“El
Mesías”
Händel
Espero que los músicos, o
cualquier persona con nociones musicales, me disculpen por la torpeza de mis
palabras y las descripciones, quizás pobres e ignorantes, de semejante obra
musical como El Mesías de Händel. Sin embargo, creo que vale
la pena el esfuerzo por poner en palabras simples, de alguna manera, y para los
muchos seres humanos comunes como yo, la belleza que hay en El Mesías y
que, a pesar de mis limitaciones, he podido contemplar y disfrutar como un niño
que apenas descubre los charcos de agua.
La obra musical titulada El
Mesías empieza con una apertura dramática llena de instrumentos que
suenan como una preciosa armonía que capta la atención. Una melodía que se
siente como el inicio de algo, como el preámbulo de lo que ha de venir y, de
repente, más o menos un minuto después de que la obra ha iniciado, la música
cambia. Esta se torna alegre y juguetona y se va transformando en una canción
con picos altos y bajos hasta llegar a un cierre aún más dramático que el
inicio. En ese momento surge una melodía nueva, un tipo de música que, tal como
lo anuncian las palabras del solista, genera consuelo. Una voz profunda se
eleva con amor y nostalgia y proclama en inglés antiguo el texto bíblico de
Isaías 40:1-3:
«Consuelen, consuelen a mi
pueblo —dice su Dios—. Hablen con ternura a Jerusalén y díganle que se acabaron
sus días tristes y que sus pecados están perdonados. Sí, el Señor le dio doble
castigo por todos sus pecados» (NTV).
Así empieza la historia que,
con mucho cuidado e intencionalidad, compiló el libretista Charles Jennens
(1700-1773) y que, con altas expectativas, entregó a uno de los mejores músicos
de la historia universal: George Friedrich Handel (1685-1759).
Retrato
de Charles Jennens por Thomas Hudson.
Aunque no sea posible abordar la totalidad de la
riqueza de esta obra, hay mucha belleza que sí es posible apreciar no solo al
escucharla, sino también al conocer sus características, su tema principal, su
alcance, el objetivo de sus creadores, lo que se requiere para interpretarla,
su complejidad, la lucha del momento histórico en que se construyó y la atípica
—para el mundo de hoy— pero tan gloriosa visión del arte.
El Mesías es
una de las obras musicales más importantes de la historia de la música clásica.
Es, sin duda, una sin paralelo y la que llevó a Händel a ser reconocido no solo
como uno de los mejores músicos, sino como un genio compositor y creador. El
Mesías es un oratorio, es decir, un género musical que consiste en
historias dramáticas íntegramente musicalizadas para solistas vocales
(cantantes), coros e instrumentos. Es un género muy parecido a la ópera pero
uno que no incluye actuación, ni vestuario ni utilería escénica y, a diferencia
de la ópera, suele contar historias del Antiguo Testamento y de los primeros
cristianos.
De
acuerdo con Calvin R. Stapert, músico, profesor y autor del libro Händel's Messiah: Comfort for God's
People, tanto la ópera como el oratorio se originaron en Italia
durante el Renacimiento tardío y el Barroco temprano en la historia de la
música, una época interesada en musicalizar los textos dramáticos. Las primeras
obras de este tipo —explica— llegaron a llamarse «oratorios», ya que se
realizaban en oratorios o salas de oración, que se desarrollaron como parte de
un movimiento devocional liderado por San Felipe Neri (1515-1595) durante la
Contrarreforma Católica-Romana. Los primeros oratorios y la ópera se hicieron
posibles a finales del siglo XVI en Florencia, Italia, y la primera ópera que
se realizó fue en 1598.
Al
igual que las óperas, los oratorios suelen contar historias emocionantes de
héroes antiguos, con la única diferencia de que los héroes que aparecen en el
oratorio provienen del Antiguo Testamento y de los apócrifos (en lugar de la
historia antigua pagana). Sin embargo, aunque Händel llegó a ser uno de los
músicos que dejó un mayor legado en términos de un oratorio, este en
particular, El Mesías,
era distinto a los demás. Si bien los protagonistas siempre eran héroes de la
Biblia, esta obra no pretendía contar la historia de uno más. El Mesías de Händel
cuenta la historia del Héroe de la historia humana: Jesús el Cristo; el Mesías
prometido, profetizado, anunciado y cumplido.
En
palabras del señor Stapert: «El
Mesías cuenta la historia de un héroe, aunque un héroe
incomparablemente mayor a cualquier otro. Su héroe, aunque humano como los
demás, también es divino, a diferencia de los héroes de otros oratorios, que
son meros —e imperfectos— mortales. El
Mesías no es simplemente la historia de un rey, juez o
general; es la historia del Rey de Reyes y Señor de Señores. Como otros
oratorios, El Mesías ofrece
drama, pero mientras que otros oratorios presentan una acción limitada en el
tiempo y el espacio, este cuenta un drama cósmico que trasciende tanto el
tiempo como el espacio. Aunque su trama contiene una acción exterior mínima y
pocos eventos históricos, no obstante, es dramática. Es el increíble drama de
la liberación de la humanidad de la tiranía de Satanás, el pecado y la muerte,
por parte del Mesías prometido desde hace mucho tiempo».
Esta
historia, que se va entretejiendo entre melodías que cautivan el corazón y la
mente, consta de tres actos que duran aproximadamente dos horas y media y que
narran la profecía, el nacimiento, el sufrimiento, la muerte, la resurrección y
la ascensión del Salvador del mundo, junto con la resurrección final de sus
santos y su reino eterno.
La
complejidad, profundidad y gloria de la obra no es solo musical, sino también
bíblica y vocacional. El anhelo del libretista Jennens era escribir una obra
que tratara el tema que supera todos los demás temas, y esperaba, gracias a la
capacidad de Handel, que esta composición superara todas las demás del músico.
Y así fue. El libreto de El
Mesías consiste únicamente de textos bíblicos del Antiguo
Testamento que van narrando el drama salvífico que Dios planeó desde antes de
la fundación del mundo y que llevó a cabo a través de Jesús de Nazaret. Si hay
algún tema que es mayor a todos y que nos excede como seres humanos es el
misterio del Dios eterno que se encarnó para salvarnos. Si hay una historia de
amor que supere a las demás es esta, y si hay algún acto heroico digno del
primer lugar, es la vida, muerte, resurrección y ascensión de Cristo.
Los
textos bíblicos usados y su conexión dejan ver la perfecta coherencia y
dirección de Dios en la historia para orquestar la salvación de su
pueblo. El Mesías cuenta,
con lujo de detalles, la historia y el plan del Dios de la Biblia; la historia
de un Dios que no tiene sueños sino planes que se llevaron y se llevarán a cabo
porque Él es uno con todo el poder, la voluntad y los recursos para hacerlo. El
tema de El Mesías y
su libreto es uno digno de meditar y de cantar. Es, efectivamente, como Jennens
había escrito a Handel cuando le envió el libreto, «algo mayor». Jennens dijo a
Handel que su objetivo se resumía en dos palabras latinas: Majora canamus, o «cantemos
de cosas mayores», y creo que con cosas mayores se refería a Dios, o más bien,
al Hijo de Dios. Además, agregó a su carta un texto bíblico particular que
probablemente inspiró su libreto:
«Sin
duda alguna, el gran misterio de nuestra fe es el siguiente: Cristo fue
revelado en un cuerpo humano y vindicado por el Espíritu. Fue visto por ángeles
y anunciado a las naciones. Fue creído en todo el mundo y llevado al cielo en
gloria» (1 Ti 3:16, NTV).
Ley
y evangelio por Lucas Cranach. Una pintura
luterana que representa la salvación del hombre a través de Jesucristo.
Händel, de acuerdo con Stapert, se alegró de haber
recibido el libreto de Jennens y comenzó a trabajar en el arte de convertirlo
en música, el 22 de agosto de 1741, y para el 14 de septiembre del mismo año ya
había terminado. Le tomó exactamente 24 días crear una obra de tal complejidad
que ni aun los mejores músicos se atreven siquiera a copiar de un papel a otro
en ese lapso de tiempo. Y aunque muchos especulan del porqué de la rapidez de
Handel para crear El Mesías, Stapert asevera que este tipo de
habilidad y capacidad para componer en lapsos tan cortos de tiempo no era rara
en él. De hecho, era un ritmo típico para él. Incluso, una vez terminó esta
composición, continuó con otro oratorio de la vida de Sansón.
Sin embargo, aunque para Händel fuese algo común
crear partituras musicográficas con tal facilidad y rapidez, no es posible
creer que hacer lo que él hizo es cualquier cosa. Sin duda, Händel había sido
dotado con dones especiales y con capacidades que no produjeron frutos simples,
sino robustos, que exaltan la belleza del pensamiento complejo. Imagine la
cantidad de hojas que puede tener un libro con las partituras de El
Mesías, que dura dos horas y media, si tan solo una hoja atiborrada de
pentagramas y notas musicales cuenta apenas unos segundos, menos de cinco, del
drama de salvación. Ahora imagine, si alguna vez ha visto un pentagrama para
tocar cualquier instrumento, que Händel no solo tuvo que crear un pentagrama
para un instrumento, sino miles de pentagramas para dirigir a cada solista,
cada instrumento y cada porción del coro que incluye su obra.
Para interpretar El Mesías se
requiere, como mínimo, cuatro solistas vocales: un soprano, un alto, un tenor y
un bajo; un coro de número variable de personas distribuidas según los cuatro
rangos vocales mencionados; una orquesta compuesta por cuerdas frotadas
mediante arcos con grupos de violines, violas, violonchelos y contrabajos;
algunos instrumentos de viento como dos oboes, un fagot y dos trompetas, además
de dos timbales. Asimismo, como en toda obra del período Barroco, se necesita
también un bajo continuo, que es ejecutado por varios instrumentos como un
clavicordio, pianoforte, clavecín u órgano, y que es tocado de manera
improvisada.
Händel tuvo que hacer las partituras con cada uno
de sus detalles para esta cantidad de músicos, que en su tiempo podrían haber
sido alrededor de 30 o 50 personas entre solistas, coro y orquesta, pero que
luego de su muerte han ido aumentando. Aunque El Mesías puede
interpretarse con un mínimo de 18 personas, de acuerdo con el maestro Gustavo
Yepes, quien es músico, docente y magíster de Artes de la Carnegie-Mellon
University, las interpretaciones de El Mesías, aún hoy se hacen
hasta con más de 200 personas. De hecho, si el libro de los Guiness Records
tuviera una categoría para la interpretación más grande de extractos de El
Mesías, allí estaría escrita la ocasión en la que diez mil voces y
quinientos instrumentos interpretaron el tan famoso «Aleluya» de la obra en la
celebración del «jubileo nacional de la paz» que conmemoró el fin de la guerra
civil americana en Boston durante 1869.
La inauguración de El Mesías se
llevó a cabo por primera vez en Dublín, el 13 de abril de 1742 en Fishamble
Street, y fue todo un éxito. Días antes se había anunciado en el diario de
Dublín que el concierto tendría un componente de ayuda que pretendía, con los
fondos recaudados, proveer alivio a los prisioneros en las varias cárceles,
apoyar el Mercer's Hospital en Stephen's Street y a la enfermería benéfica en
Inns Quay. Luego de esta primera interpretación, se tocó por segunda vez el
tres de junio del mismo año, para cerrar la temporada de conciertos en Dublín.
La primera vez que se tocó en Londres fue el 23 de marzo de 1743 pero no tuvo
tal acogida. Por el contrario, generó una controversia por el hecho de que
muchas personas estaban en contra de que un oratorio, con un tema tan sagrado
como ese, se interpretara en un lugar secular como un teatro. Según Stapert,
esta temporada de conciertos y la polémica alrededor de El Mesías generó
tanto estrés a Handel que volvió a sufrir de una enfermedad que había
experimentado en el pasado, y que le generaba un trastorno paralítico que
afectaba su cabeza y su habla, según lo describía Jennens.
Antiguo Covent Garden Theatre (Londres), donde Händel
alguna vez se presentó.
Sin embargo, El Mesías no dejó de
interpretarse y resurgió un año después durante Semana Santa sin aparente
polémica de ser llevado a cabo en un teatro secular. Durante esos años empezó a
gestarse una práctica que luego sería característica en las interpretaciones
futuras de El Mesías: la de recoger fondos con el fin de apoyar las
diversas causas de los necesitados. Aunque Handel había hecho esto desde años
atrás, no fue sino hasta 1739 que se llevó a cabo una serie de conciertos
benéficos que empezaron a marcar una tradición que luego se hizo propia
de El Mesías, pues se convirtió en la principal obra utilizada en
la recaudación de fondos de caridad.
Charles Burney, un historiador de la música del
siglo XVIII, comentó que «esta gran obra ha sido escuchada en todas partes del
reino con gran reverencia y deleite; ha alimentado a los hambrientos, vestido a
los desnudos, cuidado a los huérfanos y enriquecido a los directores sucesivos
de los oratorios más que cualquier producción individual en este o cualquier
país». Además, en la ayuda generosa que Händel brindó a los pobres con sus conciertos,
Marian Van Til —autora del libro George Frideric Handel: A Music
Lover’s Guide— afirmó que estaba siguiendo los pasos de su padre, un
cirujano generoso que claramente tomó en serio la enseñanza de Jesús de que «a
quien se le ha dado mucho, mucho se le pedirá a cambio» (Lc 2:48). El padre de
Handel ayudó a brindar alivio a las víctimas de la peste en 1682 y, a lo largo
de su carrera, «brindó atención médica gratuita a quienes no podían pagarla»,
cuenta Van Til, y señala, además, que «el famoso hijo de este cirujano
proporcionaría lo equivalente a "atención médica gratuita",
alimentando y cuidando a los huérfanos de Dublín y Londres a través de
conciertos benéficos de muchas de sus obras, sobre todo de El Mesías».
Aunque El Mesías no se realizó en
el primer concierto benéfico del hospital de niños huérfanos que Händel llevó a
cabo, sí se realizó durante el siguiente en 1750, y luego se convirtió en un
concierto tradicional benéfico con representaciones anuales hasta 1777. Y a
pesar de que nueve años después, la vida terrenal de Händel llegó a su
fin, El Mesías y sus interpretaciones siguen vivas. El
Mesías marcó el inicio de la música clásica en el sentido de que nunca
ha tenido que ser revivida.
Según Stapert, «desde su primera representación en
Dublín en 1742 no ha habido año en el que no se haya representado, y para 1750
ya estaban en marcha las representaciones anuales de El Mesías en
Dublín y en el hospital de niños huérfanos. Durante la década de 1750 se
representó en Salisbury, Oxford, Bristol, Bath y Cambridge. Se convirtió en un
elemento básico en el festival de "Los tres coros", que comenzó en
1757 y se llevó a cabo todos los años en un calendario rotativo en Hereford,
Gloucester y Worcester. Antes de que terminara el siglo, se representaba en
todas las islas británicas y se había extendido por el Canal, e incluso por el
Atlántico».
La
primera representación alemana se realizó en Hamburgo durante 1772 y la primera
interpretación estadounidense en 1770, la cual solo consistió de extractos, pero El Mesías se extendió,
incluso, más allá del mundo occidental. De hecho, una interpretación tuvo lugar
en la India tres décadas antes que la primera puesta en escena americana.
En
1812, John Nichols, autor de Literary
Anecdotes, citando a uno de sus corresponsales, dijo lo
siguiente:
«Los
oratorios de Jennens y Händel pueden haber contribuido más que cualquier sermón
moderno a difundir el conocimiento de las partes más finas e interesantes de
las Escrituras, ¡a las que muchos, además del Gran Mundo, podrían haber
prestado poca o ninguna atención! No sabemos cuán ampliamente pueden extenderse
los efectos de una buena acción. En algunos viajes recientes he leído que los
oratorios de Händel eran la música favorita en las islas filipinas».
La
expansión y el alcance de una sola buena obra, como la llamaba John Nichols,
tuvo tal impacto que ha llegado hasta nuestros días, y probablemente su
influencia continuará. Los luteranos tenían una comprensión tan rica de sus
vocaciones y dones que muchas de sus obras, en cualquier ámbito del trabajo,
permanecen hasta hoy. Händel no fue la excepción dentro del cúmulo de hombres
que aportaron grandes cosas al mundo, entre ellas una música excelente en todo
el sentido de la palabra. Música que no solo estaba muy bien creada y era
agradable, sino música que trascendía la labor mínima de deleitar a los
oyentes.
La
música de Händel y los libretos de Jennens tenían adheridos a su ADN un
entendimiento y visión del arte que, aun para su tiempo, ya empezaba a ser
contracultural. Hay una conocida historia en la que Händel había recibido un
cumplido de la obra de El
Mesías, por parte de Lord Kinnoull, por el excelente
entretenimiento que su obra había brindado a la audiencia. Ante esto se dice
que el músico respondió: «Debería arrepentirme si solo los entretuve, deseo
hacerlos mejores».
Aunque
no se sabe con certeza si Händel en realidad dijo esas palabras, ellas
concuerdan sin ningún ruido con la comprensión que tanto él como Jennens tenían
del arte. Ambos creían, y era propio de su tiempo, antes de que las influencias
y comprensión del arte de la Ilustración dañaran semejante entendimiento, que
el arte no solo debía deleitar o entretener, sino también, incluso como fin
principal, enseñar.
En
palabras de Stapert: «Durante el siglo XVIII, la palabra
"entretenimiento" aún no se usaba solo para diversiones que eran
simplemente excitantes, sin sentido y sin propósito moral. No todo el
entretenimiento estaba destinado solo a divertir. Los pasatiempos entretenidos
podían ser nobles, sanos e intelectualmente estimulantes, incluso
espiritualmente instructivos y edificantes. De hecho, dicho entretenimiento se
consideraba un dominio especial de las artes».
Una estatua de mármol de Händel por Louis-François
Roubiliac. Händel no solo creó arte sino que inspiró a otros artistas.
Esta comprensión del arte venía de una de las
teorías más antiguas del arte que aún estaba vigente en el tiempo de Händel,
aunque estaba siendo fuertemente desafiada por la Ilustración, y sostenía que
el arte debía enseñar y deleitar, pero no solo enseñar información sino
específicamente doctrina moral, la cual consideraban era el más importante de
los conocimientos. Esta visión iba totalmente en contravía de las teorías que
empezaban a reinar gracias a las corrientes de pensamiento de la Ilustración en
la que se creía que el propósito del arte era el arte por el bien del arte
mismo.
Aunque estas nuevas teorías del arte se adentraron
en la cultura y dieron como fruto obras como The Beggar’s Opera, la
cual, como muchas otras, fue claramente escrita para divertir, sin ningún propósito
moral, sin embargo, Händel no cedió en su comprensión del arte como algo no
trivial, como algo que importaba en la vida y que su fin último de enseñar no
excluía la labor de entretener o deleitar.
Händel y Jennens fueron incluso más allá del
propósito de enseñar y deleitar con El Mesías. El contexto de su
tiempo religioso también había estado impactando sus vidas y tocando ciertas
fibras que los hizo llegar a luchar en contra de la corriente del «deismo», que
planteaba que sí había un dios creador de todas las cosas, pero que luego de
crearlo todo nos había dejado solos. Los deistas, además, consideraban que los
seres humanos eran buenos por naturaleza y tenían todos los recursos para
resolver sus problemas sin intervención divina. Por lo tanto, el deísmo estaba
fundamentalmente en desacuerdo con las creencias cristianas de que los seres
humanos somos pecadores, incapaces de salvarnos a nosotros mismos y, por lo
tanto, necesitados de un salvador. En otras palabras, los deístas no creían en
la necesidad de un Mesías.
Pero eso no los detuvo para crear semejante obra
maestra en la que se proclamaba al Mesías histórico que irrumpió en la vida
humana, no solo para enseñarnos de la salvación, sino para él mismo ser y
llevar a cabo nuestra salvación. Los anhelos de Jennens, entre los otros
mencionados, eran fortalecer a los cristianos de ese entonces, pero también
presentar esta obra como un argumento que pudiera persuadir a todos aquellos
que no creyeran que Jesús es el Mesías, incluyendo tanto a algunas personas
dentro de la misma iglesia cristiana como a judíos, musulmanes, ateos o
cualquier persona que no fuera cristiana. Jennens buscaba, además, prevenir las
dudas y la desesperanza que podrían arraigarse en los corazones de muchos
creyentes, como sucedió con su hermano, debido al creciente número de
incrédulos en Europa durante la Ilustración, que promovían una religión
«natural» y que proclamaban una moralidad social de sentido común y una visión
optimista de la naturaleza humana.
El propósito principal de El Mesías era
demostrar que Cristo es el Mesías profetizado. Este propósito no solo
pretendía, como ya se dijo, alcanzar a los no creyentes, sino también afirmar
la fe de los cristianos dentro de la Iglesia.
El Mesías fue
y sigue siendo hoy una obra digna de admiración y meditación. Una obra digna de
seguir en cuanto a sus convicciones y comprensión de la vocación. Y, por
supuesto, una obra en la que nos será más que provechoso meditar palabra por
palabra a fin de hallar el consuelo que trasciende nuestra existencia: Cristo.
_________________________
A continuación, te compartimos el libreto de El
Mesías de Händel con el propósito de que puedas disfrutar cada parte
cuando tengas la oportunidad de oírlo o aun de verlo interpretado por músicos,
y para que puedas, además, meditar en cada porción de la Escritura.
Parte
1
- Orquesta: Obertura (la introducción instrumental a un oratorio)
Escena
1
- Aria: Isaías 40:1–3
Comfort ye, comfort ye my people, saith your God.
Speak ye comfortably to Jerusalem, and cry unto her, that her warfare is
accomplished, that her iniquity is pardoned.
- Recitativo: The voice of him
that crieth in the wilderness, “Prepare ye the way of the Lord, make
straight in the desert a highway for our God.”
- Aria: Isaías 40:4
Every valley shall be exalted, and every mountain
and hill made low, the crooked straight, and the rough places plain.
- Coro: Isaías 40:5
And the glory of the Lord shall be revealed, and
all flesh shall see it together, for the mouth of the Lord hath spoken it.
Escena
2
- Recitativo:Hageo 2:6–7
Thus saith the Lord of Hosts; yet once, a little
while, and I will shake the heavens, and the earth, the sea, and the dry land;
And I will shake all nations; and the Desire of All Nations shall come.
- Malaquías 3:1
The Lord, whom ye seek, shall suddenly come to His
temple, even the messenger of the covenant, whom you delight in: behold, He
shall come, saith the Lord of hosts.
- Aria: Malaquías 3:2
But who may abide the day of His coming? and who shall
stand when He appeareth? For He is like a refiner’s
fire.
- Coro: Malaquías 3: 3
And He shall purify the sons of Levi, that they may
offer unto the Lord an offering in righteousness.
Escena
3 - Sección 1
- Recitativo: Isaías 7:14; Mateo 1:23
Behold, a virgin shall conceive, and bear a son,
and shall call His name Emmanuel. “God
with us.”
- Aria y coro: Isaías 40:9
O thou that tellest good tidings to Zion, get thee
up into the high mountain. O thou that tellest good tidings to Jerusalem, lift
up thy voice with strength: lift it up, be not afraid: say unto the cities of
Judah, Behold your God!
- Isaías 60:1
Arise, shine, for thy light is come, and the glory
of the Lord is risen upon thee.
Escena
3 - Sección 2
- Recitativo: Isaías 60:2-3
See, darkness covers the earth and thick darkness
is over the peoples, but the Lord rises upon you and his glory appears over
you. Nations will come to your light,
and kings to the brightness of your dawn.
- Aria: Isaías 9:2
The people that walked in darkness have seen a
great light, and they that dwell in the land of the shadow of death, upon them
hath the light shined.
- Coro: Isaías 9:6
For unto us a child is born, unto us a Son is
given: and the government shall be upon His shoulder: and His name shall be
called Wonderful, Counsellor, The Mighty God, The Everlasting Father, The
Prince of Peace.
Escena
4
- Orquesta: Pifa - Sinfonía Pastoral
- (A)Recitativo:Lucas 2:8
There were shepherds abiding in the field, keeping
watch over their flocks by night.
- (B)Recitativo:Lucas 2:9
And lo, the angel of the Lord came upon them, and
the glory of the Lord shone round about them, and they were sore afraid.
- Recitativo:Lucas 2:10–11
And the angel said unto them, Fear not; for, behold
I bring you good tidings of great joy, which shall be to all people. For unto
you is born this day in the city of David a Saviour, which is Christ the Lord.
- Recitativo:Lucas 2:13
And suddenly there was with the angel a multitude
of the heavenly host praising God, and saying:
- Coro:Lucas 2:14
Glory to God in the highest, and peace on earth,
good will towards men.
Escena
5
- Aria: Zacarías 9:9–10
Rejoice greatly, O daughter of Zion! Shout, O
daughter of Jerusalem! Behold, thy King cometh unto thee! He is the righteous
Saviour, and He shall speak peace unto the heathen.
- Recitativo: Isaías 35:5–6
Then shall the eyes of the blind be opened, and the
ears of the deaf unstopped. Then shall the lame man leap as an hart, and the
tongue of the dumb shall sing.
- Aria: Isaías 40:11
He shall feed His flock like a shepherd, and He
shall gather the lambs with His arm, and carry them in His bosom, and gently
lead those that are with young.
- Mateo 11:28–29
Come unto Him, all ye that labor, come unto Him ye
that are heavy laden, and He will give you rest. Take His yoke upon you, and
learn of Him, for He is meek and lowly of heart, and ye shall find rest unto
your souls.
- Coro:Mateo 11:30
His yoke is easy, and His burthen is light.
Parte
2
Cordero
de Dios, Rey de reyes
Escena
1
- Coro: Juan 1:29
Behold the Lamb of God that taketh away the sin of
the world.
- Aria: Isaías 53:3
He was despised and rejected of men, a man of
sorrows, and acquainted with grief.
- Isaías 50:6 - He gave His
back to the smiters, and His cheeks to them that plucked off the hair: He
hid not His face from shame and spitting.
- Coro: Isaías 53:4
Surely He hath borne our griefs, and carried our
sorrows. He was wounded for our transgressions, He was bruised for our
iniquities, the chastisement of our peace was upon Him.
- Coro:Isaías 53:5
And with His stripes we are healed.
- Coro:Isaías 53:6
All we like sheep have gone astray; we have turned
every one to his own way, and the Lord hath laid on Him the iniquity of us all.
Escena
1, sección 2
- Recitativo:Salmos 22:7
All they that see Him, laugh Him to scorn; they
shoot out their lips, and shake their heads, saying:
- Coro: Salmos 22:8
He trusted in God that He would deliver Him; let
Him deliver Him, if He delight in Him.
- Recitativo: Salmos 69:20
Thy rebuke hath broken His heart; He is full of
heaviness; He looked for some to have pity on Him, but there was no man,
neither found He any to comfort Him.
- Aria: Lamentaciones 1:12
Behold, and see if there be any sorrow like unto
His sorrow.
Escena
2
- Recitativo:Isaías 53:8
He was cut off out of the land of the living: for
the transgression of Thy people was He stricken.
- Aria: Salmos 16:10
But Thou didst not leave His soul in hell, nor
didst Thou suffer Thy Holy One to see corruption.
Escena
3
- Coro: Salmos 24:7–10
Lift up your heads, O ye gates, and be ye lift up,
ye everlasting doors, and the King of Glory shall come in. Who is this King of
Glory? The Lord strong and mighty, the Lord mighty in battle. Lift up your
heads, O ye gates; and be ye lift up, ye everlasting doors; and the King of
Glory shall come in. Who is this King of Glory? The Lord of Hosts, He is the
King of Glory.
Escena
4
- Recitativo: Hebreos 1:5
Unto which of the angels said He at any time, Thou
art My Son, this day have I begotten Thee?
- Coro: Hebreos 1:6
Let all the angels of God worship Him.
Escena
5
- Aria: Salmos 68:18
Thou art gone up on high, Thou hast led captivity
captive, and received gifts for men; yea, even for Thine enemies, that the Lord
God might dwell among them.
- Coro: Salmos 68:11
The Lord gave the word; great was the company of
the preachers.
- Aria: Isaías 52:7; Romanos 10:15
How beautiful are the feet of them that preach the
gospel of peace, and bring glad tidings of good things!
- Coro: Romanos 10:18; Salmos 19:4
Their sound is gone out into all lands, and their
words unto the ends of the world.
Escena
6
- Aria:Salmos 2:1–2
Why do the nations so furiously rage together? and
why do the people imagine a vain thing?
The kings of the earth rise up, and the rulers take
counsel together against the Lord, and against His anointed.
- Coro: Salmos 2:3
Let us break their bonds asunder, and cast away their
yokes from us.
Escena
7
- Recitativo: Salmos 2:4
He that dwelleth in Heaven shall laugh them to
scorn; the Lord shall have them in derision.
- Aria: Salmos 2:9
Thou shalt break them with a rod of iron; Thou
shalt dash them in pieces like a potter’s vessel.
Escena
8
- Coro: Apocalipsis 19:6
Hallelujah! for the Lord God Omnipotent reigneth.
- Apocalipsis 11:15
The kingdom of this world is become the kingdom of
our Lord and of His Christ; and He shall reign forever and ever.
- Apocalipsis 19:16
King of Kings, and Lord of Lords.
Parte
3
Resurección
de los muertos, adoración del Codero
Escena
1
- Aria: Job 19:25–26
I know that my Redeemer liveth, and that He shall
stand at the latter day upon the earth.
And though worms destroy this body, yet in my flesh
shall I see God.
- 1 Corintios 15:20
For now is Christ risen from the dead, the
firstfruits of them that sleep.
- Coro: 1 Corintios 15:21–22
Since by man came death, by man came also the
resurrection of the dead. For as in Adam all die, even so in Christ shall all
be made alive.
Escena
2
- Recitativo:I Corintios 15:51–52
Behold, I tell you a mystery; we shall not all
sleep, but we shall all be changed. In a moment, in the twinkling of an eye, at
the last trumpet.
- Aria: I Corintios 15:52–53
The trumpet shall sound, and the dead shall be
raised incorruptible, and we shall be changed. For this corruptible must put on
incorruption; and this mortal must put on immortality.
Escena
3
- Recitativo:I Corintios 15:54
Then shall be brought to pass the saying that is
written, Death is swallowed up in victory.
- Dueto: I Corintios 15:55–56
O death, where is thy sting? O grave, where is thy
victory?The sting of death is sin, and the strength of sin is the law.
- Coro: I Corintios 15:57
But thanks be to God, Who giveth us the victory
through our Lord Jesus Christ.
- Aria: Romanos 8:31
If God be for us, who can be against us?
- Romanos 8:33–34
Who shall lay anything to the charge of God’s
elect? It is God that justifieth. Who is he that condemneth? It is Christ that
died, yea rather, that is risen again. Who is at the right hand of God, Who
makes intercession for us.
Escena
4
- Coro: Apocalipsis 5:12–14
Worthy is the Lamb that was slain, and hath
redeemed us to God by His blood, to receive power, and riches, and wisdom, and
strength, and honor, and glory, and blessing. Blessing and honor, glory and
power, be unto Him that sitteth upon the throne, and unto the Lamb, for ever
and ever.
Amen.
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