Andreu Nin Pérez, un revolucionario muy poco conocido
SUS INICIOS
Nació, el cuatro de febrero del año 1892, en el
Vendrell, provincia de Tarragona. Sus orígenes eran modestos, pues era hijo de
un zapatero y una campesina, llamados Manuel Nin Cañis y Antonia Pérez y
Poblet.
Pau Casals, que era amigo del padre de Nin,y que
entonces dirigía una pequeña orquesta local, fue quien le animó a dejar su
tierra natal y buscar nuevas fronteras. “L’ Andreuet té talent” vaticinó.
Aprendió esperanto en el año 1907 y, dos años más
tarde, participó en la creación del grupo esperantista, Fraterco. Dio clases de
la lengua internacional en el Vendrell. En estos años, publicó varios artículos
en defensa del esperanto en la prensa local.
Estudió magisterio elemental en el instituto de
Tarragona y completó los estudios superiores en la Escuela Normal de Barcelona,
donde obtuvo el título de maestro en el año 1911. Al trasladarse a Barcelona
formó parte del grupo Barcelona Stelo.
Andreu Nin en el
centro de la imagen
Durante tres años, ejerció de maestro en la Escuela
Horaciana de Barcelona, en el Ateneo enciclopédico Popular y en el Ateneo
Obrero de la Barceloneta. Abandonó la enseñanza, en el año 1914, para dedicarse
al periodismo en publicaciones como el Pueblo Catalán y
la Revista Pedagógica del Instituto de Estudios Catalanes.
Se afilió al movimiento federalista catalán en el
año 1911, uniéndose a la Unió Federal Nacionalista Republicana, y fue miembro
activo de las juventudes. La conflictividad social existente entonces, le hizo
evolucionar rápidamente hacia planteamientos de clase.
Evolucionó a posturas netamente socialistas,
pasando a militar en la Federación del Partido Socialista Obrero Español en
Cataluña, con interrupciones, debido a la polémica que sus opiniones
catalanistas generaban en “La Justicia Social”que era el órgano oficial
de la federación.
Desde el final del año 1914 hasta finales del año
1917, trabajó como representante de comercio en los Países Árabes.
Fue clave para su vida el año 1917, pues se produce
la huelga general de agosto, la revolución bolchevique y las luchas entre
la patronal barcelonesa y los sindicatos, sobre todo la CNT, que le marcaron
profundamente.
Se integró primero en las filas del PSOE, pero
pronto abrazó la causa del sindicalismo revolucionario e ingresó en la CNT,
donde tras asistir al segundo congreso del año 1919, defendió su ingreso en la
Internacional Comunista y sustituyó como secretario del Comité Nacional a
Evelio Boal, que había sido asesinado por los pistoleros de la derecha. En
noviembre del año 1920, el propio Nin sufriría un atentado a manos de los
Sindicatos Libres que casi le costó la vida.
Andreu Nin en la caserna Lenin, en las milicias del POUM. Orwell es el
más alto al fondo a la izquierda
Se celebra el Congreso nacional de la CNT en Lérida el veintiocho de
abril del año 1921, siendo elegido como uno de los delegados que serían
enviados a Moscú al congreso del Komintern y al congreso fundacional de la
Internacional Sindical Roja junto a Joaquín Maurín, Hilario Arlandis y Jesús
Ibáñez. Se convierte en un personaje clave de ambas internacionales.
Miembro del Comité Ejecutivo de la ISR, se encargó de la organización de
la oficina para la Europa Central entre los años 1921 y 1922, tarea que fue
interrumpida por la demanda de extradición de las autoridades españolas y la
consiguiente expulsión por parte de los alemanes. Regresa a Moscú, donde
continuó trabajando en el seno de la ISR, y fue el anfitrión de Francesc Macià
en su visita a la Unión Soviética.
Aprendió ruso y se dedicó a labores de traducción y convivió con una
mujer rusa, Olga. Su primera esposa fue la catalana María Andreu con la que
tuvo cinco hijos.
Sin embargo, durante su viaje a Moscú pasó a admirar la revolución rusa,
tras lo cual abandonó el anarquismo y se hizo comunista. Nin, que también
asistiría al segundo congreso del Profintern, vivió durante un tiempo en Moscú,
época en la que primero trabajó para Nilolái Bujarin y posteriormente se
convirtió en el secretario de León Trotski uno de los líderes bolcheviques
durante la revolución.
Andreu Nin llegó a ser uno de los personajes clave de la Internacional
Comunista y de la Internacional Sindical Roja, donde conoció personajes como
Lenin y Trostki.
Gracias a un puesto de trabajo en la Profintern, Nin pudo visitar
Francia, Italia y Alemania. Recibió en Moscú la visita del escritor y
periodista Josep Pla en el año 1925, al que el diario La Publicidad pagaba el
viaje.
Paso a pertenecer a la llamada Oposición de Izquierdas dirigida por
Trotski en el año 1926, que se oponía al ascenso de José Stalin dentro del
PCUS, por lo que Nin tuvo que abandonar la URSS en el año 1930.
Cuando regresa a Barcelona, Nin tiene 38 años y ya ha visto morir a dos
de sus hijas. Sufre problemas renales y su familia está rota. Se instalan en la
Ciudad Condal Andreu Nin, Olga, Ira que era única superviviente de las
trillizas y Nora. Aquí traduce con gran intensidad para poder comer. Pasarán
los veranos en Calella de Palafrugell. Llegó a tener un gran dominio el
ruso por lo que posteriormente se dedicó a realizar importantes traducciones al
catalán, consideradas clásicas, de los novelistas rusos del siglo XIX. Fue
traductor del ruso al catalán de clásicos como “Ana Karenina”, “Crimen
y castigo” y algunas obras de Antón Chejóv, entre otras obras.
Perteneció a la masonería durante un tiempo y tenía el nombre de
Pestalozzi. En el transcurso de una entrevista en el año 1933, el propio Nin
afirma: “Cada mañana, cuando me hago el nudo de la corbata delante del
espejo, me despido de mi mismo… por si acaso”.
A su vuelta a España, Nin fue clave en la formación de un grupo de
orientación trotskista, la Izquierda Comunista de España (ICE), en mayo del año
1931.
La historia y actividad política de Joaquín Maurín y Andrade no se podía
entender sin Andreu Nin. Se trata de intelectuales de primer orden,
teóricamente muy sólidos, que abandonaron rápidamente el PSOE y los partidos
comunistas ortodoxos, para fraguar una posibilidad revolucionaria alternativa
que no pudo cuajar. Mientras PSOE y PCE tenían una gran debilidad teórica, los
artífices del Bloque Obrero y Campesino y el POUM destacaban como pedagogos
sociales y estaban obsesionados con el periodismo como escuela de reflexión,
con todos sus aciertos y limitaciones.
El ICE pronto se convirtió en un grupo afiliado a la Oposición de
Izquierda Internacional y pasó a publicar el periódico “El Soviet”.
Esta organización disponía de algunos militantes muy destacados. Sin embargo,
la Izquierda Comunista era un grupo demasiado pequeño como para tener
influencia real en la vida política española. A pesar de que fue considerado un
partido trotskista opuesto a Stalin, desde su exilio en Noruega, el mismo
Trotski criticó duramente su línea política.
Tras su regreso a España, Nin se encontró un país muy distinto al que había
dejado, especialmente tras la proclamación de la II República. Formó parte de
la Alianza Obrera e intervino en los sucesos de octubre de 1934 en Barcelona.
Realiza una importante labor en la difusión de las
ideas comunistas, remarcando la importancia de la lucha sindical y del derecho
a la autodeterminación de los pueblos. Ante el ascenso del fascismo, fue de los
primeros en verlo como una amenaza, que iba más allá del reaccionarismo de los
regímenes militares.
Esta divulgación, la hace en parte mediante sus
obras:
- “El proletariado español
ante la revolución” del año 1930.
- “El proletariado español
ante la revolución” del año 1931.
- “Los movimientos de
emancipación nacional” del año 1935.
Tras las críticas recibidas anteriormente por su
línea política, acabó rompiendo con Trotski después de no aceptar su pretensión
de adoptar una táctica centrista en el PSOE. Al fusionarse su grupo con el
Bloque Obrero y Campesino de Joaquín Maurín se fundó el POUM en el
año 1935.
Nin fue nombrado miembro del comité ejecutivo del
nuevo partido y director de su publicación, “La Nueva Era”. Fue elegido
secretario general del POUM al año siguiente. También fue elegido secretario
general de la Federación Obrera de Unidad Sindical, en mayo de 1936, que tuvo
una fuerte implantación sindical en las provincias de Lérida, Gerona y también
en Tarragona.
El POUM quería desatar en España una revolución a
ultranza, desarrollando un proyecto leninista puro y acabar con las
raíces de la democracia burguesa. En ese desafío no dudó en llamar
contrarrevolucionarios a comunistas y socialistas y granjearse su enemistad,
pero siempre careció del apoyo de las masas obreras de la CNT, sindicato que en
Cataluña siguió aliada con la Generalitat y el PSUC.
Guerra civil española
Tras el estallido de la guerra civil, Andreu Nin se
convirtió en el máximo dirigente del POUM. Hasta julio del año 1936, el partido
había tenido una presencia muy limitada en el ámbito político catalán, y aún menor
en el resto de España.
Sin embargo, a partir de ese momento Nin y otros
líderes del POUM empezaron a hacerse conocidos fuera de sus feudos
tradicionales, y solían hablar en público.
Tras formar parte del Consell d'Economia de
Catalunya entre agosto y septiembre de 1936, el veintiséis de septiembre de
este año, Nin fue nombrado consejero de Justicia de la Generalitat. El catorce
de octubre del año 1936, implantó por decreto los Tribunales Populares. Sin
embargo, la gestión de Nin como consejero de Justicia fue bastante discutida.
Fue Consejero de Justicia hasta el dieciséis de diciembre del mismo año, en el
gobierno de Josep Tarradellas. Al explicarle las razones, según contó más tarde
Nin en su interrogatorio, Josep Tarradellas le advirtió además del peligro que
corrían tanto el POUM como sus líderes.
Se le encomendó la tarea de reducir la
justicia de paseos y asesinatos indiscriminados que imperaba desde la
sublevación y estableció los Tribunales Populares, una medida que sería anulada
por el Ejecutivo republicano tras los sucesos de mayo del año 1937.
El historiador Hugh Thomas dice, “Nin no se
había caracterizado por sus escrúpulos humanitarios respecto a la burguesía”.
Las milicias del POUM también contribuyeron a la represión de los fascistas y
enemigos del pueblo.
En otoño, Nin había planteado al presidente de la
Generalidad, Lluis Campanys, en el otoño de 1936, la posibilidad de acoger
refugiado a León Trotski, que en aquel momento había tenido que salir de
Noruega por presiones soviéticas.
El PSUC entregó a la CNT, el veinticuatro de
noviembre, una propuesta sobre el establecimiento de un nuevo gobierno de la
Generalidad, que incluía la salida de Nin como consejero de Justicia.
Muchos miembros y líderes anarquistas no tenían
demasiado aprecio por Nin, al que consideraban un renegado de la CNT, por lo
que resolvieron que se trataba más bien de un conflicto entre marxistas.
Durante la primavera del año 1937 la policía
republicana localizó una supuesta carta escrita por Andreu Nin dirigida a Francisco
Franco, en la que el líder trotskista respaldaría un plan de sublevación de la
quinta columna madrileña. La carta, en realidad fue una falsificación realizada
por el NKVD y constituyó una de las principales pruebas de acusación
contra Nin.
Después de los sucesos de mayo del año 1937, en la
que se enfrentaron violentamente, por un lado miembros de la CNT-FAI y el POUM
y por el otro lado, los partidos del gobierno de la Generalitat, UGT, PSUC y
ERC, se inició una persecución del POUM que llevó a la ilegalización del
partido y a la detención de gran número de sus miembros.
Después de los sucesos de Mayo de 1937 en
Barcelona, la campaña comunista contraria al POUM se intensificó. Sus
dirigentes fueron acusados abiertamente de ser fascistas y conspirar con
Franco. Las autoridades republicanas suspendieran la circulación del periódico
del partido, “La Batalla”, el veintiocho de mayo.
Andreu Nin mostró siempre su oposición a Stalin y a
la doctrina stalinista. Stalin no estaba acostumbrado a ser desobedecido, se
salió con la suya y no podía tolerar que se le insultara desde un país al que
estaba vendiendo armas.
Kliment Voroshílov, el comisario del pueblo de
Defensa, envió el catorce de mayo un cablegrama al consejero militar Grigori
Shtern, que operaba en Madrid, exigiéndole que visitara al presidente de la
República, Largo Caballero y le conminara a desmentir las falacias de
la prensa del POUM.
De lo contrario, Moscú cortaría los suministros
armamentísticos que sostenían el esfuerzo bélico de la República y retiraría a
todos sus agentes y asesores militares. En el plazo de un mes, los
acontecimientos se precipitaron. Tras quedar su partido ilegalizado.
A Nin y a los poumistas, como ya vimos, se les
acusó de ser espías fascistas, de estar coaligados con los nazis y formar parte
de la llamada Quinta Columna. Los agentes soviéticos del NKVD, liderados por el
temible Alexander Orlov, armaron pruebas falsas para relacionar a los
líderes revolucionarios con Franco.
Nin se negó a confesar nada, y esos mismos policías
rusos tuvieron que eliminarlo en algún día comprendido entre el veintiuno y el
veinticuatro de junio del año 1937, cerca de Perales de Tajuña, entre Alcalá de
Henares y Chinchón.
El director general de Seguridad, el coronel
Antonio Ortega Gutiérrez, comunicó al ministro de Educación y Sanidad, el
catorce de junio de 1937, que el jefe del NKVD en España, Alexander Orlov, le
había indicado que debía detenerse a todos los dirigentes del POUM.
Las autoridades republicanas clausuraron la sede
del POUM en el Hotel Falcón, el dieciséis de junio, y la cúpula del partido fue
detenida por la policía. De acuerdo con el testimonio de Julián Gorkín, la
policía republicana estuvo acompañada por dos extranjeros, se trataba de
agentes del servicio secreto soviético.
Su muerte
Andreu Nin fue trasladado a la ciudad de Alcalá de
Henares, próxima a Madrid. Esta ciudad se había convertido en una importante
base de los soviéticos en la España republicana, por lo que ofrecía garantías
de seguridad.
Se ha sostenido que Andreu Nin fue sometido a interrogatorios
y sufrió torturas durante los siguientes días a su detención. El historiador
Hugh Thomas apunta que Nin fue trasladado en coche desde Barcelona, y luego
llevado a la catedral de Alcalá de Henares, que funcionaba como una cárcel
particular del NKVD soviético. Algunos sostienen que murió en Alcalá de
Henares.
Sin embargo, varias circunstancias alrededor de su
muerte están por esclarecer, como si llegó a sufrir torturas o no antes de su
ejecución. Según el historiador Paul Preston, posiblemente Nin fue asesinado el
veintidós de junio mediante desollamiento, por orden de Orlov. Existen pocas
dudas de que la orden de ejecución de Nin provino de Moscú.
Por su parte, el historiador Hugh Thomas afirma que
pudo haber sido asesinado en el parque de El Pardo, cerca de Madrid, pero el
destino final de sus restos continúa siendo un misterio.
Sin embargo, los aspectos fundamentales del
secuestro y consiguiente asesinato de Andrés Nin son evidentes. Nin fue
detenido por miembros de los servicios policiales de Madrid y Barcelona, y no
por policías procedentes de Valencia, que era la sede del gobierno de la
República.
Fue transferido primero a Valencia y posteriormente
a Madrid. Una vez en Madrid, fue seguramente transferido a los servicios de
contraespionaje del NKVD, y trasladado a uno de sus cuarteles en Alcalá de
Henares o El Pardo.
Por estas razones, y dado que Andreu Nin no era
ningún funcionario del gobierno, fue imposible para los ministros de Justicia,
Manuel de Irujo, y de Gobernación, Julián Zugazagoitia, obtener información
sobre el paradero del antiguo consejero de Justicia de la Generalidad.
A los pocos días de su detención, en la España
republicana empezó a correr el rumor de que Andrés Nin había sido asesinado. Se
extendió una campaña con el lema ¿Dónde está Nin? La antigua
ministra de Sanidad, la anarquista Federica Montseny, fue una de las primeras
personalidades que planteó la cuestión en público.
En el propio gobierno republicano no estaban muy
seguros de lo que había ocurrido. Varios ministros socialistas preguntaron a
los dos ministros comunistas, que aseguraron desconocer todo lo relacionado con
este asunto. La versión semioficial que empezó a circular fue que Nin había
sido liberado de la checa por sus amigos de la Gestapo.
Para los historiadores Ricardo Miralles y Hugh
Thomas, Negrín habría sido consciente de la verdad sobre lo sucedido desde el
principio a pesar de hacerse eco de la inverosímil versión de la Gestapo.
Hugh Thomas añade que el caso Nin en realidad se
trataba de un asunto sucio, pero que los líderes republicanos resolvieron que
era mejor no importunar a los soviéticos para así poder seguir recibiendo la
preciada ayuda militar.
Por otro lado, los líderes y ministros republicanos
no sentían un especial aprecio por el líder de este pequeño partido, al que
consideraban un mero grupo de agitadores que estaba perjudicando el esfuerzo
bélico. El ministro de la Gobernación, Julián Zugazagoitia, comentó que esta
acción se había realizado sin el conocimiento y el consentimiento del gobierno
republicano.
Andreu Navarra en su libro “La revolución
imposible” dice “Si Negrín que era el sucesor de
Largo Caballero y artífice de la consigna, resistir es vencer,
toleró que se detuviera a Nin y a la cúpula del POUM en junio de 1937 era con
la esperanza de que continuarían llegando las armas y materiales de los que
dependía de forma absoluta. No permitió aquel crimen porque fuera un psicópata
o un totalitario, ni siquiera por una postura ideológica, sino porque
necesitaban las armas”.
Sugiere que Negrín dejó hacer porque no se podía
permitir enajenar a Stalin o arriesgar el suministro soviético de armas.
Sus últimos años de Andreu Nin los vivió sobre un
fondo gris, entre sus decepciones políticas, su vida obligadamente frugal por
los apuros económicos, aunque siempre fue de actitudes espartanas y los
continuos achaques que afectaban a su hígado maltrecho y le hacían padecer
mucho.
Josep Pla escribió en su homenaje y dijo que Andreu
Nin fue el único “nietzscheano práctico, auténtico, que ha dado este
país… fue un resentido de llamarse Nin y Pérez, de ser hijo de un zapatero
del Vendrell, de ser pobre, de no disponer de buena mesa y de buenas señoras”.
BIBLIOGRAFÍA
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Nin”. 1974. Barcelona.
Bonamusa, F. “Andreu Nin y el movimiento comunista en España (1930-1937).
1977. Anagrama, Barcelona.
Ferran, Aisa. “Contrarrevolución. Los hechos de mayo de 1937”. 2007.
Ediciones de 1984. Barcelona.
Moreno, Jaume. “Andreu Nin: los años soviéticos”.
Nin, Andreu. “La revolución española”. Compendio de escritos
hechos por Andreu Nin entre 1930 y 1937, editorial Viejo Topo.
Pagès, Pelai. ”Andreu Nin. Una vida al servicio de la clase obrera”.
2009. Editorial Laertes.
Pagès, Pelai. “Andreu Nin: su evolución política (1911-1937)”.
1975. Zero. Bilbao.
Nin, Andreu. “La revolución española”. Compendio de escritos hechos
por Andreu Nin entre 1930 y 1937, editorial Viejo Topo.
Solano, Wilebaldo. “Biografía breve de Andreu Nin”. 2006. Editorial
Sepha.
Solano, Wilebaldo. “El POUM en la historia: Andreu Nin y la revolución
española”.
Zavala, José María, “En busca de Andreu Nin “. 2005. Barcelona.
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