Aquí nació
el P. Fr. Juan Guerrero, agustino (prior del convento de Yecapixtla), prior del
convento de La Puebla de los Ángeles y Definidor. Año 1636, natural de Fuente
de Cantos.
HISTORIA
Y ORIGEN
Por vez primera, hasta lo que hoy
sabemos, se documenta el topónimo Fuente de Cantos con ocasión de su conquista
por los ejércitos cristianos en la década de 1240. Al menos, así aparece en el
Apuntamiento legal de Bernabé de Chaves escrito hacia 1740; hagamos constancia
de que en nuestros archivos el primer documento que lo menciona es de 1293. Si
damos crédito a Chaves (no hay razones para negárselo) ello significaría,
obviamente, que la población ya existía antes de la conquista cristiana, aunque
quizá con otra denominación.
Lo que sí se conoce perfectamente es que su actual término municipal estaba habitado desde la prehistoria. Gracias a los excelentes resultados de las excavaciones llevadas a efecto durante los últimos veinte años en los cerros conocidos como Castillejos I y Castillejos II, situados en las cercanías de la actual villa, se ha podido reconstruir con fidelidad el tránsito desde el Neolítico al período del dominio romano, momento en el cual estos asentamientos desaparecen o son desplazados por otros, bien por efecto de la conquista, bien por la necesidad de adaptarse a las necesidades de comunicación que impone el desarrollo que comienza a adquirir la Vía de la Plata, bien por el agotamiento y búsqueda de nuevos recursos económicos, entre los cuales se hallaría la minería.
Son numerosos los
objetos datados en tiempos de la presencia romana que se han hallado en todo el área circundante,
si bien todavía no se ha podido determinar la existencia de un asentamiento de
cierta entidad, que bien pudiera ser el Lacunis descrito por diversas fuentes de la época (que
algunos, no obstante, identifican con el poblado de Castillejos II). Lo cierto
es que el espacio en el que nos hallamos fue de tránsito obligado en la ruta
entre Emérita, Reina y el valle del Guadalquivir, pasando
por Contributa Iulia (Medina de las Torres), lo que explica la abundancia de
restos de poblados en las inmediaciones: en el arroyo del Villar, en el del
Viarejo, en La Gallega, en el Matorral-Rañal, en El Risco, en El Castrejón,
etc. Opina Iglesias Vicente que una villa romana fue el origen del actual
Fuente de Cantos, como lo ponen de manifiesto su orientación y la disposición
de sus principales viales.
https://www.turismoextremadura.com/es/explora/Fuente-de-cantos
Edad Media
La pertenencia a
los dominios cristianos va pareja a una lenta consolidación y expansión de la villa,
abundante en tierras pero con escasa densidad demográfica, por lo que precisó
de un complicado esfuerzo repoblador ante el mayor atractivo que despertaba el
sur peninsular.
La Orden de
Santiago asumió desde entonces el protagonismo como referencia política,
eclesiástica y económica, un protagonismo que se extiende, si bien muy
disminuido desde finales del siglo XVI, hasta la abolición de su jurisdicción
en 1873. Nunca gozó Fuente de Cantos de una posición relevante en el entramado
administrativo de la Orden, situándose a la sombra de Montemolín y Segura de
León en los tiempos iniciales (en los ni se le dotó de una encomienda propia),
y posteriormente a la de Llerena. Pero sí experimentó un crecimiento
superior al de casi todos los pueblos que le rodeaban: la cifra
que algunos autores han citado de 1.842 vecinos (familias) para 1494 nos parece
francamente ilusoria, pero los censos de 1498 y 1501 no deben conducir a
engaño: los 1.000 vecinos que, aproximadamente, ambos computan (algo menos de
4.000 habitantes) certifican que se trataba de uno de los mayores núcleos de la
actual Extremadura.
Sus recursos económicos descansaban en
el cultivo de cereal y, sobre todo, en la abundancia de pastizales, buena parte
de los cuales eran de aprovechamiento comunal e intercomunal. Entre estos últimos
destacaban las dehesas cuya titularidad compartían las cinco villas hermanas
(Calzadilla, Medina, Monesterio, Montemolín y Fuente de Cantos). Esta
hermandad, que perdurará hasta bien entrado el siglo XIX, funcionó como un
auténtico gobierno comarcal, abarcando incluso competencias que iban más allá
de la explotación de las tierras compartidas.
Además de la
dedicación agroganadera, el comercio pudiera haber sido una actividad importante
durante toda la Edad Media, como lo ponen de manifiesto la
concentración de mesones en ciertos viales de la villa y la presencia de una
importante comunidad judía y judeo-conversa. Según datos aportados por Luis
Garraín, en 1474 se contaban 25 familias (140 personas), y 41 en 1485. En 1494,
dos años después del decreto de expulsión de los judíos no conversos, sólo
estaban censadas 15 familias, 41 personas. El impacto que dicho decreto tuvo en
una villa siempre necesitada de mano de obra especializada hubo de ser
importante, tanto como lo sería en 1609 la expulsión de los moriscos, buenos
artesanos y grandes conocedores de la huerta: 109 vivían en 1589, de los que
aún quedaban 51 en 1610.
Edad Moderna
La Edad Moderna
(siglos XVI, XVII y XVIII) significa para Fuente de Cantos una
época de cambios en múltiples aspectos: políticos,
jurisdiccionales, urbanísticos, artísticos, etc., si bien las estructuras
demográficas, económicas y sociales no se verán demasiado alteradas.
Conocemos también la estructura urbana
de la villa en torno a 1588, la cual no creemos experimentase cambios sustanciales
hasta el siglo XIX; en dicho año, los vecinos se agrupaban en las siguientes
calles: Llerena, Hermosa, Usagre, Sardanores, Espíritu Santo, Calzadilla,
Almenas, Caño de las Barrigas, Santa Ana, Horno de la Poya, San Marcos y La
Sangre, Segura, San Julián, Misericordia, Martínez, Montemolín y Crimentes. La
mayoría de los nombres de las calles se relacionan con la dirección de los
caminos a los que conducían o con las ermitas que existían entre su caserío.
Buena parte de esos viales mantienen hoy tal denominación y, más o menos, el
trazado antiguo.
Entre calles angostas y largas, y pocas
plazas y espacios abiertos, destacaban los edificios públicos y los
establecimientos eclesiásticos. Ante todo, la iglesia parroquial, cuyo cubo o
torre vieja, antes almenada, del siglo XV al menos, se imponía con rotundidad
hasta que a finales del siglo XVIII halló cierto contrapeso visual con la
terminación de la torre nueva. Enfrente, como ahora, el ayuntamiento, y en las
calles aledañas los edificios de la encomienda, bastimentos, carnicería, mesa
maestral y la cárcel. Los conventos y sus respectivas iglesias también
determinaron el aspecto urbano: en el centro mismo, el convento de la
Concepción de franciscanas y el de las carmelitas descalzas, y en el extrarradio
el convento de San Diego, de frailes franciscanos. Los tres se erigen,
aproximadamente, en el intervalo 1575-1650; hoy sólo está activo y entero el de
las carmelitas. También, tres hospitales para pobres: el de la Sangre de Jesús
de los Afligidos, el de los Ángeles y el de la Esperanza. Y un número de
ermitas que supera la veintena (aunque no todas fueron coetáneas), y de las
cuales hoy sólo contamos abiertas al culto con la de San Juan y la de la
Hermosa, que alberga la que es, desde el siglo XVIII, y sustituyendo a la
Virgen de la Granada, la patrona de Fuente de Cantos.
Durante el siglo XVI, y según los registros oficiales, fueron 291
los fuentecanteños que emigraron a Indias. Entre quienes embarcaron había
un considerable número de clérigos y algunos miembros destacados de la sociedad
local, pero la mayor parte pertenecía a ese grupo social cuyos anhelos no eran
otros que salir de la pobreza o de la mediocridad: labradores y criados,
esencialmente.
Los recursos
económicos durante la Edad Moderna estuvieron muy estrechamente ligados a la
tierra. Destaca sobremanera el aprovechamiento ganadero
de estas superficies. Prados, pastos y, en menor medida, bosques, y en
ellos tenían una presencia importante y continuada los ganados trashumantes de
la Mesta, no siempre bien avenidos con los agricultores y ganaderos estantes,
pero generadores de sustanciosas rentas para los propietarios de los
pastizales.
Dentro del mundo artesanal o
preindustrial, no existía una red productiva destacada ni variada, ni mucho
menos organizaciones gremiales que la controlasen; sí conviene destacar la
importancia que tuvieron las manufacturas textiles (jergas, sayales y otros
tejidos bastos, también fábricas de tinte) en el siglo XVIII, según informan el
Interrogatorio de la Audiencia de Extremadura (1791) y las Memorias políticas y
económicas de Larruga (1797); en ellas se ocupaban (si bien a régimen parcial,
compatibilizando este trabajo con el campo y el hogar) casi 500 personas, la
mayoría mujeres. Por último, el comercio no hubo de ser una actividad
destacada; la inexistencia de una feria anual, el escaso número de individuos
calificados como mercaderes en los distintos padrones analizados y la
progresiva reducción del número de mesones y posadas a lo largo del tiempo, así
lo confirman.
Al igual que ocurría en el resto del
territorio extremeño y peninsular, la sociedad fuentecanteña del Antiguo
Régimen estaba sólidamente estratificada en dos grandes grupos: los
privilegiados (nobleza y clero) y el común de vecinos. Los primeros, siendo
flagrante minoría, controlaban los órganos decisivos de gobierno y la mayor y
mejor parte de la riqueza (inmuebles rústicos y urbanos y el mercado
crediticio).
Atendiendo a la composición social, son
evidentes los enormes desajustes que se perciben en las estructuras económicas
a las puertas de la Edad Contemporánea. Una ganadería predominante pero que
genera poco empleo, una agricultura pobre e inundada de jornaleros, pocos
propietarios y una escasa diversificación en las actividades laborales. Y mientras
tanto, una población en constante crecimiento. Las reformas liberales no iban
sino a acentuar los problemas sociales: la desamortización de los patrimonios
comunales sustrajo el único medio de sostenimiento para cientos de familias y,
junto a la venta de las propiedades eclesiásticas, promovió el ascenso
económico y social de una nueva clase terrateniente.
S. XX
No obstante, y al igual que en el resto
de Extremadura, las infraestructuras apenas se desarrollaron o lo hicieron muy
tardíamente. Se perdió el tren, factor importante para el desarrollo económico,
y la mayoría de las carreteras que comunicaban a Fuente de Cantos con su
comarca y con Sevilla estaban aún sin asfaltar bien entrado el siglo XX. La
optimización de servicios como la luz eléctrica o el agua corriente no se
conseguirá tampoco hasta entonces. Coyunturas propicias para el impulso de las
obras públicas, como fue el periodo de la dictadura de Primo de Rivera
(1923-1930), no pudieron aprovecharse por completo debido al enorme
endeudamiento del municipio, parte de cuyos recursos habían de ser destinados a
la asistencia social.
La guerra civil, como para tantos otros municipios, supuso un
auténtico paréntesis en el desarrollo de la localidad. En 1936, con unos 11.500 habitantes,
la villa conocía el momento de mayor crecimiento de su historia cuando hubo de
hacer frente a un conflicto bélico que, aunque corto en el tiempo (la villa fue
ocupada a comienzos del mes de agosto), fue largo en sus consecuencias. Son
bien conocidos entre nosotros episodios como la quema de la iglesia parroquial
por exaltados de la izquierda, así como la cruenta y amplia represión que
aplicaron los vencedores. Fuente de Cantos no volvió a ser el mismo tras la guerra, se
podría decir que nunca se recuperó de la misma: perdió pujanza
demográfica y económica, se acentuaron las diferencias sociales y las
dificultades por las que atravesaba la mayor parte de la población, se cortó
por lo sano su dinamismo político y asociativo y produjo un impacto en las
mentalidades realmente asombroso.
Sin embargo, durante la interminable
posguerra, los duros años 40 y 50, la localidad, que todavía superaba los
10.000 habitantes, intentó elevar su potencialidad económica y la prestación de
servicios con la instalación de multitud de pequeñas empresas dedicadas a la
industria (especialmente la alimentaria) y el comercio; un minifundismo
empresarial que no pudo competir, en cuanto mejoraron las comunicaciones, con
las grandes empresas y las redes comerciales de las ciudades de su entorno.
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Plaza de Francisco de Zurbarán
Parroquia Nuestra Señora de La Granada
La Fiesta de la
Chanfaina se celebra cada mes de abril en Fuente de Cantos. El evento destaca
la receta popular de los pastores extremeños conocida como chanfaina. Los
visitantes podrán probar este plato típico, pero también disfrutarán de otras
actividades complementarias que tendrán lugar en la localidad.
La Fiesta de la
Chanfaina, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en 1987, se celebra
cada año a finales de abril, en el municipio pacense de Fuente de Cantos,
situado en la autovía de la Plata A-66, a unos 80 km de Mérida y unos 100 de
Badajoz.
El evento se
celebra en el recinto ferial, situado junto al Instituto de Educación
Secundaria de la población.
La chanfaina es
una receta tradicional típica de muchas regiones rurales de la península.
Admite múltiples
ingredientes y modos de elaboración que varían en función de la zona.
No obstante, los
ingredientes básicos son carne y casquería de cordero, cebolla, ajo, laurel y
guindilla.
Durante estas
jornadas, se celebra un concurso de elaboración de chanfainas, pero también la
tradicional carrera de galgos, una muestra de esquileo, exhibiciones de bailes
extremeños o concursos de cata de vinos.
Por otra parte, el
ayuntamiento prepara una gran Chanfaina para que quienes visiten el pueblo durante
estos días tan especiales, puedan saborear un verdadero plato de esta exquisita
pero sencilla receta gastronómica, que puede acompañarse con una copita del
mejor vino extremeño.
La Asociación de
Comercio de Fuente de Cantos está presente en los diferentes stands en los que
se pueden adquirir todo tipo de productos, desde bisutería y perfumes, hasta
muebles o electrodomésticos.
Quienes disfruten
probando las recetas gastronómicas típicas de los lugares que visitan, no
lamentarán acudir a Fuente de Cantos durante estos días tan señalados, donde
además, participarán de otras actividades tradicionales del municipio.
https://www.fuentedecantos.eu/historia-y-origen/#
https://www.turismoextremadura.com/es/explora/Fuente-de-cantos
http://turismo.badajoz.es/es/recursoturistico/fiesta_chanfaina
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