La era de las catedrales
La irrupción de las catedrales góticas en
la Europa de los siglos XII, XIII y XIV no fue un acontecimiento imprevisible
ni inexplicable. Hay una larga cadena de causas socioeconómicas, políticas,
militares y religiosas que contribuyen a explicarlo. Nos remontamos, para
empezar, al siglo VIII. El nombre de catedral, procedente del latín cathedra (silla,
trono), fue aplicado en tiempos de Carlomagno a
las sedes episcopales de su imperio. Era lo que se había dispuesto en la nueva organización eclesiástica patrocinada
por este emperador de acuerdo con los papas Adriano I y León III. La cátedra
era la silla honorífica, el símbolo de la autoridad del obispo. Y la catedral
era precisamente el lugar donde este, sentado en su trono y a la vista del
público, ejercía solemnemente sus funciones.
En el Imperio
carolingio hubo catedrales, como la de Aquisgrán, en la que
el emperador vivió seguramente sus fastos más felices. Pero la vida de estas
catedrales del siglo IX fue muy corta y su gloria, efímera. Porque a la muerte
de Carlomagno la rápida desintegración de su imperio produjo cambios
extraordinarios. En primer lugar, acentuó el decaimiento de las ciudades,
puesto ya de manifiesto unos siglos antes con las invasiones bárbaras , que habían acabado con una civilización romana ya
mortecina. Un siglo más tarde, el peso de las ciudades era casi inexistente en
Europa occidental. Y sin ciudades no eran concebibles las catedrales. Por otra
parte, con los sucesores de Carlomagno inmersos en luchas dinásticas se
descuidaron asuntos públicos, sobre todo en lo que hoy son Francia y Alemania,
y el poder político, atomizado, frágil, pasó de la monarquía a la nobleza.
Aquellos nobles vivían aislados en sus castillos y
sometidos a una economía de mera subsistencia, que solo era posible gracias al
servicio obligado de sus vasallos, alojados en tierras dependientes de su
residencia. También en el seno del clero se produjeron cambios notables. Los
obispos, muchas veces parientes o amigos de los señores feudales, vivían
aislados en sus fortalezas. Casi siempre ajenos a las tareas pastorales de
otros tiempos, se centraron más en las intrigas políticas y los negocios
mundanos.
Gracias al trabajo y la
organización de los cluniacenses, decrecieron las hambrunas, se mitigaron las
epidemias y creció la población.
La religiosidad y la cultura se habían refugiado en los
monasterios, que eran centros de oración y trabajo, independientes del poder
feudal, habitados generalmente por monjes de la orden benedictina. Casi todos
los monasterios poseían extensas tierras alrededor de la casa madre, cultivadas
por novicios y legos. La profunda religiosidad de aquellos tiempos, unida al
deseo de asegurar la salvación del alma, hizo que llovieran las donaciones
sobre algunos monasterios. Pero con la acumulación de bienes la conducta de los
monjes se relajó. En el siglo X se produjo una reacción moral, originada en el
monasterio francés de Cluny.
La regla, las normas y las costumbres practicadas en este lugar influyeron en
todo el monaquismo occidental y provocaron mejoras espirituales y materiales.
Gracias al trabajo y la buena organización de los cluniacenses, se guardaron,
se leyeron y se escribieron libros en sus bibliotecas, se roturaron nuevas
tierras, se perfeccionaron los cultivos, decrecieron las hambrunas, se
mitigaron las epidemias y creció la población.
El nacimiento del arte románico estuvo vinculado a los
postulados de esta reforma religiosa. Una de sus principales manifestaciones
fue la construcción
de iglesias, monumento esencial del monasterio y modelo para
otras edificaciones. Estos templos monásticos eran sólidos y desprovistos al
principio de cualquier ornamentación. Ya que estaban en plena época feudal, era
lógico que muchos de estos monasterios y sus iglesias fuesen considerados “fortalezas de Dios”.
Con el tiempo, una fiebre constructora afectó a todo el Occidente cristiano y
las primeras catedrales se hicieron en estilo románico, ya superada la época
feudal y renacida la vida en las ciudades.
Se asegura que los que
dirigieron la construcción de las primeras catedrales fueron monjes, antes de
que apareciesen los maçons.
A principios del siglo XII, los cuantiosos donativos otorgados
a Cluny por monarcas y nobles europeos provocaron un rápido y desmesurado
enriquecimiento de aquellos monasterios y, con ello, una segunda decadencia
moral. Pero, como en el caso anterior, también se produjo un profundo cambio de
ideas y costumbres en la vida monástica. Esta reforma se inició en un lugar
francés llamado Cîteaux, conocido en español como Cister.
Se asegura que los arquitectos que dirigieron por
entonces la construcción de las primeras catedrales fueron monjes, que eran los
más ilustrados y expertos en esta actividad, antes de que apareciesen los
equipos de seglares especializados, los maçons . Los cistercienses
representaban una nueva
concepción del arte religioso y querían perfeccionar el
estilo anterior, aquel Románico severo, macizo y oscuro de sus primeros
monasterios. El espíritu de estos continuadores, también benedictinos, pero
procedentes no de Cluny, sino de Cîteaux o de Clairvaux, se manifestaba a favor
de la abundancia de luz, a favor de grandes ventanales acristalados que dejaran
pasar los rayos del sol a todas horas. Si para ello había que reforzar los
muros y correr riesgos de seguridad, aquellos cistercienses, y sus discípulos
laicos de los tiempos posteriores, lo harían sin vacilar. Empezaba la era del Gótico.
Surgida de sus cenizas
La construcción de nuevos templos se veía favorecida
por la destrucción accidental de los antiguos. La necesidad de poseer iglesias
a disposición de los fieles, tanto en las zonas rurales como en las urbanas,
exigía levantar un templo cuando el anterior se había visto arrasado por un
incendio, un saqueo o un incidente bélico. Así es como podía producirse sobre
el mismo terreno la sustitución de una iglesia prerrománica por una románica o
el cambio de ésta por otra gótica.
Muchos templos medievales
nacieron con el fin de guardar y exhibir reliquias. Entre otros, la catedral
románica de Santiago.
Los incendios eran frecuentes, especialmente en la Europa central y
nórdica, donde la abundancia de bosques facilitaba el uso de la madera en
cualquier construcción, incluidos los edificios religiosos. Su estructura era
de piedra, pero se cubrían con madera, combustible y frágil. En la península
ibérica, aún no terminada la Reconquista, las razias musulmanas provocaban a
menudo incendios o destrucciones intencionadas de iglesias, como ocurría en las
costas atlánticas de Francia a manos de los normandos.
Un poderoso estímulo para construir nuevas iglesias fue
la devoción a las reliquias, muy extendida y muy intensa en todos los países
cristianos de la Edad Media. Estos vestigios de carácter sagrado necesitaban un
reducto solemne para ser guardados y exhibidos. Y con ese fin nacieron muchos
templos medievales. Entre otros, la catedral románica de Santiago, que se
convirtió en un gran centro de peregrinación por albergar los restos del
apóstol.
El camino
de Santiago cruzaba Francia de norte a sur, partiendo de
la Île de France,
Borgoña o Auvernia, pero había también otras rutas seguidas por muchos
peregrinos, como la del Midi provenzal. Los peregrinos no solo necesitaban
caminos practicables, reservas de agua y albergues frecuentes, sino también
monasterios y templos. En ellos los caminantes podían descansar y participar en
los actos de culto. Este fue otro de los motivos por los que se construyeron
tantas iglesias en aquella época. Es posible que la principal de ellas, erigida
en la ciudad de Burgos y
convertida pronto en catedral, así como la de León, situada también
en el camino de Santiago, tuviese el propósito de favorecer a los peregrinos.
La primitiva catedral de
Chartres se enorgullecía de poseer la túnica que llevaba la Virgen en el
momento de dar a luz a su hijo.
En algunos casos, los peregrinos ricos contribuían con
sus donaciones a la conclusión de una iglesia que ya disponía de relicarios,
pero que aún no estaba terminada. Parece que la custodia de reliquias influyó
decisivamente en la idea de construir grandes templos franceses, como la
primitiva catedral
de Chartres, que antes de su incendio en 1194 se enorgullecía
de poseer la túnica que llevaba la Virgen en el momento de dar a luz a su hijo,
según una tradición creída en el lugar. La Sainte-Chapelle de París fue
mandada construir por Luis
IX para guardar la supuesta corona de espinas de
Jesucristo.
Las cruzadas
contribuyeron a aumentar el prestigio de las reliquias, pues quienes regresaban
de Palestina, Egipto o tierras próximas mostraban a menudo objetos que, según
ellos, habían pertenecido a Cristo, a la Virgen o a los apóstoles. Estas
presuntas reliquias acababan siendo depositadas en algún monasterio o iglesia
que pronto se hacían famosos y despertaban oleadas de fervor popular.
Los templarios , que
desde su fundación tuvieron como objetivo la defensa
de los peregrinos a Tierra Santa, pronto
se enriquecieron gracias a su audacia militar y a sus finanzas afortunadas, y
pudieron levantar en toda Europa fortalezas y templos espectaculares. Estas
construcciones contenían reliquias y evocaban en muchos casos la condición de
sus autores, que se consideraban a sí mismos “continuadores del templo de Salomón”.
La extinción
del Temple en el siglo XIV determinó la condena de sus líderes, pero
no el derribo de sus castillos e iglesias. Algunas de estas, heredadas por la
orden de los Hospitalarios, continuaron al servicio de los fieles y siguieron
dando testimonio de la pujanza de un arte, el Gótico, que los templarios habían
mejorado en muchos aspectos técnicos.
Templo urbano
Aparte de la aportación de peregrinos y de la voluntad
patrocinadora de algunos reyes, la mayor transformación de la arquitectura
religiosa en la Edad
Media se produjo con la aparición de los burgos
(ciudades). En ellos, una nueva
clase social, luego llamada burguesía, se desarrolló con éxito
lejos de los monasterios y las zonas rurales. Ya no dependía de ningún señor
feudal, sino directamente del rey, que le concedía privilegios y franquicias y
muchas veces la utilizaba para enfrentarse a la nobleza.
Los gremios tenían en la
catedral sus capillas y altares, donde se encontraban con frecuencia para
dirimir sus disputas y resolver sus problemas.
Estos burgueses se dedicaron sobre todo a labores artesanales y mercantiles.
Los operarios que trabajaban manualmente en la producción de objetos prácticos
muy pronto se agruparon en gremios, es decir, en corporaciones legalmente
reconocidas de personas que se dedicaban a la misma tarea (curtidores,
carpinteros, canteros, pintores...). Generalmente vivían en la misma calle y
formaban parte de las mismas cofradías, o agrupaciones religiosas presididas
por un santo.
Muchos obispos habían abandonado sus refugios feudales y
ya residían en las ciudades, convertidas oficialmente en sedes episcopales y en
activas cabezas de diócesis. La cátedra, la silla honoraria del obispo, había
vuelto a situarse en una ciudad, como en los tiempos carolingios. Y para que
eso fuese posible, se había construido un gran templo en el centro de la urbe, la catedral,
destinada en primer lugar al servicio del obispo y de los canónigos, pero
también al de los gremios y al de todos los burgueses piadosos.
En muchas ciudades, la
catedral , además de un lugar de culto, fue un activo punto de
reunión de los habitantes. Los gremios tenían
allí sus capillas y altares, donde se encontraban con frecuencia para dirimir
sus disputas y resolver sus problemas. Algunos nobles, imitados en este punto
por patricios ricos, banqueros y comerciantes, pedían ser enterrados allí. El
clero regular se había trasladado de los monasterios aislados a la ciudad
bulliciosa y paseaba por sus calles tras decir misa en la catedral. Los
antiguos benedictinos, tanto los de Cluny como los del Cister, que oraban y
trabajaban en sus monasterios, perdieron importancia a favor de las nuevas
órdenes mendicantes, las de franciscanos y dominicos, que vivían pobremente en
la urbe al servicio directo de la gente. La catedral, visible desde
lejos, emblema de
la ciudad, se convertirá en el núcleo de un vasto conjunto
con múltiples
funciones: centro religioso, intelectual, artístico... Toda una
ciudad sagrada y simbólica dentro de la ciudad.
Este artículo se publicó en el número 482 de la revista
Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a
redaccionhyv@historiayvida.com.
Aguilar de Campoo, Colegiata de (Palencia)
La construcción de la Colegiata de
San Miguel Arcángel, gótica primitiva, tiene abundantes restos románicos
del siglo XI, si bien la estructura principal actual fue levantada en el siglo
XIV. No obstante, en el siglo XV se construyó una capilla funeraria y en el
XVIII la Sala Capitular y la Sacristía.
La mitad superior de la torre es un doble
cuerpo construido en el siglo XVII en estilo herreriano.
https://www.palenciaturismo.es/visitar/lugares-interes/colegiata-san-miguel
Arbás del Puerto,
Colegiata de (León)
La Colegiata de Santa María construida en
estilo tardorrománico con sillares de arenisca con cabecera triple y una torre
en su fachada principal, tuvo su origen como hospital de peregrinos.
Por iniciativa del conde Fruela Díaz en 1116,
se quiso fundar un albergue para peregrinos, lo que dio lugar a la construcción
de un hospital y pequeña capilla a tal fin, que a través del tiempo sufrió
modificaciones como la de 1693 con la construcción de una torre, si bien con el
paso del tiempo se fue deteriorando hasta que a mediados del siglo XX se procedió
a su restauración.
Calatayud,
Colegiata de (Zaragoza)
Con una torre mudéjar renacentista y portada
del plateresco aragonés, la Colegiata de Santa María la Mayor se construyó
sobre una antigua mezquita a partir del año 1120. Claro que el chapitel es del
1770 y los cuerpos de campanas son de los siglos XV y XVII.
http://www.lasimagenesqueyoveo.com/2018/05/si-vas-calatayud-no-preguntes-solo-por.html
Cardona, Colegiata
de (Barcelona)
Es estilo románico lombardo, la Colegiata
de San Vicente que está situada en el recinto amurallado del
Castillo de Cardona y que se construyó entre el 1029 y 1040 como ampliación de
otra levantada en el 980.
Consta de tres naves, la central de mayor
tamaño, están cruzadas por el transepto dando al templo el aspecto de cruz
latina. Dispone de un cimborrio octogonal que corresponde a la cúpula y tres semicírculos
que corresponden a los ábsides.
En 1794 fue convertida en cuartel militar
para el ejército español.
https://temasycomentariosartepaeg.blogspot.com/p/blog-page_18.html
Castañeda, Santa Cruz de. Colegiata de (Santander)
Dedicada a Santa
María de Tiermes, se creó como un monasterio benedictino cluniacense en el
siglo X y en el siglo XII se convirtió en colegiata de la orden de San Agustín.
Su construcción en estilo románico, se fue
transformado a causa de añadidos y reformas, pues la nave original, el
transepto y tres ábsides escalonados con una torre cuadrada, en época barroca
se sustituyó el ábside del lado sur por una capilla y una sacristía y una
nave lateral se levantó en el siglo XVII.
https://www.asturnatura.com/turismo/colegiata-de-santa-cruz-de-castaneda/2893.html
Castrojeriz,
Colegiata de (Burgos)
Construcción bajo el patrocinio de la reina
de Castilla Doña Berenguela, se inició en 1214 en estilo románico, pero en el
siglo XV reformó todas sus bóvedas al gótico. En el siglo XVII se reformó una
capilla, la cripta y se añadió un nuevo ábside así como otro cuerpo a la torre.
Cervatos,
Colegiata de (Santander)
La Colegiata de San Pedro, se
construyó bajo el estilo románico allá por el 1129 siendo en el 1199 un
monasterio. Con una torre construida en el siglo XII, entre los siglos XII y
XIV se añadieron varias dependencias y el baptisterio, y en el siglo XVI se
modificó la cubierta de la única nave.
En su portada y muros están presentes
diversos motivos eróticos de ese periodo.
https://surdecantabria.es/cervatos/
Covarrubias, Colegiata de (Burgos)
La Colegiata de San Cosme y San Damián, es un
templo gótico del siglo XV construido en 1474 y posteriores sobre un anterior
templo románico. Su retablo mayor se edificó entre el 1751 y 1753, y el
claustro construido en el siglo XVI.
https://es.wikipedia.org/wiki/Colegiata_de_San_Cosme_y_San_Dami%C3%A1n_(Covarrubias)
Elines, Colegiata de (Burgos)
Con una cabecera románica, la Colegiata
de San Martín, parece ser que ya en el siglo X existía, pues unos
arcos mozárabes se encuentra en el cementerio actual. Considerándose que la
Colegiata actual se empezó a construir a principios del siglo XII en estilo
románico, aunque su claustro se construyó en el siglo XVI.
Gandia, Colegiata de (Valencia)
La Colegiata de Santa María, es
un edificio gótico de los siglos XIV – XVI, pero varios terremotos la dañaron,
en especial a finales del siglo XVI, por lo que hubo hubo de restaurarla
manteniendo su estilo original a pesar de haberse considerado cambiar al estilo
clasicista.
Durante la Guerra Civil española, el 2 de
agosto del 1939, fue incendiada y sus retablos e imágenes reducidos a cenizas.
Suerte que en 1999 se procedió a su restauración.
https://www.lasprovincias.es/valencia/20080523/safor/colegiata-gandia-repara-campanas-20080523.html
Pastrana, Colegiata de
(Guadalajara)
La Colegiata de la Asunción, tiene sus orígenes en una
iglesia románica del siglo XII, que construida por caballeros calatravos, fue
reformada en los siglos XVI y XVII en estilo gótico. Siendo en el 1569 cuando
se lleva a cabo una verdadera transformación por el primer duque de Pastrana
Ruy Gómez de silva, para convertir el templo, de tres anchas naves, en
colegiata.
Ubicada en el casco histórico del pueblo de Pastrana, contiene una
importante colección de tapices y otras obras de arte.
https://www.civitatis.com/es/pastrana/tour-privado-pastrana/
Roncesvalles,
Colegiata de (Navarra)
Templo del primer gótico francés es la
colegiata de Santa María, se construyó entre 1194 y 1234 gracias al
rey Sancho el Fuerte, quien lo eligió como lugar de enterramiento. Sufriendo
varios incendios, en 1445, 1468 y 1626, se procedió a su restauración
introduciendo algunos cambios al barroco.
La iglesia consta de una planta con tres
naves, la central el doble de ancha que las laterales, y una fachada que
muestra el diseño original de una puerta apuntada, flanqueada con un rosetón y
ventana también apuntada.
Santillana del
Mar, Colegiata de (Santander)
Bella es la Colegiata de Santa
Juliana, pues construida en estilo románico sobre un templo antiguo como
monasterio benedictino adquiriendo el rango de colegiata en el siglo XI.
Consta de una planta de tres naves y
transepto con tres ábside semicirculares, una torre cilíndrica y cimborrio
sobre el crucero. En épocas posteriores la fachada principal dispuso de un
frontón triangular de estilo renacentista.
Sar, Colegiata del
(La Coruña)
Edificio románico es la Colegiata de Santa
María, que en el siglo XII fue construida en estilo románico a orillas del
río Sar. Son llamativos sus robustos arbotantes construidos entre los siglos
XVII y XVIII para proteger los muros septentrionales y evitar su derrumbe a
causa del terreno inestable a menudo inundado por el río.
https://www.santiagoturismo.com/monumentos/colexiata-santa-maria-a-real-do-sar-6
Talavera,
Colegiata de (Toledo)
Mayormente es gótica, pero tiene muchos
elementos mudéjares la Colegiata de Santa María. Se asentó en el
lugar que había un templo de la época romana, posiblemente dedicado a Júpiter.
La planta es rectangular con tres naves
rematadas por ábsides poligonales y sin crucero, cubiertas por bóvedas de
crucería. El claustro se construyó en el siglo XV en estilo gótico,
encontrándose en él enterrado Fernando de Rojas.
Los cuerpos superiores de la torre se
construyeron a principios del siglo XVIII en estilo barroco.
https://es.wikipedia.org/wiki/Colegiata_de_Santa_Mar%C3%ADa_(Talavera_de_la_Reina)
Toro, Colegiata de
(Zamora)
De estilo románico es la Colegiata de Santa
María la Mayor, que inspirada en la catedral de Zamora, comenzó a
construirse en el siglo XII.
El cimborrio es típico leonés, y la planta en
forma de cruz latina dispone de tres naves con tres tramos con bóvedas de horno
en la cabecera, de cañón en el crucero y nervadas en el centro. La portada
principal está formada por diferentes arquivoltas decoradas con ornamentación
vegetal y religiosa.
Torrijos,
Colegiata (Toledo)
Construida a
comienzos del siglo XVI, la Colegiata del Santísimo Sacramento,
combina los estilos tardogótico y plateresco.
Consta de tres naves, siendo la central más alta que las
otras dos, y en su interior hay tres capillas, siendo su joya principal el
retablo.
http://www.colegiatadetorrijos.com/menu/la-colegiata/el-monumento.html
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