamiento y dependiente de la provincia y la
audiencia territorial de Madrid, del partido judicial de Alcalá de Henares, de
la capitanía general de Castilla la Nueva y de la Diócesis de Toledo, con una
población de 205 vecinos, que suman 1.223 habitantes.
El clima es aquí descrito, asimismo, como muy frío. Sobre las
construcciones del pueblo, en este diccionario se señala la existencia de
la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos, de la Ermita
de Nuestra Señora de la Cabeza, del Ayuntamiento, la cárcel y
la escuela de primeras letras, ésta común para ambos sexos; de 214 casas “[...]
de inferior construcción [...]” y de un cementerio “[...] que
no ofende la salud pública”. Cuenta también con varios pozos, de los que se
obtiene el agua potable.
La producción agrícola es de
trigo, avena, cebada, centeno, garbanzos y legumbres. La ganadería cuenta con
cabezas de ganado lanar y vacuno, además de criarse en sus montes caza de
liebres y perdices.
Plano de Pozuelo del Rey de 1870
(POBL280910_1870_POZUELO_DEL_REY CC-BY CC-BY 4.0 ign.es).
En 1865, Cayetano Rosell y López57 publica
la Crónica de la Provincia de Madrid, en donde, sobre Pozuelo del Rey, sólo
aparece su población: 8.381 habitantes. De ella, dada su disparidad con
respecto a la anterior y dada la igualdad de sus tres primeros caracteres de la
izquierda con la del Censo de 1857, con el que a veces coinciden las cifras de
Rosell, pensamos que la población que debía de aparecer en la obra de Rosell es
la de 838 habitantes.
Continuamos con la “Guía de Madrid y su provincia”, elaborada
entre 1888 y 1889 por Andrés Marín Pérez58.
Marín describe el clima de Pozuelo como frío, pero saludable y
asigna al pueblo, según el Censo de 1887, una población de 250 vecinos y 1250
habitantes. Sobre sus viviendas, contabiliza un total de 230, de las que dice
que son, en su mayoría, “[...] de un solo piso y bastante antiguas...”.
En esta guía, se nos habla de la existencia de una “[...] hermosa
fuente, titulada el Pudiviello, y un buen pozo, denominado la Rejona [...]”,
que proporcionan el agua potable a los vecinos. Como abrevadero, hay otro pozo,
con una pequeña laguna, denominado el Viejo.
La Iglesia de Santo Domingo de Silos es descrita
aquí como antigua y bien restaurada, mientras que de la Ermita de Santa
María de la Cabeza, se dice que “[...] en cuya capilla se celebra
con entusiasmo la fiesta de su titular y se venera su imagen colocada sobre el
altar [...]”. Sobre la Casa Consistorial, en donde, además, se
halla la cárcel, se apunta aquí que “[...] bajo ningún punto de vista
que se considere, ofrece ninguna particularidad digna de publicarse”.
El pueblo cuenta con dos escuelas de instrucción primaria, una
para cada sexo, de las que Marín Pérez no habla con entusiasmo, pero sí expresa
que “[...] por lo menos reunen los requisitos que recomienda la higiene
[...]”. Los alumnos son 40 niños y 30 niñas.
Hay un médico en el pueblo que atiende la plaza de Beneficencia,
formada por doce familias, por 750 pesetas al año pagadas por el Ayuntamiento.
En cuanto a los vecinos que pueden pagar la asistencia, les cobra una iguala59 de
7,50 pesetas por familia, aunque, como dice Marín “[...] cuando se
trata de alguna jornalera es tan generoso que disminuye los honorarios, y en
algunos casos suele perdonarlos”.
Pozuelo también cuenta con un
farmacéutico que, por la atención de Beneficencia, cobra 275 pesetas del
Ayuntamiento, y una iguala a los vecinos que pueden pagarle.
El veterinario, por la inspección de la carne y la atención a los
animales, cobra dos decalitros de trigo por visita a cada cabeza, obteniendo en
total más de 4 cahíces60.
Además, el herraje lo cobra aparte y al contado.
Hay en el pueblo dos posadas, a las que este autor se refiere
como “[...] dos pobres posadas, en las que le dan un dormitorio modesto
y reducida comida al estilo del pueblo por 2,50 pesetas”.
Los terrenos de labor ocupan 3.060 hectáreas (ha), 56 áreas (a) y
87 m2, en donde los cereales se extienden por 2.425 ha, 21 a y 65 m2;
la vid, por 205 ha, 19 a y 10 m2; el olivo, por 205 ha, 19 a y 10 m2;
y un coto y un monte cercano al pueblo, y en el que obtener leña, por 117 ha,
89 a y 77 m2.
Casa de Peones Camineros.
Sobre el tipo de terreno, se
describe como algo pedregoso y todo él de secano, indicado para los cultivos
antes mencionados, además de garbanzos y otras legumbres.
La ganadería cuenta con 65
pares de mulas, 15 asnos, 150 cabezas de ganado lanar, cinco de cabrío y 50 de
cerda.
Antes de acabar este siglo,
transcribimos aquí las cifras de los censos de población del Instituto Nacional
de Estadística (INE) de entre 1842 y 1900, en donde se puede ver la disminución
de población del municipio.
En 1842, Pozuelo tenía una población de 1.223 habitantes de
derecho61 y
205 casas; en 1857, de 838 habitantes de hecho y 221 casas; en 1860, de 839 de
hecho y 218 casas; en 1877, de 761 de hecho, 759 de derecho y 216 casas; en
1887, de 627, 627 y 182, respectivamente; en 1897, de 612, 604 y 183, en el
mismo orden; y en 1900, de 581, 610 y 176, también en ese orden.
Entramos en el nuevo siglo
haciendo mención de las obras que, desde finales del siglo XIX y hasta los años
20 del XX, se llevaron a cabo para mejorar las carreteras de Pozuelo del Rey.
De este modo, se construyó la carretera de 3º orden que comunicaba Loeches con
Nuevo Baztán y que en la actualidad es la M-219, al igual que, también por esta
época, continuaron las expropiaciones y acumulación de materiales para la
construcción de la actual M-224, con el fin de comunicar Pozuelo del Rey con
Valdilecha.
Igualmente, en esta primera década del siglo XX, se construyó
la Fuente Nueva junto al lugar donde, hasta mediados de este
mismo siglo, se encontraba la laguna o charca que ya hemos mencionado varias
veces.
En 1921, Juan Ortega Rubio62 escribió
la “Historia de Madrid y de los pueblos de su provincia”, en donde Pozuelo del
Rey tiene, conforme al censo de 1910, una población de 584 habitantes de hecho
y 641 de derecho. Aunque estas cifras suponen un escaso crecimiento, sí es un
cambio de tendencia conforme a cómo había terminado, decreciendo, la anterior
centuria.
Ortega Rubio nos habla brevemente de la Iglesia Santo
Domingo de Silos, de la que alaba la restauración que en ella se llevó a
cabo y aprueba el artesonado63 de la bóveda. Igualmente, sobre el retablo, de 1550, y las
pinturas de éste, afirma que “[...] tienen algún mérito [...]”.
Sobre la Ermita de Santa María de la Cabeza, sólo menciona su
existencia. En cambio, el edificio sede del Ayuntamiento y los
de las dos escuelas unitarias65 los
califica como “[...] edificios regulares [...]”.
Por entonces, y conforme a esta
obra, Pozuelo del Rey tiene una producción agrícola de cereales y legumbres,
conserva ganado lanar y vacuno, además de caza de liebre y conejos. Asimismo,
en su territorio, cuenta con un coto y un monte de leña.
En 1930, la población de hecho
había aumentado hasta los 569 habitantes, mientras la de derecho había
disminuido a los 564, un descenso que también afectó a los hogares, cuyo número
bajó hasta los 141.
Antiguas Escuelas, siglo XX (años 40).
Con la llegada de la República en 1931, Pozuelo del Rey cambió de
nombre y pasó a llamarse Pozuelo de la República. Aunque la Guerra Civil
Española no afectó en demasía a Pozuelo, al estar lejos de los frentes de
combate, sí ocasionó serios daños en la Iglesia de Santo Domingo de
Silos. También trajo consigo que por su término pasara el conocido
como Ferrocarril de los 40 días y que hubiese un campamento
que alojase tanto a milicianos reponiéndose de los combates como a prisioneros
de guerra del bando nacional, conservando el Comité Internacional de la Cruz
Roja varios listados de estos últimos.
Tras la Guerra Civil, el censo
de 1940 da unas cifras de 440 habitantes de hecho, 476 de derecho y 127
hogares, por lo que, durante el conflicto, el pueblo había perdido el 15,60% de
sus habitantes de derecho y el 9,93% de sus hogares. Los datos de 1950, con
409, 417 y 114, respectivamente, no suponen una mejora de los anteriores.
Continuamos con el “Diccionario Geográfico de España”, publicado
entre los años 1956 y 1961. En él, Pozuelo es aludido como un municipio y villa
de la provincia de Madrid, perteneciente al partido judicial de Alcalá de
Henares. Tiene una población de 417 habitantes (mismos datos que el censo de
1950 en cuanto habitantes de derecho) y posee 152 viviendas en compacto66 y
cinco en diseminado67, y 24 edificios destinados a otros usos en compacto y dos, en
diseminado.
De tierras arcillosas, Pozuelo no cuenta con cultivos de regadío,
existiendo 700 ha destinadas al sembrado de trigo, 500 a de cebada, 150 a de
avena, 80 a de garbanzos, 50 a de almortas68,
100 a de yeros69 y
200 a de olivar. En esta obra, también habla del valor de una ha de terreno,
siendo éste de 8.000 ptas., y de la producción por ha, siendo ésta de 9
quintales métricos de trigo, 17 de cebada, 7 de avena, 6 de garbanzos, 9 de
almortas, 8 de yeros y 12 de olivas. En los territorios sin cultivar, crecen
acacias, existiendo en el término zorros y caza menor.
De la ganadería, en esta obra
se contabilizan en Pozuelo 70 cabezas de ganado mular, tres de caballar, 10 de
asnal, 20 de cerda, 400 de lanar, 40 de cabrío, 500 gallinas y 100 conejos,
habiendo también una granja avícola.
El municipio cuenta con
canteras de piedra en las que trabajan 12 obreros, mientras que la industria se
limita a la existencia de una herrería y una tahona.
En cuanto a comunicaciones, en
Pozuelo hay, además de cartería y central telefónica, un servicio de coches de
línea con las localidades de Loeches, San Fernando de Henares y Torrejón de
Ardoz.
El agua potable se obtiene de
un manantial, contando el pueblo con dos escuelas –desde los años 40 se han
construido edificios escolares–, un médico, un veterinario y un párroco.
Parque Municipal a la entrada del pueblo, junto a la Fuente Nueva
y el Lavadero.
En la “Guía de la provincia de Madrid”, publicada por Antonio
Cantó Téllez en 1958, cita para Pozuelo una población de 417 habitantes, número
que coincide con los habitantes de derecho de 1950. Se vuelve a hablar aquí de
la iglesia en cuanto a los méritos del artesonado y de sus pinturas, expresando
que fue devastada durante la Guerra Civil. Sobre la Ermita de Nuestra
Señora de la Cabeza establece que es de un estilo neoclásico
renacentista y se llega a ella por un paseo que, antes de la guerra, estaba
cerrado por una cadena de hierro. Sobre la laguna, leemos aquí que antes
existía una junto a la Fuente Nueva y la carretera, de la que
aún se conserva su lecho, que menciona como desecado.
Cantó Téllez también habla de
la existencia en el término de Pozuelo del Rey de la estación, perteneciente a
la Compañía Telefónica Nacional, encargada de transmitir los radiotelegramas al
extranjero. Por lo demás, el pueblo cuenta entonces con médico, posada,
teléfono y coche de línea.
En las siguientes décadas,
coincidiendo con la masiva emigración del campo a la ciudad que existió
entonces, la población de Pozuelo descendió hasta los 396 habitantes de hecho,
417 de derecho y 113 hogares de 1960; los 293, 299 y 85, respectivamente, de
1970; los 206, 211 y 76, en el mismo orden, de 1981; y los 209, 209 y 70,
también en idéntico orden, de 1991, cuando comenzó un cambio de tendencia hasta
los 263 habitantes de derecho (ya sólo mencionaremos a éstos) y 91 hogares de
2001; los 1.010 y 410, respectivamente, de 2011; y los 1.172 habitantes de
2020.
Pozuelo es una población cuya
economía ha dependido, sobre todo, del cultivo de cereales, olivos y vides. Como
leemos en la página 76 del Tomo XVII de la obra “Arquitectura y Desarrollo
Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, Pozuelo aún mantenía entonces 3.099,1
ha de cultivos. De éstas, la mayor parte, 2.321,8 ha, es de secano, con los
cereales como su principal producto; 166,3 ha de olivos, 94,7 ha de pastos,
39,6 ha de matorrales y 14,3 ha de viñedo, siendo éste un cultivo cuya
extensión ha disminuido seriamente.
En 2018, el Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid nos da un PIB per cápita de 9.142€, inferior al zonal, de
19.114€, y al de la Comunidad, de 34.917€. Este PIB se reparte entre el 33,40%
de los servicios a empresas y financieros; el 21,87%, de los servicios de
distribución y hostelería; el 18,77%, de la construcción; el 8,83%, de la
minería; el 4,35%, de la agricultura y ganadería; y el 12,78%, de otros
servicios.
El Indicador de Renta
Disponible Bruta Municipal per cápita era en 2018 de 14.569,78€, superior al
zonal, de 14.203,78€, e inferior al de la Comunidad, de 19.772,64€.
Pasemos ya a recorrer Pozuelo
del Rey y a conocer todos aquellos lugares y elementos de interés que podemos
encontrar en el municipio.
Monumentos y puntos de interés
Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos. Primera mitad del
siglo XVI.
Situada en la Plaza de la Constitución, cerrándola por su
lateral Norte, se halla la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos, advocación que ha mantenido a lo largo de los siglos,
al menos, desde las Relaciones Topográficas de Felipe II, donde se menciona
que “en este dicho lugar hay una iglesia parrochial, cuya advocación
es de Santo Domingo de Silos”.
Si bien su nombre no ha cambiado, no se puede decir lo
mismo de su aspecto, pues, como es de esperar, ha sufrido desde su construcción
original, en la primera mitad del siglo XVI, varias transformaciones y
diferentes añadidos. De este modo, nos encontramos ante un templo de estructura
renacentista70, ornamentado con elementos góticos71.
En su interior, la iglesia se divide en tres naves,
separadas entre sí por columnas toscanas76 que
sustentan arcos de medio punto88; la central, más ancha y alta que las dos laterales,
queda cubierta por un artesonado de madera, habiendo sido descubierto éste en
el momento en que la bóveda encamonada89 se hundió. Por su parte, el presbiterio90 y el crucero91 se
cubren con una bóveda de terceletes92 y
combados94.
Según podemos leer en el Tomo XVII de la obra “Arquitectura
y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, publicado en 2009, “Debido a su desahogada economía, la parroquia llegó a tener
varias capellanías (de Dña (sic) Lucía de Ayala, de los Cabildos, de las Ánimas...) durante la
segunda mitad del XVI y hasta mediados del XVII”. También en esta
obra, leemos que la primera reforma en profundidad que se ejecutó en el templo
tuvo lugar en el año 1586 de la mano del maestro cantero Hernando de
Pineda, “cuyas labores se documentan al menos hasta 1600 y a quien
Almudena Sánchez-Palencia, autora de un estudio publicado sobre el edificio,
atribuye la construcción de la bóveda de crucería del Altar Mayor”;
con ella, se prolongaría la nave y se dejaría como tribuna el anterior Altar
Mayor, que sería trasladado, todo ello con el objetivo de aumentar su capacidad
para que pudieran acudir más fieles a su interior. Durante esos trabajos,
también se elevaría la cubierta para que el presbiterio tuviera una mayor
amplitud, alcanzando, tal y como se puede ver en el exterior, una altura mayor
que la nave central.
Detalle del reloj de sol de piedra situado, junto a la sacristía,
en el muro exterior.
Varios son los artesanos que trabajaron en la realización
de los objetos litúrgicos, habiendo recogido Sánchez-Palencia el nombre de
algunos de ellos en su trabajo, gracias al Libro de Cuenta de Fábrica del
templo, el cual engloba desde el año 1566 al 1613. Ejemplo de ello son: Juan de
la Maça, “maestro de arquitectura”, quien en 1570 levantaría el
tejado de la Capilla Nueva, probablemente ubicada en el lado de la Epístola95;
Gaspar de Guzmán, platero, autor de, entre otras piezas, un incensario de plata
cuyo coste ascendió a 15.600 maravedíes; Juan Robledo, vecino de Alcalá y
diseñador de un terno96 elaborado
desde 1576 a 1586; y Juan Calderón, vecino de Torrelaguna, quien, entre
1543 y 1544, realizaría el retablo del templo.
Los detalles sobre la ejecución de dicho retablo se
hallan recogidos en un documento custodiado en el archivo de Obra y Fábrica de
la Catedral de Toledo. En él,
se cita que los señores del consejo del Ilustrísimo Señor don Juan Tavera,
cardenal arzobispo de Toledo, encargan en 1543 al entallador Juan Calderón la
realización de esta obra, estableciendo para ello una serie de condiciones,
como por ejemplo: el plazo de un año para su terminación; las medidas que debía
tener en su conjunto y cada uno de los elementos que lo compondrían; o las
figuras, imágenes pintadas y decoración con que contaría, entre otros detalles.
Nada ha llegado a nuestros días de aquel primitivo
retablo, siendo los actuales de traza posterior. En el mencionado Tomo XVII de la
obra “Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”,
apuntan que sí que “parece seguro que llegó a
realizarse, pues hay noticias de una apelación al cabildo en 1545 por parte del
autor y del mayordomo de la iglesia de Pozuelo, referida a la cantidad que
debía el entallador percibir por su trabajo. Se trataría entonces del mismo
retablo que (Juan) Ortega Rubio (1921) fechaba en 1550, y que fue devastado
durante la Guerra Civil”.
En la fachada del lado de la Epístola, que da a la Plaza
de la Constitución y que está construida en mampostería104, se abre una portada con forma de arco de medio punto
rematado por una cornisa; sobre ella, en el centro, hay una hornacina enmarcada
en un pequeño templete y que flanquean sendas molduras y pináculos de estilo
plateresco106, quedando coronada por un frontón107 triangular.
Pocos son los vanos108 que
se abren en este paramento: uno, a los pies, dando luz al coro, y dos más, en
la zona de la sacristía, junto a la que, además, se puede ver un reloj de sol
realizado en piedra.
Fachada correspondiente a los pies del templo.
La fachada de los pies, al Oeste, es toda ella de
sillares109 de
piedra caliza. Presenta dos contrafuertes que reciben el empuje de los arcos
formeros113 que separan las naves laterales de la central,
flanqueando, asimismo, la otra portada de acceso a la iglesia, un arco de medio
punto adornado con molduras planas. Según las fuentes consultadas, en los
herrajes de la puerta podía leerse “Diego Fraga me fecit ano de
MDCCLXXXVIII”. Sobre una cornisa, hay dispuesta una hornacina, por
encima de la cual se abre un vano enrejado. Los vértices del tejado quedan
rematados por bolas herrerianas115.
Los sillares también están presentes en las esquinas y en
la base que recorre el perímetro del edificio, salvo en la zona del ábside.
Aquí, la estructura queda reforzada por medio de dos contrafuertes de sección
circular “en el lugar donde el plano de 1870 señala un pequeño osario”,
según podemos leer en el citado Tomo XVII de la obra “Arquitectura y Desarrollo
Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”.
Cabecera de la iglesia, con la torre-campanario adosada.
Adosada al ábside, se alza la torre, uno de los elementos
más antiguos del templo. El primer cuerpo es de mampostería entre hiladas de
ladrillo, mientras que el segundo, construido posteriormente, es de ladrillo,
siendo éste el que acoge el campanario. A su lado, se realizó en el siglo XVII
la Capilla del Rosario, llamada de La Soledad en el plano de 1870; se trata de
un cuerpo independiente, pero adosado a la nave del Evangelio, construido en
mampostería de piedra caliza reforzada con sillares y en el que se abre un
pequeño óculo116 que
permite la entrada de luz. En el lado de la Epístola, una ventana circular
ilumina la capilla, que se cubre con una bóveda vaída decorada con guirnaldas y
angelotes, y sustentada por cuatro telamones117. A su lado, se halla la sacristía, que alberga algunos elementos de
interés, como un expositor renacentista de finales del siglo XVI, dos cálices118 de
comienzos del mismo siglo y unos platos sobredorados con elementos platerescos
y góticos.
No son muchas las descripciones históricas que se han
hecho de la Iglesia Parroquial de Santo Domingo de Silos de
Pozuelo del Rey. A finales del siglo XIX, Andrés Marín Pérez nos hablaba de
ella así en su obra “Guía de Madrid y su provincia” (1888-1889):
“Rinden todos los vecinos el homenaje debido á su Creador, en la
antigua iglesia que conserva bien restaurada, bajo la advocación de Santo
Domingo de Silos.
Tiene este edificio artesonada bóveda de rico gusto artístico, y se halla hoy
dividida en los altares siguientes: Mayor, de Nuestra Señora de la Concepción,
ídem del Pilar, de San José, de San Antonio, de San Francisco de Paula, de
Nuestra Señora de la Soledad y de San Felipe y Santiago, con las capillas del
Rosario y de la Soledad.
Dirige con gran celo y mayor acierto esta parroquia un ilustrado y virtuoso
sacerdote, que inspirándose en el ejemplo de su Maestro y posesionado de la fe
apostólica, vela sin descanso por la salvación de las almas que le están
confiadas, por el fomento del culto que representa y por la mejora de la
iglesia que le está encargada.
El curato es de término y provisión ordinaria, teniendo consignadas 1.750
pesetas de sueldo anual y 950 pesetas para la fábrica, con el usufructo de la
casa rectoral, que reune buenas condiciones”.
Por su parte, el historiador Juan Ortega Rubio la cita en
estos términos en su “Historia de Madrid y de los pueblos de su provincia”
(1921): “La iglesia de Santo Domingo de Silos –cuyo curato es de segundo
ascenso– fue edificada a mediados del siglo XVI y restaurada después bastante
bien. No carece de gusto la artesonada bóveda del templo. Del mismo modo, tanto
el retablo mayor, obra del año 1550, como la parte pictórica, tienen algún
mérito”.
Portada abierta en la fachada del lado de la Epístola.
La Guerra Civil Española, como ya ocurriera en tantos
otros lugares, dañó considerablemente este templo. De este modo, el retablo,
una gran parte de la bóveda artesonada y varias de las imágenes que menciona
Marín Pérez fueron quemadas, tres de las cuatro campanas serían fundidas y
acabaría siendo utilizado como almacén de armas y artillería. Una de las
campanas se ha conservado hasta la actualidad; en ella, podemos leer la
siguiente inscripción: “STO. DOMINGO DE SILOS. AÑO
1799. SE HIZO SIENDO CURA EL LICENCIADO D. RAMON SERRANO Y MAYORDOMO DE FABRICA
D. FELIPE GOMEZ Y LOPEZ D. R. Y CATHEDRATICO EN LA UNIVERSIDAD DE ALCALA DE
HENARES”.
Acabada la guerra, la Junta Nacional de Reconstrucción de
Templos Parroquiales efectuaría una serie de trabajos de reparación en la
iglesia. Así, en 1945, se llevaría a cabo un proyecto de restauración firmado
por el arquitecto Javier Barroso; las obras conllevarían “la reconstrucción de la cubierta de una nave lateral y reparación
de todas las demás. Reposición de cielos rasos119 en todo el templo y blanqueo general. Reparación de la
bóveda del presbiterio; reconstrucción del coro con maderos y entarimados,
colocando una barandilla de madera torneada y escalera. Restauración de la
capilla lateral, perfiles, capiteles, nervios, etc. Construcción de una
escalera para subir a la torre, reposición de puertas y ventanas; solado de
baldosín hidráulico con solera de hormigón en iglesia y sacristía, revocos120 de los muros del crucero, y pintura al temple”. Todo ello ascendería a un coste total de 212.782,68
pesetas. Cinco años más tarde, el propio Barroso firmaría el “Proyecto
Adicional de las Obras de Restauración de la Iglesia Parroquial de Pozuelo del
Rey”; en él, se advertía que “habiendo presupuestado solo la
reconstrucción de una de las naves, nos hemos visto obligados a reconstruir
toda la cubierta del templo con armadura nueva, aprovechando solamente un 40%
de la teja. También es necesaria la reconstrucción de la cornisa de ladrillo en
el presbiterio, así como en la torre. La capilla lateral necesita una armadura
nueva y reconstrucción de unos metros de cornisa de piedra”. Esta
nueva obra ascendería a 117.153,75 pesetas.
Portada abierta a los pies de la nave del templo.
Varios serán los informes que se sucedan desde los años
70, en los cuales se avisa del mal estado de la torre, la cual, en las obras de
1945, sólo había sido enfoscada de cemento y pintada de amarillo. En 1973, el
párroco de Pozuelo del Rey de entonces escribe una carta dirigida a la Junta
Nacional de Reconstrucción de Templos Parroquiales, en la cual solicita “la máxima ayuda posible al presupuesto de arreglo de la citada
torre hecho ya hace un año, de 498.525,00 pesetas”, describiéndola
para ello como “en situación ruinosa [...] por
desprendimiento de parte de las aristas de las esquinas, huecos de campanas y
descomposición de los ladrillos por ciertas partes del cuerpo alto de la torre”.
Un mes antes, también el alcalde del municipio había pedido el arreglo a la
Diócesis, presentando para ello un informe redactado por el aparejador
municipal. El 30 de julio de 1977, una orden ministerial aprobaría el gasto de
200.000 pesetas para los trabajos, al frente de los cuales estaría el
arquitecto Fernando Lapayese del Río, llevándose a cabo entre el 1 de enero y
el 31 de marzo.
Ya en época
más reciente, en el año 2000, serían restauradas la torre y la Capilla del
Rosario por parte del Servicio de Protección del Patrimonio de la Comunidad de
Madrid, siguiendo el proyecto y la dirección del arquitecto José Luis de la
Quintana Gordon.
En julio de 2019, la Iglesia Parroquial de Santo
Domingo de Silos fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC),
en la categoría de Monumento.
Localización: Plaza de la Constitución,
2. 28813 Pozuelo del Rey.
Ayuntamiento de Pozuelo del Rey, con origen en el siglo XIV y
rehabilitado en los años 90 del pasado siglo XX.
Al Oeste de la plaza, tenemos el Ayuntamiento, un edificio del que, si bien sus orígenes podemos
hallarlos en el siglo XIV, su aspecto actual se corresponde con una
rehabilitación llevada a cabo en el año 1993, siguiendo un proyecto del
arquitecto Ángel Cruz.
Ya en las Relaciones de Felipe II, se atestigua la
existencia de una edificación en la que se reunían los poderes públicos,
quedando escrito en este documento que “se juntaron en concejo e
ayuntamiento en las casas de su ayuntamiento a campana tañida”. No
obstante, nada más se sabrá de esta construcción ni de sus características
hasta el último tercio del siglo XIX, cuando Andrés Marín Pérez, en su “Guía de
Madrid y su provincia”, diga de la Casa Consistorial que “no ofrece ninguna particularidad digna de publicarse”;
asimismo, Marín Pérez apunta que “la corrección pública se
verifica en una de las habitaciones bajas de la casa del Ayuntamiento, aunque
como todas las demás carece de condiciones para cárcel”.
Un siglo después, en 1979, Margarita Jiménez, en su libro
“Madrid y provincia en sus Plazas Mayores”, describe el Ayuntamiento como “un
moderno edificio [...] que culmina un reloj con campana, sobre el que hay un
gallo de veleta y en el que se han dejado incrustados dos capiteles, antiguas
columnas que, dicen, fueron encontrados al remozar el edificio. En la fachada
figura una fecha y una inscripción: “1669, Año de María”” –en
realidad, la inscripción y el año a los que alude se pueden ver en dos
capiteles de la fachada principal, en los que, en uno de ellos, pone “AÑO DE 1669”, y en el otro, “MARIA”–. Este edificio, visible en el plano del IGN de
1870, se hallaba en un pequeño solar al lado de la iglesia y contaba con dos
plantas, destacando el cuerpo central de la primera, con una balconada, un
reloj y una torre. Las columnas que citaba Jiménez estaban integradas en la
fachada principal, lo que hacía que el acceso al interior quedase ligeramente
desplazado con respecto al eje de simetría, por lo que el centro lo ocupaba un
macizo, en lugar de la entrada. En la planta baja, hecha de sillería de piedra
caliza con llagueado123 resaltado, dos ventanas flanquean el acceso, mientras que en la
primera, hay cuatro balcones equidistantes y de idéntico tamaño: dos laterales
y uno corrido uniendo los dos centrales. El eje central lo remataba un elemento
moldurado de piedra con un reloj, sobre el que había una campana coronada con
una veleta.
Arco de medio punto aparecido en la rehabilitación de los años 90 y
hoy usado como acceso al edificio.
Su falta de funcionalidad hizo que, a comienzos de los
años 90, la Consejería de Cooperación de la Comunidad de Madrid decidiera su
rehabilitación, además de su ampliación, todo ello siguiendo un proyecto
redactado por el arquitecto Ángel Cruz, quien trataría de integrar los
elementos originales que se habían descubierto, de manera que destacaran en la
nueva construcción. Cuentan en el Tomo XVII de la obra “Arquitectura y
Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)” que “Si en un primer momento, el proyecto planteaba la entrada al
edificio a través de la ampliación del frente sur, la aparición de un arco de
medio punto de piedra en un extremo de la fachada oriental supuso una
alteración del planteamiento inicial, pasando a ejercer este punto de acceso
principal”. Por este motivo, la ampliación que se había previsto se
redujo a la construcción de una torre exenta al Sur del edificio principal, la
cual acoge las escaleras, estando unidos ambos elementos por dos pasarelas y
habiéndose colocado en el hueco que se genera entre ellos la campana y la
veleta; en esta torre, revestida de piedra en la parte baja y enfoscada en la
alta, se abren tres saeteras124,
sobre las cuales se ha instalado el reloj –sustituye al anterior, cuya
maquinaria ha sido expuesta en el vestíbulo del Ayuntamiento–. En el ángulo
Suroeste del cuerpo alto, se abre una terraza que deja pasar la luz a las
escaleras interiores.
Detalle de uno de los capiteles de las columnas que hay en la
fachada principal.
Dos grandes testeros enmarcan la fachada principal,
sosteniéndose sobre ellos la cubierta a dos aguas125 de
teja árabe. En el tercio izquierdo de este paramento, ciego en casi su
totalidad, se abre el arco de piedra anteriormente mencionado. El resto se
configura como un plano de vidrio delante del cual se han colocado las columnas
del siglo XVII que se recuperaron durante las obras y que quedan rematadas por
sendos capiteles en los que aparecen las inscripciones que ya detalló Margarita
Jiménez.
El edificio del Ayuntamiento cuenta
con una protección integral, según queda recogido en las normas subsidiarias
municipales del año 1975.
Localización: Plaza de la Constitución,
1. 28813 Pozuelo del Rey.
Ermita de Nuestra Señora de la Cabeza. Posiblemente construida
entre los siglos XVI y XVII.
El otro edificio religioso con que cuenta Pozuelo del Rey
es la Ermita de
Nuestra Señora de la Cabeza,
situada a las afueras del municipio. No son demasiadas las referencias que se
encuentran acerca de este templo y, las que hay, no son del todo precisas en
cuanto a su fecha de construcción. De este modo, en el Tomo XVII de la obra
“Arquitectura y Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, citan
algunos ejemplos de ello: “Así, en el Inventario
Artístico de la Provincia de Madrid (1970) se habla de una “portada
de principios del siglo XVII”, mientras que otros autores
dan noticia de su construcción “allá por el siglo XVI”. Cantó Téllez (1958) no duda en atribuirle un estilo “Neoclásico126 Renacentista (siglos XVI-XVII)”, coletilla que se repite en multitud de documentos posteriores
que lo utilizaron como fuente, llegando incluso a invertir los términos de la
definición a estilo “Renacentista Neoclásico” (Sáinz de Robles, 1966)”.
La primera fuente documental conocida en la que aparece
mencionada la ermita es el Catastro del Marqués de la Ensenada, donde, en la
pregunta décimo octava, se responde que ésta tenía “30 ovejas, ningún carnero y ningún borrego o borrega”,
siendo probable que existiera una congregación vecinal, la cual iniciaría la
construcción del templo y aportaría para ello sus propios bienes. Sin embargo,
esto mismo, junto con su envergadura y sus trazas, hace que llame la atención
el hecho de que la ermita no aparezca citada en las Descripciones del Cardenal
Lorenzana127, en las que, en 1782, se dice que Pozuelo del Rey “no tiene ni anexo ni convento, ni dentro ni fuera de su población
tiene santuario ni imagen célebre que poder informar”.
En el Archivo Histórico Nacional, se ha conservado un
legajo128 de
1793 con el nombre de “Francisco Cornerlio sobre construzion de una ermita”, en
el que se relaciona una serie de pleitos, gracias a los cuales podemos tener
más datos sobre el edificio. En el primero de estos legajos, Juan Antonio
Urtariz, en nombre de don Francisco Cornelio, vecino de Pozuelo del Rey, da
cuenta de que hace muchos años comenzó la construcción de la ermita extramuros
del pueblo y de que en ella se colocó la imagen de Santa María de la Cabeza.
Asimismo, Uztariz dice que la obra quedó suspendida “por falta de medios”, por lo que “procedió mi parte a alentar al vecindario para que cada uno con
lo que pudiese, tuviese el pueblo el gran regocijo, y consuelo de ver concluida
à la posible brevedad la Hermita, y colocada en ella à su maior Protectora. A
esto, añade que “habiéndole nombrado el Publico por Administrador de los
caudales y efectos pertenecientes a Maria Santissima se principio à adquirir
medios, se continuó la obra, y concluió la Hermita año de 91 con admiración de
todos los lugares de la comarca: Pero ocurre que siendo indispensable haber de
hacerse los Altares de Estuco129, ò Piedra, única cosa que faltaba, y falta en cumplimiento de las
Superiores ordenes del consejo para evitar asi Yncendios...”.
Cabecera y lateral del Evangelio del templo.
Sobre el retraso de los trabajos y el papel de Francisco
Cornelio Díaz, se apunta que “Ha estado a su cargo la cuenta
y deposito de limosnas para la conclusión de la obra de la Hermita de Nuestra
Señora de la Caveza estramuros de la Villa y mediante haversele interrumpido
por los Alcaldes y otros de la Administracion”.
Apuntan en el citado Tomo XVII de la obra “Arquitectura y
Desarrollo Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)” que algunos ancianos del
pueblo cuentan que, con motivo de la aparición de la Virgen en un alto llamado
de las Tres Cruces, a la salida del pueblo por el Camino de Valdilecha, se
construiría una ermita bajo la advocación de San Roque, o de las Tres Cruces.
En el legajo mencionado, se apoya esta idea, pues en él se refiere cómo
la “imagen de Nuestra Señora de la Cabeza, desde tiempo muy antiguo,
se havia venerado en una Ermita extramuros de aquella Villa a quien correspondia
y corresponde su Patronazgo (...) la donacion de los fieles digno y acordó
costruir la Hermita propia se dio principio a su fabrica”. No
obstante, otros testimonios dicen que ese templo nunca llegó a construirse, lo
que podría ser el motivo de que no aparezca mencionada en ninguna de las
relaciones o descripciones históricas y que en el plano de las iglesias que se
hizo a finales del siglo XIX no figure ni como una ruina.
En 1826, Sebastián Miñano afirma que en el municipio
hay “1 parroquia, 1 pósito, 1 ermita extramuros” y,
más adelante, Andrés Marín Pérez añadirá que en su “capilla se celebra con entusiasmo la fiesta de su titular y se
venera su imagen colocada sobre el altar”.
La ermita ante la que nos encontramos tiene una planta de
cruz latina130 en la que la nave, de unos 10 metros de alto y casi
7 de ancho, se halla divida en cinco tramos desiguales en tamaño, separados
éstos por pilastras de sección rectangular adosadas a los muros. El transepto131 que atraviesa la nave es de igual anchura que ésta, quedando el
crucero cubierto por una cúpula semiesférica artesonada, ornamentada con
pinturas al fresco en las que se han representado estrellas, guirnaldas y
motivos vegetales; en cuanto a las pechinas132,
se puede ver en ellas restos de pinturas de los cuatro evangelistas. Una
cornisa arquitrabada recorre la nave de manera ininterrumpida, formando una
línea de imposta134 a
partir de la cual arranca una bóveda de cañón con lunetos135.
Tras el presbiterio, elevado éste dos peldaños sobre el
nivel de la nave, aunque de la misma altura que ella, se superponen la
sacristía, de poca altura y apenas sin mobiliario, y el camarín136 de
la Virgen, una dependencia cuyas paredes se encuentran llenas de exvotos137 de
cera ofrecidos en agradecimiento a la Virgen. Este camarín se vuelca al
presbiterio por medio de un transparente138 que enmarca a la Virgen de la Cabeza, una talla
realizada a partir de fotografías de la imagen original, después de que ésta
fuese destruida durante la Guerra Civil Española.
Fachada principal de la ermita, con la imagen de la Virgen en el
tímpano.
Con una dirección Este-Oeste –al contrario que la de
la Iglesia de Santo Domingo–, sus muros son de mampostería
y sillería de piedra caliza. En la fachada principal, toda ella de sillares, se
abre una portada de factura sencilla con forma de arco de medio punto y
flanqueada por molduras labradas; sobre ella, hay un frontón partido en cuyo
tímpano139 acoge
una hornacina con una imagen de la Virgen realizada en piedra; el conjunto
queda coronado por una ventana enrejada que permite la entrada de luz al coro,
situado éste a los pies de la nave. Remata esta fachada una cornisa y un
frontón ligeramente curvo y también partido, pues lo corona una espadaña sobre
la que se alza una cruz, con dos pináculos a ambos lados de ésta (mismos
elementos que ornamentan los vértices de ambos frontones).
El resto de los muros de la ermita, de aproximadamente
1,20 metros de grosor, son de mampostería de piedra caliza, con sillares
reforzando las esquinas y formando un basamento; originalmente, estaban
revestidos con mortero de yeso, si bien en la actualidad está prácticamente
perdido. Los pocos vanos que se abren en las fachadas están todos enrejados y
tienen un tamaño parecido entre sí; asimismo, se abrió uno justo en el extremo
opuesto al de los pies de la nave, el cual dota de luz el camarín de la Virgen;
dos ventanas más se abren en la fachada Sur, una, en el crucero, y la otra, en
la sacristía; además, unas mansardas140 dan
iluminación al espacio sobre la bóveda y bajo la cubierta. La teja árabe es el
material que cubre los tejados, salvo en la linterna y en el chapitel142,
en los que se ha usado la pizarra.
En 1990, se llevó a cabo una restauración en la que se
recuperó la cornisa de canes143 de
madera que, hasta entonces, había permanecido oculta bajo otra revestida de
mortero. A lo largo de los años, se han ejecutado varias intervenciones de
pequeño alcance y de iniciativa popular con las que solucionar problemas
menores o adaptar las características del edificio a las nuevas situaciones de
utilización; estas obras, irremediablemente, han ido transformando el aspecto
de la ermita, si bien, a pesar de ello, se ha conservado en bastante buen
estado.
La Ermita de Nuestra Señora de la
Cabeza tiene una protección integral, según se recoge en las
normas subsidiarias municipales de 1975.
Localización: Al Oeste del pueblo,
entre las calles Real y de Esparteros. 28813 Pozuelo del Rey.
Antiguas Escuelas; hoy, Casa de Niños. Años 40 del pasado siglo XX.
Volvemos al núcleo urbano para acercanos a las antiguas Escuelas, edificio que, aún hoy, continúa teniendo un uso docente
bajo la denominación de Casa de Niños. Su construcción se llevó a cabo durante
los años 40 del pasado siglo XX, partiendo en dos la entonces llamada Plazuela
de la Solana, la cual cambiaría su nombre al de Plaza de Carlos Ruiz, en honor
al Gobernador Civil que promovería la construcción del edificio.
El aulario, compuesto de una sola altura, es de planta
rectangular, guardando una composición simétrica y bastante sencilla. En sus
muros, se abre una serie de vanos rectangulares, todos ellos enrejados y con
alféizares144 moldurados,
siendo ésta la única decoración, si es que se puede llamar así, con que cuenta
el edificio. El basamento de sus muros es de mampostería vista, quedando el
resto de las fachadas enjalbegadas145. En ambos extremos, separados por sexos –algo habitual
en las escuelas de entonces–, se hallan los accesos a la escuela, con forma de
arco de medio punto. La edificación queda rematada por medio de una cubierta
inclinada de teja árabe que termina en un alero volado sostenido por canecillos
de madera.
Localización: Plaza de Carlos Ruiz,
2. 28813 Pozuelo del Rey.
Como ya hemos visto en otros reportajes sobre municipios
de la Comunidad de Madrid, Pozuelo del Rey cuenta también en su núcleo con
varios tipos de casas, de los que merece la pena destacar tres tipologías. La
primera de ellas que trataremos será la de la Vivienda urbana.
A lo largo
de los siglos, la configuración urbana de Pozuelo del Rey se ha caracterizado
por una cierta estabilidad, sin transformaciones importantes que sean
relevantes en cuanto a su morfología. Sin embargo, en las últimas décadas, se
ha producido un profundo cambio debido, primero, a un proceso de abandono, y
después, a la sustitución de algunas construcciones, a lo que habría que sumar
la falta de normativa que protegiera las edificaciones no monumentales.
La tipología que predomina en el municipio es la
residencia unifamiliar –formada por dos plantas y un sobrado146 bajo
la cubierta–, unida, frecuentemente, a dependencias de uso agrícola. Así,
quedan en el pueblo muy pocos ejemplos de vivienda colectiva o claramente
urbana, si por ello entendemos una arquitectura culta, con una composición
jerarquizada y unas fachadas ordenadas y provistas de balcones y rejerías. Este
tipo de casas se construyó sobre todo a finales del siglo XIX y/o comienzos del
XX, estando distribuidas en un área muy concreta, cerca de la Plaza de la
Constitución y formada por las calles Peñuelas, Nueva y Paloma. Al haber tan
pocos inmuebles de esta tipología, cada uno podría ser tomado como un caso
particular, si bien sería posible hallar algunas características comunes entre
ellos.
Vivienda urbana de la Calle Nueva, 4
Una de estas casas es la Vivienda urbana de la Calle Nueva, 4. Destaca en ella la presencia de un jardín frontal, algo
inédito en Pozuelo del Rey y que la separa de estar en primera línea de la
calle. Construida en dos plantas, sus muros de ladrillo se hallan encalados147,
resaltando unos frisos con aparejo de diamante que dotan de estructura la
fachada y que recercan los huecos de la planta inferior y las esquinas. En el
año 2007, las obras realizadas en la casa hicieron que la visión de conjunto de
ésta se desvirtuara, elevándose ligeramente la cubierta e incorporando una
cornisa hecha con modillones de madera; asimismo, se pintaría la rejería en
distinto color y las zonas de ladrillo serían llagueadas.
Localización: Calle Nueva,
4. 28813 Pozuelo del Rey.
Vivienda urbana de la Calle Peñuelas, 15.
Por su parte, la Vivienda urbana de la Calle Peñuelas, 15, casa que fue del médico, destaca por ser la única de su
época que fue levantada entera en ladrillo visto. Consta de dos plantas, con el
basamento revocado, pudiéndose apreciar en la fachada reminiscencias
neomudéjares148 en algunos de sus elementos decorativos, como el
friso damasquinado que separa ambos pisos. En el superior, se abren sendos
balcones recercados por franjas sobresalientes de ladrillo, mientras que la
planta baja cuenta con la puerta de acceso y una ventana, ambas recercadas de
igual modo. Se sale de esta prácticamente simétrica y armoniosa composición una
pequeña ventana enrejada abierta en la esquina superior derecha de la fachada.
El alero de la cubierta lo forman modillones de cerámica y ladrillos por tabla150.
Localización: Calle Peñuelas,
15. 28813 Pozuelo del Rey.
Además de las urbanas, podemos encontrar en Pozuelo del
Rey una serie de casas que podríamos encuadrar en la tipología de Vivienda urbano-rural, las cuales se caracterizan por presentar una morfología
y una imagen de tipo urbana, pero en ellas se ha añadido, además, algunos
elementos que las acercan a las viviendas rurales, siendo su utilización
laboral lo que condicione su ocupación, su altura, la composición de los
huecos, etc. Son edificaciones muy austeras y, por lo general, de gran tamaño.
Vivienda urbano-rural de la Calle Peñuelas, 14.
El ejemplo más relevante de este tipo de inmuebles es
la Vivienda urbano-rural de la
Calle Peñuelas, 14, una casa
unifamiliar que ocupa una parcela en esquina de unos 23 por 5 metros. Cuenta
con dos alturas, siendo en la planta baja donde se concentran las dependencias
residenciales. De su fachada, destaca la portada, recercada con sillares de
piedra caliza y dovelas151 adinteladas152. Ella nos conduce a un zaguán columnado de notable
altura y provisto de viguería vista. Por su parte, los dos vanos de la planta
baja, enrejados y dispuestos cada uno a un lado de la puerta, son de un tamaño
considerable, lo cual nos muestra la importancia de las habitaciones que hay
tras ellos.
En la planta
superior, están instaladas las zonas de servicio, en las cuales se abren los
pequeños huecos que vemos en la fachada principal, bajo la cornisa.
Según el Tomo XVII de la obra “Arquitectura y Desarrollo
Urbano. Comunidad de Madrid (zona Este)”, publicado en 2009, “La vivienda, utilizada actualmente como residencia ocasional, es
sin duda una de las más antiguas edificaciones de la localidad, y puede
remontarse a finales del siglo XVIII o principios del XIX, un momento en que se
produjo un intenso proceso de renovación”.
Localización: Calle Peñuelas,
14. 28813 Pozuelo del Rey.
Vivienda urbano-rural de la Calle Peñuelas, 11.
Otro de los ejemplos es la Vivienda urbano-rural de la
Calle Peñuelas, 11, levantada
probablemente en el siglo XVIII ocupando un solar en esquina y combinando el
uso residencial con la función agraria, como podemos comprobar por el portalón
que se abre en una de sus fachadas, por el cual se accedía a un patio de
trabajo en el que, según parece, había bodegas.
El interior de la vivienda ha sido demolido por completo,
suprimiéndose, además, la segunda planta, momento en que serían consolidados
sus muros y se remataría su coronación con albardillas154 de teja árabe.
El elemento más significativo de esta casa es el cuerpo
de acceso. En la parte baja, se halla la portada, con dintel de madera
sustentado por jambas de sillares de piedra caliza, habiéndose conservado la
puerta de madera con sus remaches de hierro. Sobre ella, se dispone un gran
balcón con balaustres155 de hierro.
Las ventanas de la planta baja se cierran con unas de las
rejerías más antiguas de Pozuelo del Rey, por lo que, según la obra
anteriormente mencionada, “invita a pensar que debía de
tratarse de una importante propiedad”.
Localización: Calle Peñuelas,
11. 28813 Pozuelo del Rey.
Vivienda urbano-rural de la Calle Nueva, 7.
Y terminaremos con la Vivienda urbano-rural de la Calle Nueva, 7, ubicada junto a otra modesta casa, ésta de dos alturas
y con dos balcones en el piso alto. De ella, se ha conservado una portada
parcialmente macizada hecha con sillares de piedra y dovelas adinteladas, en
cuya clave figuraba una inscripción, aunque sin fecha. La puerta, de madera,
lleva a la parcela aneja, la cual queda delimitada por una valla casi ciega en
la que se abre un paso para carros con puerta también de madera.
Localización: Calle Nueva,
7. 28813 Pozuelo del Rey.
Vivienda rural y dependencias agropecuarias de la Calle Peñuelas,
18.
El hecho de que Pozuelo del Rey haya sido un pueblo
dedicado principalmente a la agricultura y la ganadería, desarrollando su
industria ya en tiempo tardío, conllevaría que las familias convivieran
necesariamente cerca de sus aperos de trabajo y del ganado, determinando, de
esta manera, no sólo los patrones de asentamiento y las características de las
calles del municipio, sino también una tipología concreta de casas, con
predominio de la Vivienda
rural y dependencias agropecuarias.
En este tipo de edificios, construidos con dos plantas,
lo más habitual es encontrar las estancias habitables instaladas en la baja,
mientras que las dependencias auxiliares o de servicio se hallaban en el piso
superior y el grano o la paja eran almacenados en el troje156.
Cuando la casa sólo tenía una planta, en el bajo cubierta se repartían las
estancias de servicio y la cámara, que, en caso de almacenarse paja, daba lugar
a grandes aberturas; es el caso, por ejemplo, de la Vivienda rural y dependencias
agropecuarias de la Calle Peñuelas, 18.
Vivienda rural y dependencias agropecuarias de la Calle Esparteros,
2.
Generalmente, los muros exteriores eran de mampostería,
siendo raro el uso de sillares, destinados éstos a casos especiales o a
refuerzos de esquinas, recercados o dinteles, dando así una mayor estabilidad a
los paramentos. Según las fuentes, las canteras de Pozuelo del Rey no debieron
ser explotadas para su uso doméstico hasta muy adelante ya que en las
Relaciones de Felipe II se dice que los habitantes del pueblo vivían en
casas “de tierra y yeso, y son casas comunes, y los materiales de
tierra, yeso y teja los hay dentro del término de este lugar”. De
hecho, las viviendas tradicionales o las obras de menor importancia, como
tapias o dependencias auxiliares, usan frecuentemente los muros de tapial157,
hechos entre separaciones de argamasa de cal sobre un basamento de mampuestos
de piedra, evitando de este modo que el tapial absorba agua y se degrade.
Asimismo, en los muros, se abrían pocos huecos y, los que había, eran pequeños,
estando encalados con la cal producida en el propio pueblo. Un ejemplo de este
tipo de edificaciones es la Vivienda rural y dependencias agropecuarias de la Calle
Esparteros, 2, además de varias
más en esa misma calle.
Vivienda rural y dependencias agropecuarias de la Calle Peñuelas,
2.
Por otra parte, la poca presencia de bosques o de ribera
hacía necesario importar madera para la construcción, pues, como se detalla en
las Relaciones de Felipe II, “maderas no las hay, y se traen
de acarreo de otros pueblos”. De este modo, pocas son las veces que
serán citadas en las fuentes documentales históricas las profesiones
relacionadas con la construcción, puesto que no se censan carpinteros ni
albañiles o canteros. Teniendo esto en cuenta, podríamos extraer que la
arquitectura en Pozuelo no había llegado a unos grandes niveles de
sofisticación y que los edificios se hallaban prácticamente carentes de
ornamentación. Sí que contaba el municipio con dos fraguas, lo que favoreció que
las viviendas, incluyendo las más modestas, pudieran utilizar rejas en sus
ventanas, como es el caso de la Vivienda rural y dependencias agropecuarias de la Calle Peñuelas,
2 (hoy, muy transformada) y
de otras situadas en esa misma vía.
El acceso a
las viviendas se solía hacer atravesando un patio de trabajo que comunicaba
directamente con la calle. A su alrededor, se organizaban las distintas
dependencias agrícolas, en las cuales se guardaban los utensilios de labranza,
se resguardaba el ganado y se almacenaban los productos agrícolas recolectados.
Por ello, el tamaño de las puertas en estas casas son de mayor tamaño y con
grandes hojas de madera, llegando a alcanzar incluso los tres metros de altura.
Otras veces, el acceso se realizaba desde calles estrechas, por lo que, en esos
casos, lo que solía hacerse era retranquear la portada, formando de esa manera
un espacio previo para facilitar que los carros pudieran maniobrar.
Otras veces,
aunque eran las menos, las dependencias agropecuarias se hallaban al margen de
las viviendas, formando en sí mismas un recinto aislado. Es lo que ocurre con
una serie de corrales a la intemperie que hay en el extremo Este del casco
antiguo. Quedan también en Pozuelo del Rey algunas muestras de dependencias
agrícolas construidas en diseminado, aunque éstas son de factura más reciente y
han tenido poca importancia en la evolución urbana del pueblo, con excepción,
quizás, de la granja avícola situada en la Calle Real o de la nave de la
Hermandad Sindical del Campo –que veremos con mayor detalle más adelante–, si
bien ambas responden a un tipo genérico importado, pues no tienen ni un origen
ni un reflejo en otras edificaciones del municipio.
Asimismo,
hay constancia de que en Pozuelo del Rey existieron algunas dependencias
excavadas a modo de cuevas; sin embargo, en este caso, no ocurre como en otras
localidades ya que aquí no consta que fuesen habitadas de manera continua. Se
orientan, de manera preferente, al Sur o al Sureste y separadas de las
viviendas, pues la labores que en ellas se realizaban podían resultar molestas;
ejemplo de ello son las que había por la Plaza de Santo Domingo, en las que se
almacenaba carbón y se hacía estiércol. Estas cuevas también eran usadas como
bodegas, pudiendo conservar en ellas cierto tipo de alimentos ya que las
temperaturas entre las diferentes estaciones tenían pocas variaciones gracias
al aislamiento que proporcionaba el terreno. Como el coste de excavar no era
nada excesivo, estas prácticas eran utilizadas por las familiar de los
jornaleros o labradores. Acabada la Guerra Civil, las cuevas al aire libre
fueron abandonadas y cegadas.
Localización: Calle Peñuelas, 2 y 18, y
Calle Esparteros, 2. 28813 Pozuelo del Rey.
Nave de la Hermandad Sindical del Campo.
La Nave de la Hermandad Sindical del Campo era el almacén de grano de esta asociación. Se
trata de una nave de planta rectangular de, aproximadamente, 58 por 9 metros y
tejado a dos aguas construida en el año 1950. Esta edificación –de un tipo de
fábrica bastante común, por lo que se construyeron otras de parecido aspecto en
algunas poblaciones cercanas– estaba vinculada a una báscula para el pesaje de
la carga de los camiones.
La
Hermandad, normalmente relacionada con la propia cooperativa del campo de cada
localidad, tenía entre sus funciones la de organizar las actividades propias de
los cultivos, la contratación de seguros colectivos para los posibles daños
ocasionados por la meteorología y la gestión de las básculas de pesaje.
Como podemos ver en el archivo PARES, en la web del
Ministerio de Cultura y Deporte, la Hermandad Nacional surgió como una parte de
la Organización Sindical, existente durante el régimen franquista, a través de
la Ley de Bases de la Organización Sindical de 6 de diciembre de 1940. En 1941,
según la Ley del 2 de diciembre de dicho año, todos los antiguos Sindicatos
Agrícolas, Cajas Rurales, Cooperativas y cualquier otro organismo de tipo
agrario creado conforme a la Ley del 8 de enero de 1906 se integrarán en la
Organización Sindical. El Decreto del 17 de julio de 1944, llamado “Unidad
Sindical Agraria”, ordenaba que en todo el territorio nacional se implantaran
las Hermandades Sindicales del Campo, las cuales encuadrarían a todos los
miembros productores que trabajaran en cualquier manifestación del agro.
Las misiones
de estas hermandades eran, entre otras, de tipo económico, como lograr
subvenciones, orientar préstamos para los socios, alquilar la maquinaria
agrícola o la colocación obrera; sindical, al defender los intereses agrícolas;
y de policía rural y de mantenimiento de caminos y regadíos. Finalmente, en
1977, tras la vuelta de la libertad sindical con el Real Decreto 1336/1977, de
2 de junio, se establece la Confederación Nacional de Cámaras Agrarias, con la
que se sustituye la Hermandad Nacional de Labradores y Ganaderos.
Localización: Cruce de la Calle de la
Hermandad con el Camino de Entreviñas. 28813 Pozuelo del Rey.
Fuente Nueva, construida en 1908.
En el
resumen histórico que hicimos sobre Pozuelo del Rey al comienzo de nuestro
reportaje, ya mencionamos la escasez hidrológica del municipio que citaban
varios autores –Sebastián Miñano, Pascual Madoz, Andrés Marín Pérez, etc.– y de
lo que quedaba constancia en distintas fuentes documentales –Relaciones
Topográficas de Felipe II, Descripciones del Cardenal Lorenzana, etc.–. Por
ello, no repetiremos aquí todos los datos de los que ya dimos habida cuenta
antes y nos remitiremos a épocas más recientes.
Y es que en
el año 1961, se llevarían a cabo una serie de medidas para solucionar este
abastecimiento de agua en el municipio, entre las que destacan que se desecaría
definitivamente la laguna que, como ya dijimos, existía junto a la Fuente Nueva
(que veremos ahora), se canalizarían las aguas de lluvia y las residuales, y se
harían los sondeos y las prospecciones eléctricas necesarias para llevar el
agua corriente a las casas de los habitantes de Pozuelo del Rey –esto no sería
completado hasta los últimos años de la década de los 70–.
Como decimos, al lado de donde se hallaba la laguna, en
el cruce de la M-219 con la M-224, encontraremos el conjunto de la Fuente Nueva y el Lavadero. Ya en el
año 1979, Margarita Jiménez, en su libro “Madrid y provincia en sus Plazas
Mayores”, nos cuenta cómo “Las mujeres atraviesan ese
pueblo cada día para cruzar la carretera y llegar hasta la fuente, que estuvo
siempre ahí, a la salida del pueblo, en la confluencia de las carreteras. Aún
se va con cántaros, aunque también se utilizan vasijas de plástico, menos
pesado, como medio de transporte para agua y la vasija de barro o de plástico
pocas veces es transportada a mano, –nunca ya en la cabeza, si acaso en el
cuadril– porque hoy para eso se utiliza también el utilitario vehículo”;
además, añade que “Allí, junto a la fuente, dicen que había antes una gran
laguna; hoy hay un huerto y un lavadero al que acuden las mujeres para lavar en
compañía, y son esas mujeres también las que cada día atraviesan el pueblo en
ese recorrido del lavadero al hogar”.
Lavadero.
Bordeando
bajo tierra los edificios cercanos, fluye un arroyo estacional, cuyas aguas,
apenas obtenidas en época de lluvias, salen a la luz antes de cruzar la
carretera por debajo de un pequeño puente de piedra y seguir su cauce de manera
paralela al cierre del parque que hay al lado.
Es en este lugar, de unos 800 m2, donde encontraremos dos estanques alineados, de
forma rectangular y hechos de piedra caliza, unidos por medio de un caz158,
siendo el vaso de la fuente-abrevadero algo
más pequeño y un poco más alargado, a la par que se halla elevado casi un metro
sobre el terreno. En su extremo Norte, tiene un surtidor de piedra en forma de
monolito rematado por un elemento piramidal del mismo material; de sus
laterales, sobresalen dos modernos caños de bronce. En uno de sus lados, se lee
la siguiente inscripción: “CONSTRUIDO EN 1908 SIENDO
ALCALDE D. TELESFORO DÍAZ”; asimismo, en el lado opuesto, podemos
leer: “Rº EN EL AÑO DE LA VICTORIA Y Rº POR EL EXCMO AYTO EN 1987”.
A los pies, hay una pequeña pila excavada en el suelo que recoge las aguas, las
cuales, a partir de aquí, son conducidas por gravedad por un canal apoyado en
el suelo y abierto en casi todo su recorrido hasta el lavadero, situado más abajo y en el que el líquido
elemento entra atravesando una bola decorativa de piedra.
En cuanto al lavadero, éste es
descubierto y se eleva a tan sólo unos 40 centímetros sobre el suelo. Está
compuesto por una sola pila, quedando su perímetro formado por elementos de
piedra de distinta longitud y de sección inclinada.
En el año
1997, la Comunidad de Madrid decidió remodelar el conjunto, obras que estarían
incluidas en el conocido como Plan Prisma. El proyecto iría firmado por el
arquitecto Alfonso J. Gimeno, mientras que al frente de las obras, adjudicadas
a la empresa Ortega Sevilla, S.L., estaría Manuel Basterreche, también
arquitecto. El presupuesto de entonces fue de 4.999.000 pesetas para una actuación
que consistió en reparar o sustituir las piedras deterioradas y realizar el
pavimento.
Localización: En el cruce de la M-219
con la M-224. 28813 Pozuelo del Rey.
Pozo de la Rejona.
A aproximadamente un kilómetro del lavadero, en dirección del municipio de Nuevo Baztán y
bajo la línea de alta tensión que discurre paralela a la M-219, nos
encontraremos con el Pozo de la Rejona.
Se trata de una construcción de planta heptagonal ejecutada en ladrillo visto y
provista de algunas piedras haciendo de refuerzo de algunas esquinas.
Desde este
lugar, el agua era conducida por medio de la gravedad hasta el núcleo urbano de
Pozuelo del Rey y, una vez allí, era bombeada por el alguacil.
Localización: A aproximadamente un
kilómetro de la Fuente Nueva, en la M-219, en dirección a Nuevo
Baztán. 28813 Pozuelo del Rey.
Casa de Guardas de la Dehesa de la Torre.
Al Norte del término municipal, cerca del límite
con Valverde de Alcalá, se
encuentra la Casa
de Guardas de la Dehesa de la Torre.
Se trata de una austera construcción de planta rectangular y una única altura,
dotada de pocos vanos en los muros y cubierta por un tejado a cuatro aguas. El
edificio tiene las esquinas construidas de ladrillo, mientras que los
paramentos son de mampostería reforzada con verdugadas159 de ladrillo.
En la
actualidad, esta edificación se halla en un estado de ruina, con el tejado
desaparecido y diversos daños en los muros, como podemos observar en la
fotografía adjunta.
La Casa de Guardas se
ubica en una grata localización, levantada sobre una pequeña cota, a 827,3
metros de altitud, al Sur del valle del arroyo Pantueña.
Localización: Coordenadas de Google
Maps (40.38549, -3.30991). 28813 Pozuelo del Rey.
Casilla de Peones Camineros.
En este término, y como testigo de las obras de
carreteras llevadas a cabo a finales del siglo XIX y principios del XX, han
quedado, junto a la M-209, los restos de una Casilla de Peones Camineros.
Este
edificio, construido en la década de los años 10 del pasado siglo XX, tiene una
planta rectangular de 12,5 por 8 metros, cuenta con una única altura y se cubre
mediante un tejado a dos aguas. Los muros del inmueble y el que rodea el patio
trasero están construidos con mampostería de piedra caliza, mientras que las
esquinas, cornisas y recercados de puertas y ventanas son de cantería.
En estas construcciones, era normal que hubiese cartelas160 informando
de las distancias de interés en el punto. Así, en el hastial161 Este,
en azulejería azul con las letras en blanco, se podía leer:
“A
Campo Real 8k
A la Gral. de Castellón 18k”
En el otro hastial, el Oeste,
lo escrito era:
“A
Villar del Olmo 7k
A Ambite 13k”
Los peones
camineros eran los encargados de cuidar, todos los días del año y desde la
salida del sol hasta la puesta, la parte del camino que les correspondía, el
cual era de una legua, una unidad de medida variable según el país del que se
trate y que en España tenía una equivalencia de 5.572,7 metros. Desde mediados
del siglo XX, los peones camineros llevaban a cabo su labor en motocicleta, por
lo que vivían en el pueblo más cercano y estas casillas fueron quedando
abandonadas, cuando no demolidas.
Localización: Coordenadas de Google
Maps (40.3425, -3.29867). 28813 Pozuelo del Rey.
Chozo de pastores.
Repartidos
por diversos puntos del territorio de Pozuelo del Rey, podemos encontrar
montículos de piedra de diferentes tamaños, algunos lo suficientemente grandes
como para haber dado nombre a distintos parajes del municipio, como pueden ser
Majano Gordo o Majano Borriquita. Estas agrupaciones están levantadas con las
piedras que los agricultores han ido retirando de sus sembrados.
Pero no
todas las piedras se apartan, simplemente, amontonándolas, algunas se han
utilizado para construir los chozos y corrales utilizados por pastores. Al
igual que en los municipios limítrofes, en el término de Pozuelo hay varios
chozos, como el objeto de este artículo, situado al Este de la M-224, en el
margen Sur del Camino a Carabaña, muy cercano al límite con el municipio de
Valdilecha.
Los chozos eran unas construcciones levantadas en el
campo, con los materiales que hubiera a mano, destinados a ser refugio de
pastores. Normalmente, se ejecutaban sin argamasa162,
con piedra en seco o ramas y hierbajos. Podían tener planta rectangular y
cubierta de tejas árabes a una o dos aguas o también ser de planta circular,
como el que aquí mostramos, el cual se encuentra parcialmente demolido. Estas
construcciones disponían de una sola puerta, frente a la que el pastor situaba
la cocina.
Este Chozo de pastores se
levanta junto a un recinto acotado por una valla metálica y dentro del cual hay
varios perros que no demuestran una excesiva amigabilidad cuando se acerca
alguien extraño a fotografiar el chozo, por lo que recomendamos tomar las
debidas precauciones y, sobre todo, no molestar a los animales, pues, en
definitiva, se hallan en un recinto privado. Pensamos que esto es interesante
saberlo por si algún lector desea llegarse hasta la zona.
Localización: Camino a Carabaña.
Coordenadas de Google Maps (40.33036, -3.30931). 28813 Pozuelo del
Rey.
* * *
Lourdes Morales Farfán es Licenciada en Periodismo por la
Universidad Rey Juan Carlos. ↑
GLOSARIO
https://www.unaventanadesdemadrid.com/comunidad-de-madrid/pozuelo-del-rey.html
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