Teodosio I el Grande. El
tercer emperador hispano
Busto de Teodosio I en la
localidad segoviana de Coca (España), donado por Cándido López Sanz.
(Wikipedia)
Teodosio nació en Hispania, en la ciudad de Cauca, la actual Coca o en
Itálica o sus alrededores, sin tener seguridad en cuál de las dos nació. Su
fecha de nacimiento es el once de enero del año 347 d.C.
Era hijo de un
oficial militar, Teodosio el Viejo, conocido en la época como el comes
Theodosius el Viejo. Éste fue un terrateniente hispano y uno de los generales
más prestigiosos del emperador Valentiniano I.
Teodosio padre
representaba el tipo del militar de alto rango en los últimos tiempos, eficaz
en la lucha, enérgico, carismático, próximo a sus tropas, tan dispuestas en
esta época a aclamar a sus jefes y elevarlos al frente del Imperio, que se
había convertido en un coloso asediado dentro y fuera de sus fronteras que sólo
se mantiene ya por la fuerza de las armas. Durante todo el siglo cuarto, los
emperadores han vuelto a ser sobre todo los jefes de los ejércitos.
Acompañó a su
padre a Britannia para ayudar a acabar con la Gran Conspiración en el año 368
d. C. Sin embargo, Teodosio el Viejo cae en desgracia y acabó siendo ejecutado.
La razón de su retirada y la relación, si es que la había, entre él y la muerte
de su padre no queda clara.
Fue comandante
militar de Mesia, que era una provincia romana en el río Danubio inferior, en
el año 374 d.C. Sin embargo, poco después, y alrededor de la época de la
repentina caída en desgracia y ejecución de su padre, Teodosio se retiró a
Hispania.
El historiador
Amiano Marcelino define a Teodosio el Grande como dux efficacisimus,
y sin duda lo era. Cuando ya es un general de probada capacidad, es enviado a
Britania a sofocar una rebelión de escotos y pictos.
A la muerte de su
padre, el joven Teodosio es ya un brillante militar. Ha combatido junto a él en
Britania y Germania y ya en solitario ha encabezado una victoria contra los
Sármatas.
En el año de la
ejecución de su padre, de forma inesperada aunque perfectamente comprensible,
abandona su cargo como jefe de los ejércitos de Moesia y se retira a Hispania,
donde nació y tenía sus amigos y familiares.
No sabemos el
lugar exacto al que se retiraría en Hispania, probablemente a una de las fincas
de su padre, ahora suyas, o acaso a la de algún pariente, buscando el amparo
familiar. Tal vez en las propiedades de un tío suyo, Materno Cinegio, a quien
en los años siguientes tuvo oportunidad de demostrar una solidaridad y un
afecto fuera de lo común.
Teodosio pasa tres
discretos años en su tierra natal, que aprovecha para contraer matrimonio con
una hispana, Aelia Flaccila, del que pronto nace su primer hijo, Arcadio,
posteriormente tuvo a Honorio y una hija, Aelia Pulqueria. Arcadio fue su
heredero en Oriente y Honorio en Occidente. Tanto Aelia Flaccila como Pulqueria
murieron en el año 385.
Su segunda esposa
fue Gala, que era hija del emperador Valentiniano, pero nunca declarada
Augusta. Su tercera esposa fue Justina. Teodosio y Gala tuvieron tres hijos que
fueron un niño, Graciano, nacido en el año 388 que murió joven y una hija,
Aelia Gala Placidia. Esta fue la única descendiente que llegó a adulta y más
tarde se convirtió en emperatriz. Tuvo un tercer hijo llamado Juan, que murió
con su madre durante el parto en el año 394.
Entre los años 364
hasta 375, el Imperio romano estuvo gobernado por dos co-emperadores, los
hermanos Valentiniano I y Valente. Valentiniano I murió en el año 375, sus
hijos, Valentiniano II y Graciano, le sucedieron como gobernantes del Imperio
romano de Occidente.
La muerte de
Valentiniano I en el año 375, creó un pandemónium político. Poco después, una
combinación de errores políticos y militares lleva a los ejércitos romanos a un
auténtico desastre, en el año 379, a manos visigodas, la batalla de
Adrianópolis. Valente muere en la batalla.
El ejército de
Roma, soporte del Imperio, está destruido, no existe. Se hace necesario buscar
a un candidato capaz y limpio, sin implicaciones en la derrota.
Inesperadamente, el emperador Graciano convoca a Teodosio a la corte. Teodosio
derrota una vez más a los sármatas. Graciano nombra a Teodosio co-augusto de
Oriente para sustituir al emperador caído.
Teodosio se
encontró con un Imperio envejecido, amenazado por la fragmentación étnica,
dividido por las querellas religiosas, desestabilizado desde dentro y desde
fuera por los bárbaros, corrompido por la ineficacia de la administración, por
las crecientes desigualdades sociales, por las revueltas en el ejército.
Teodosio trasladó
la corte a Constantinopla en el año 380. En este momento, el Imperio Romano se
hallaba en una situación novedosa, los dos emperadores eran católicos.
Teodosio ofrece
una corona de laurel al vencedor, en la base de mármol del obelisco de Tutmosis
III en el Hipódromo de Constantinopla. (Wikipedia)
Los católicos
supieron aprovechar eficientemente esta ventaja. Teodosio convocó el primer
concilio de Constantinopla en el año 381, donde el arrianismo fue
condenado. Teodosio endureció las penas contra los herejes, incluyendo las
prácticas paganas: prohibió los oráculos, los sacrificios y las visitas a los
templos.
Teodosio el Grande
se rodea en Constantinopla de una corte de hispanos: parientes, amigos,
allegados. El personaje central de toda esta Corte es su tío Materno, hombre
que bajo se reinado parece haber disfrutado de un poder omnímodo. Desempeña el
cargo de Prefecto del Pretorio de Oriente, una especie de lugarteniente general
de las provincias orientales.
El emperador,
ocupado en combatir a los persas, descarga sobre Materno la ejecución de la
política religiosa. En el ejercicio de su cargo, éste se dedica a ejecutar
leyes anti-heréticas y anti-paganas, y a destruir templos, excediéndose en el
celo que cabía esperar de alguien desempeñando unos deberes meramente
administrativos.
Animado por su
esposa, una ferviente cristiana de nombre Acantia, destruyó los templos de
Edesa y Apamea, así como un buen número de santuarios y capillas por Egipto
entre los años 386 y 387. En estos episodios participan conjuntamente
funcionarios imperiales, obispos y monjes entusiastas.
Bajo los
emperadores Graciano y Teodosio el Grande los ciudadanos romanos se
convirtieron en masa al cristianismo. Muchos tal vez sólo para evitar
perjuicios, pero los hijos de estos conversos por conveniencia recibieron una
educación cristiana, por lo que se convirtieron en católicos sinceros.
Obelisco de
Teodosio I en Estambul.
El arrianismo decayó
rápidamente. Algunos arrianos se hicieron católicos, otros adoptaron otras
religiones menos perseguidas, especialmente el maniqueísmo, y otros decidieron
abandonar el Imperio y predicar el arrianismo entre los germanos.
A medida que los
bárbaros germanos entraban en contacto con la civilización fueron aceptando
también el cristianismo, pero lo hicieron en la versión arriana, en parte
porque eso les daba una excusa para seguir considerando a los romanos como
enemigos, y en parte porque para su mentalidad era más fácil concebir a
Jesucristo como un líder tribal humano en vez de como un dios, justo al
contrario que los romanos, que estaban acostumbrados a adorar a un dios de
carne y hueso en la figura del emperador.
TEODOSIO EL GRANDE
Y LOS VISIGODOS
Teodosio el Grande
alcanzó la dignidad imperial tras el gran desastre militar romano a manos de
las tropas godas en la batalla de Adrianópolis. Compartió el poder al inicio
con Graciano y Valentiniano II. Su cargo de emperador es de la parte Oriental
del Imperio Romano.
Después de la
muerte de Valentiniano II en el año 392, a quien Teodosio había apoyado contra
una serie de usurpadores, Teodosio gobernó como emperador único de todo el
Imperio Romano. Nombra co-augusto para Occidente a su hijo menor Honorio cuya proclamación
se realizó en Milán, el veintitrés de enero del año 393, derrotando al
usurpador Eugenio, el seis de septiembre del año 394, en la batalla del Frígido
en la actual Eslovenia.
Reunifica bajo su
mando, con fecha del seis de septiembre del año 394, a todo el Imperio romano y
siendo por ello el último emperador en gobernar la totalidad del Imperio.
Los godos y sus
aliados, vándalos, taifalae, bastarnos y los nativos carpianos, afianzados en
las provincias de Dacia, Panonia inferior y oriental absorbieron la atención de
Teodosio.
La crisis con los
godos fue tan profunda que su coemperador Graciano renunció al control de las
provincias ilirias y se retiró a Tréveris en la Galia para dejar que Teodosio
actuara sin estorbos. Los romanos presentan una gran debilidad tras la derrota
de Adrianópolis y como solución buscan el reclutamiento de los bárbaros para
luchar contra otros bárbaros.
Teodosio pactó
finalmente con los godos y los dejó asentarse al sur del río Danubio como un
reino independiente con la condición de que custodiasen la frontera.
Los tratados
finales con el resto de las fuerzas godas, firmados el tres de octubre del año
382, permitieron a amplios contingentes de godos, principalmente tervingios
establecerse a lo largo de la frontera del río Danubio en su zona meridional en
la provincia de Tracia y gobernarse a sí mismos con bastante amplitud.
Teodosio favoreció
el alistamiento de godos y otros bárbaros en las legiones romanas. Convirtió en
generales a un buen número de ellos con la finalidad de que los bárbaros
obedecerían mejor a oficiales bárbaros que a oficiales romanos.
Los godos entonces
establecidos dentro del imperio tuvieron, como resultado de los tratados,
obligaciones militares de luchar por los romanos como un contingente nacional,
en lugar de integrarse completamente en las fuerzas romanas.
Sin embargo,
muchos godos servirían en legiones romanas y otros como foederati, durante
campañas individuales. Existían bandas de godos de cambiante lealtad, que se
convirtieron en un factor desestabilizador en las luchas intestinas por el
control del Imperio.
Los germanos
introdujeron una novedad en el Imperio Romano, los pantalones. Los
romanos usaban distintas prendas de vestir, pero todas ellas cubrían ambas
piernas con una misma pieza de tela que podía levantarse dejando las piernas
desnudas cuando el ropaje dificultaba alguna tarea.
Los germanos
rodeaban cada pierna por separado, lo que permitía, que los jinetes pudieran
llevar las piernas cubiertas, mientras que las mujeres siguieron usando trajes
largos a modo de faldas.
Graciano envió
generales a limpiar las diócesis de Iliria de godos y Teodosio el Grande fue
capaz, finalmente, de entrar en la ciudad de Constantinopla, el veinticuatro de
noviembre del año 389, después de dos campañas.
En los últimos
años del reinado de Teodosio, uno de los líderes emergentes llamado Alarico,
participó en la campaña de Teodosio contra Eugenio en el año 394.
Posteriormente, Alarico volvió a su comportamiento rebelde contra el hijo de
Teodosio y sucesor en Oriente, Arcadio, poco después de la muerte de Teodosio.
LAS GUERRAS
CIVILES
Después de la
muerte de Graciano en el año 383, el interés de Teodosio se centró en el
Imperio Romano de Occidente puesto que el usurpador Magno Máximo había tomado
todas las provincias de Occidente salvo Italia.
Parece ser que
Graciano descuidó las labores de gobierno y dedicó cada vez más tiempo a
actividades de ocio, como ir de caza acompañado de jinetes bárbaros. Su
popularidad decreció y no tardaron en salir candidatos al trono.
Las legiones de
Britania eligieron emperador a su general, Magno Clemente Máximo, quien se
adueñó de la Galia en el año 383, y mató a Graciano. Teodosio el Grande estaba
ocupado en aquellos momentos con los godos en el Este.
Además, la nobleza
persa acababa de derrocar a Ardacher II y lo había sustituido por Sapor III,
hijo de Sapor II. Su situación en el trono era delicada, y Teodosio pudo
aprovecharlo para firmar una paz ventajosa con Persia, en la que se reconocía
la independencia de Armenia.
En estas
condiciones, Teodosio no podía ocuparse de Máximo, así que lo reconoció como
emperador a condición de que éste reconociera a su vez la autoridad de
Valentiniano, que todavía era un niño de doce años.
El arrianismo de
Valentiniano II lo ponía en una situación delicada, pues los otros dos
emperadores eran católicos. Su madre Justina consiguió que Teodosio aceptara la
mano de Gala, hermana de Valentiniano, lo que reforzó los vínculos
entre ambos emperadores. Poco después, Máximo invadió Italia en el año 387 y
Valentiniano tuvo que huir junto a Teodosio.
Teodosio juega sus bazas con paciencia, primero fingiendo
otorgar su beneplácito a la usurpación, luego ganando tiempo y escogiendo el
momento más conveniente para la solución militar, que lleva a cabo con firmeza
y eficacia.
Éste aprovechó la ocasión y partió hacia el Oeste. Se
encontró con Máximo en la Galia y lo hizo asesinar. Teodosio restableció a
Valentiniano en el trono, pero lo puso bajo la tutela de Arbogasto, un general
de origen franco que gozaba de su confianza y que se dedicó a limpiar la Galia
de partidarios de Máximo.
Valentiniano tenía en el año 393, ya veintiún años y
Arbogasto tenía cada vez más dificultades para controlarlo, así que finalmente
lo hizo asesinar y lo sustituyó por Flavio Eugenio, un profesor de
retórica que probablemente participó en el complot.
Teodosio se negó a aceptar los hechos y Eugenio trató de
ganarse el apoyo de los restos del paganismo. Permitió al Senado romano
restaurar el Altar de la Victoria, pero tuvo que huir a la Galia, donde se hizo
fuerte y logró el apoyo de Hispania.
Eugenio comenzó un
programa de restauración de la fe pagana, y buscó, en vano, el reconocimiento
de Teodosio. En enero del año 393, Teodosio dio a su hijo Honorio el rango
pleno de augusto de Occidente, aludiendo a la falta de legitimidad de Eugenio.
Teodosio hizo
campaña en contra de Eugenio. Los dos ejércitos se encontraron en la batalla
del Frígido, en septiembre del año 394. La batalla comenzó, el cinco de
septiembre de 394, con un asalto frontal total por parte de Teodosio contra las
fuerzas de Eugenio. Teodosio fue repelido y Eugenio pensó que la batalla estaba
acabada. Eugenio acabo siendo derrotado por Teodosio.
Teodosio nombró
Augusto a su hijo menor Flavio Honorio en el año 393, que sólo contaba con
nueve años de edad y le otorgó el gobierno del Imperio Romano de Occidente,
tras lo cual partió hacia el Oeste para hacer efectiva esta decisión. Derrotó a
Arbogasto e hizo decapitar a Eugenio, en el año 394.
Poco después,
Arbogasto se suicidó. Ahora Teodosio gobernaba todo el Imperio Romano. Ese
mismo año, prohibió los Juegos Olímpicos que llevaban celebrándose en Grecia
desde hacía casi doce siglos.
Teodosio se
encontraba todavía en Milán en el año 395, cuando cayó enfermo y murió poco después.
Los historiadores católicos lo recordaron como Teodosio I el Grande, por
haber convertido al catolicismo en la religión oficial del Imperio y haber
perseguido todas las demás.
Antes de morir,
Teodosio dispuso que su hijo mayor, Arcadio, gobernara el Imperio
Romano de Oriente, mientras que su hijo menor, Honorio, gobernaría el Imperio
Romano de Occidente. Los nuevos emperadores tenían dieciocho y once años
respectivamente, así que Teodosio les asignó tutores que actuarían como
regentes durante su minoría de edad.
Como tutor de
Arcadio escogió a Flavio Rufino, un político de origen germano que había
prosperado gracias al apoyo de Ambrosio que había desempeñado un papel
importante en las negociaciones entre Ambrosio y Teodosio. Se había bautizado
el año anterior y desde entonces se había dedicado a perseguir arrianos y a
enriquecerse confiscando sus bienes.
EL MECENAZGO DE
TEODOSIO
Teodosio supervisó
la retirada, en el año 390, de un obelisco egipcio para ser trasladado desde
Alejandría a Constantinopla. Actualmente, es conocido como el obelisco de
Teodosio y aún permanece en pie en el Hipódromo, que era el centro de la vida
pública de Constantinopla.
Volver a erigir el
monolito fue un desafío para la tecnología. El obelisco, aún reconocible como
un símbolo solar, se había trasladado desde Karnak a Alejandría junto con el
que hoy es el obelisco laterano de Constancio II.
El obelisco
laterano fue embarcado a Roma poco después, pero el otro pasó toda una
generación tendido en los muelles debido a la dificultad que representaba
intentar embarcarlo hacía Constantinopla, y el obelisco se fragmentó en el
tránsito hacia Constantinopla.
La base de mármol
blanco está totalmente cubierta por bajorrelieves documentando la casa Imperial
y la hazaña de ingeniería de trasladarlo a Constantinopla. En sus imágenes,
Teodosio y la familia imperial están separados de los nobles entre los
espectadores en el palco imperial con una cubierta sobre ellos como signo de su
estatus.
El naturalismo del
arte romano tradicional en semejantes escenas dio paso en estos relieves a un
arte conceptual. Se expresa la idea de orden, decoro y rango respectivo,
expresado en apretadas hileras de caras.
De esta manera se
empieza a poner de manifiesto que los temas formales comienzan a desbancar los detalles
transitorios de la vida mundana, celebrados en los retratos paganos. El
cristianismo acababa de ser adoptado como la nueva religión de estado.
El Forum
Tauri de Constantinopla fue rebautizado y redecorado como el foro de
Teodosio, incluyendo una columna y un arco de triunfo en su honor.
TEODOSIO Y EL
CRISTIANISMO
Teodosio promovió
el trinitarismo niceno del cristianismo dentro del Imperio. El veintisiete de
febrero del año 380, declaró el cristianismo en su versión ortodoxa la única
religión imperial legítima, acabando con el apoyo del Estado a la religión
romana tradicional y prohibió la adoración pública de los antiguos dioses.
La iglesia
cristiana estaba dividida en el siglo IV, por la controversia sobre la
divinidad de Jesucristo, su relación con Dios Padre y la naturaleza de la
Trinidad. Constantino I convocó el Concilio de Nicea en el año 325, que afirmó
que Jesús, el Hijo, era igual al Padre y de la misma sustancia.
El Concilio
condenó las enseñanzas del teólogo Arrio, quien creía que el Hijo fue creado
inferior a Dios Padre, y que el Padre y el Hijo eran de una sustancia similar
pero no idéntica.
A pesar de la
decisión del Concilio, continuó la controversia. Cuando subió Teodosio al
poder, existían varias facciones eclesiásticas que promocionaban una
cristología alternativa.
El emperador
Valente había favorecido al grupo que usaba la fórmula homoiousios. Esta
teología fue prominente en gran parte del Este y, bajo el emperador Constancio
II, se estableció en Occidente, siendo ratificada por el Concilio de Rímini.
Sin embargo, fue abjurada por la mayoría de los obispos occidentales, después
de la muerte del emperador Constancio II en el año 361.
Teodosio, por su
parte, seguía de cerca el credo niceno, que era la interpretación dominante en
Occidente y sostenida por la importante iglesia de Alejandría.
El veintiséis de
noviembre del año 380, dos días después de haber llegado a Constantinopla,
Teodosio expulsó al obispo no niceno, Demófilo de Constantinopla, y nombró a
Melecio, patriarca de Antioquía, y Gregorio Nacianceno, uno de los padres
capadocios de Antioquia, patriarca de Constantinopla. Teodosio acababa de ser
bautizado, por el obispo Acolio de Tesalónica, después de una grave enfermedad.
Los emperadores
Graciano y Valentiniano II publicaron un edicto, el veintisiete de febrero del
año 380, para que todos sus súbditos profesaran la fe de los obispos de Roma y
Alejandría, esto es, la fe nicena y decían:
“Es nuestro deseo
que todas las diversas naciones que están sometidas a nuestra Clemencia y
Moderación, deben continuar en la profesión de esa religión que fue transmitida
a los romanos por el divino apóstol Pedro, tal como ha sido conservada por la
fiel tradición y que actualmente es profesada por el Pontífice Dámaso y por
Pedro, Obispo de Alejandría, un hombre de santidad apostólica.
De acuerdo con la
enseñanza apostólica y la doctrina del Evangelio, creemos en una sola deidad
del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en igual majestad y en una santa
trinidad.
Autorizamos a los
seguidores de esta ley que asuman el título de católicos cristianos; pero por
lo que se refiere a los otros, pues, en nuestro juicio ellos son locos
insensatos, decretamos que sean señalados con el ignominioso nombre de herejes,
y no pueden pretender dar a sus conventículos el nombre de iglesias.
Ellos sufrirán en
primer lugar la reprensión de la condena divina y en segundo lugar el castigo
de nuestra autoridad que de acuerdo con el deseo del Cielo decidirá infligir”.
Teodosio convocó
un nuevo Concilio ecuménico en Constantinopla, en mayo del año 381, para
solucionar el cisma entre Oriente y Occidente sobre la base de la ortodoxia
nicena. “El concilio pasó a definir la ortodoxia, incluida la tercera
persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, como igual al Padre y 'procediendo'
de Él, mientras que el Hijo fue 'engendrado' de Él”.
El Concilio
también “condenó las Herejías apolinarias y macedonias, clarificó las
jurisdicciones eclesiásticas según las fronteras civiles de las diócesis y
decidió que Constantinopla era la segunda en precedencia respecto a
Roma”. Con la muerte de Valente, el protector de los arrianos, su
derrota probablemente dañó el prestigio de la facción homoiana.
LOS CONFLICTOS DE
TEODOSIO CON LOS PAGANOS
Valentiniano II
fue encontrado ahorcado en su residencia en la ciudad de Vienne en la Galia, el
quince de mayo del año 392. El pagano y soldado franco Arbogastes, protector de
Valentiniano y magister militum, afirmó que era un suicidio.
Arbogastes y
Valentiniano se habían disputado frecuentemente el gobierno sobre el Imperio
romano de Occidente, y Valentiniano también se había quejado del control de
Arbogastes sobre él a Teodosio.
Cuando la noticia
de su muerte llegó a Constantinopla, Teodosio creyó, o al menos sospechó, que
Arbogastes estaba mintiendo y que había tramado la desaparición de
Valentiniano.
Estas sospechas se
incrementaron con la elevación por Arbogastes de un tal Eugenio, que era un
oficial pagano, a la posición de Emperador de Occidente, y las veladas
acusaciones que Ambrosio, el Obispo de Milán, lanzó durante la oración fúnebre
por Valentiniano, aclararon a Teodosio de lo que había sucedido.
La muerte de
Valentiniano II hizo estallar la guerra civil entre Eugenio y Teodosio sobre el
gobierno de Occidente en la batalla de Frígido. La victoria llevó a la última y
breve unificación del Imperio romano bajo Teodosio, y la última e irreparable
división del imperio tras su muerte.
Durante la primera
parte de su gobierno, Teodosio parece haber olvidado el prestigio de los
obispos cristianos. Hablaba bien del mundo pagano y había apoyado de hecho, la
conservación de templos o estatuas paganas como edificios públicos útiles.
A principios de su
reinado, Teodosio era bastante tolerante con los paganos, pues necesitaba el
apoyo de la influyente clase dirigente pagana. Sin embargo, con el tiempo,
erradicaría los últimos vestigios de paganismo con gran severidad. Su primer
intento de dificultar el paganismo fue en el año 381, cuando reiteró la
prohibición de emperador Constantino de la realización de sacrificios.
El Edicto de
Tesalónica
Envió un prefecto
a Siria, Egipto y Asia Menor con el propósito de disolver asociaciones paganas
y destruir sus templos en el año 388. El Serapeum de
Alejandría fue destruido durante esta campaña.
Eusebio menciona
peleas callejeras en Alejandría entre cristianos y no cristianos ya en el año
249. Los no cristianos habían participado en las luchas por y en contra de
Atanasio producidas entre los años en 341 y 356. Mataron al obispo Jorge, en el
año 363, por actos repetidos de manifiesto escándalo, insulto y pillaje de los
tesoros más sagrados de la ciudad.
La destrucción
del Serapeum significará la destrucción o saqueo de la
biblioteca, que la biblioteca hubiera dejado de existir antes, o que los fondos
fueran conservados en otro lugar, es un asunto que aún no está claro.
Realizó una serie
de decretos en el año 389, llamados los decretos teodosianos, y progresivamente
declaró que aquellas fiestas paganas que no se hubieran convertido en fiestas
cristianas serían entonces días laborables.
Reiteró la
prohibición de los sacrificios de sangre en el año 391, y decretó, que “nadie
irá a los santuarios, paseará por los templos, o elevará sus ojos a estatuas
creadas por obra del hombre”.
Los templos que
así cerraron fueron declarados abandonados, y el obispo Teófilo de Alejandría
inmediatamente destacó por su solicitud de permiso para demolerlos y levantar
una iglesia cristiana en su lugar. Esta solicitud debió recibir la aprobación
pues existen templos donde los cimientos de iglesias del siglo V por todo el
Imperio Romano provenían de templos paganos.
Por decreto del
año 391, Teodosio acabó también con los subsidios que aún recibían algunos
órganos del paganismo civil greco-romano. El fuego eterno del Templo de Vesta,
en el Foro Romano, fue extinguido y las vírgenes vestales fueron disueltas. Las
personas que celebraran algún auspicio y practicaran los ritos paganos serían
castigadas.
Miembros paganos
del Senado en Roma apelaron a Teodosio para restaurar el Altar de la Victoria
en la Sede del Senado pero este se negó. Después de los últimos Juegos
Olímpicos del año 393, Teodosio canceló los juegos, por tildarlos de paganos.
Se acabó así con
el cálculo de las fechas para las Olimpiadas. Ahora Teodosio se representó a sí
mismo en las monedas sosteniendo el lábaro.
El aparente cambio
de política que se aprecia en los decretos teodosianos ha sido atribuido a
menudo a la creciente influencia de Ambrosio, obispo de Milán. Merece la pena
destacar que en el año 390, Ambrosio había excomulgado a Teodosio, quien
recientemente había ordenado la masacre de 7.000 habitantes de la ciudad griega
de Tesalónica, en respuesta al asesinato de su gobernador militar establecido
en la ciudad, y que Teodosio llevó a cabo varios meses de penitencia pública.
Estos hechos con consecuencia
de un incidente que se produjo en la ciudad de Tesalónica en el año 390. Una
multitud linchó a los oficiales de la guarnición romana de la ciudad. Teodosio
fue presa de un ataque de cólera y envió su ejército contra la indefensa
ciudad.
Ambrosio, el
obispo de Milán, quedó horrorizado e hizo saber al emperador que no sería
admitido en los ritos de la Iglesia mientras no hiciera una penitencia pública.
Teodosio se resistió durante ocho meses, pero finalmente tuvo que ceder. Se
ponía así de manifiesto el poder que la Iglesia Católica estaba adquiriendo, y
en particular la gran influencia del obispo de Milán.
La excomunión fue
temporal y Ambrosio no lo readmitiría hasta que Teodosio no mostró público
arrepentimiento, con lo cual el obispo demostró su autoridad frente al
emperador.
SU MUERTE
Teodosio murió en
Milán de un edema vascular, el diecisiete de enero del año 395. Ambrosio
organizó su entierro en una finca de Milán y pronunció un panegírico titulado “De
Obitu Theodosii” ante Estilicón y Honorio en el que detalló la supresión de
la herejía y el paganismo. Sus restos mortales fueron trasladados
definitivamente a Constantinopla, el ocho de noviembre del año 395. La iglesia
ortodoxa lo reconoce como santo.
BIBLIOGRAFÍA
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