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Los Valles Pasiegos en 5 imágenes
Los Valles Pasiegos están formados
por tres valles: el
Pas, el Miera y el Pisueña. Estos ríos marcan los límites de una de las comarcas turísticas más visitadas de nuestra Cantabria Infinita. Sus verdes prados, su extraordinaria
leche, los sobaos y quesadas de la zona o sus vacas, son señas de identidad de
un pueblo dedicado durante mucho tiempo a la ganadería y en el que la vida
transcurría tranquila en sus famosísimas cabañas. Hoy queremos mostrarte cinco
imágenes que identifican claramente a estos valles y que estamos seguros
descubrirás por ti mismo, más pronto que tarde.
Como bien sabéis
la mayoría de vosotros, los Valles Pasiegos son zona de pastos
frescos y pueblos aislados, que han vivido durante siglos con un estilo de vida
tradicional, dedicado a la ganadería. Hoy en día, apenas hay ya pasiegos
trashumantes, tan sólo queda el recuerdo de su actividad – conocida como la
muda pasiega - en las numerosas cabañas de piedra con techos de pizarra,
repartidas a lo largo de sus valles. Estas cabañas y ese paisaje son la primera
de las señas de identidad de los Valles Pasiegos. Cualquiera de nuestros visitantes y
amigos deducen que están en hablando de este entorno cántabro, cuando ven
imágenes como la que sigue.
Y es que sus valles verdes plagados de cabañas son la
primera y quizá una de las más conocidas señas de identidad. Pero si hay algo
que ha viajado por todo el mundo y se ha hecho archiconocido, como producto
gastronómico cántabro, son los sobaos y quesadas, cuyo origen y tradición están
íntimamente ligados a estos Valles Pasiegos. La fama de los pasiegos como
excelentes comerciantes está atestiguada en documentos desde el S.XVI donde se
constata que las mujeres recorrían los mercados cargadas de estas excelencias
gastronómicas.
La base tanto
del sobao como de la quesada es, sin duda, la leche, pero
también el pan, ese pan pasiego que tenía una particular técnica de cocción a
la que tradicionalmente se entregaban las mujeres. Cuando el consumidor de hoy
en día degusta estos productos, en cierto modo, está reviviendo las
características del hogar pasiego. El sabor a humo del horno, las delicias de
la mantequilla casera, el gusto de los huevos de gallinas bien libres o el
sabor seco del trigo, perfectamente seleccionado para lograr estas
exquisiteces. Toda una delicia para el paladar y una buena manera de saborear
lo más genuino del sabor de nuestra Cantabria Infinita.
Pero como no solo
de pan vive el hombre, sino que también la cultura logra llenar el alma de nuestros
visitantes y amigos, no podemos mostrar imágenes que definan los Valles Pasiegos y no incluir sus cuatro cuevas Patrimonio de la Humanidad. El Castillo, Monedas, Chimeneas y La Pasiega son las cuatro cavidades que la UNESCO
ha declarado patrimonio de la humanidad. Todas ellas se encuentran en el Monte Castillo de Puente Viesgo y pueden visitarse todos menos La
Pasiega.
Estas cuatro
cuevas presentan una gran diversidad de arte rupestre del Paleolítico Superior,
uno de los más amplios de Cantabria, con gran cantidad de figuras de animales y
un gran número de signos. Su valor es excepcional y las imágenes de manos de la cueva del Castillo o la del caballo de la Cueva de Monedas son muy conocidas, y una clara seña de identidad de los Valles Pasiegos. ¿Las reconoces?
Otra de las imágenes
que nuestros visitantes asocian perfectamente a los Valles Pasiegos es la escultura del hombre pez
junto al puente romano de Liérganes, sobre el rio Miera. Es importante
aclarar que el puente se llama romano pero no lo es, para que nadie se
decepcione al verlo. Y es que otra de las fotos habituales en los Valles Pasiegos es en sus pueblos, especialmente
en Liérganes, ya que ha sido declarado uno de los
pueblos más bonitos de España.
LIÉRGANES
Capital del
municipio del mismo
nombre, su conjunto urbano, declarado de interés histórico-artístico
nacional en 1978, concentra una valiosa
arquitectura clasicista de los siglos XVII y XVIII, fruto
del auge económico que la fábrica de artillería propició en ese período en la
comarca.
El núcleo urbano
está asentado a los pies de dos pequeñas elevaciones: Marimón y
Cotillamón (conocidas popularmente como "Las Tetas de
Liérganes" por su parecido antropomorfo).
Liérganes y su historia están ligados
a la leyenda del Hombre-Pez, que como todas las
leyendas tiene algo de real (su protagonista, Francisco de la Vega) y algo de
ficción (su variado final). Francisco de la Vega nació en la localidad en 1660
y, tras arrojarse al río Miera, desapareció en el Cantábrico. Cuentan que fue
localizado años después, perdida la razón y el habla, en la bahía de Cádiz.
Innegable es
también la dualidad existente entre Liérganes y su balneario que, rodeado de una magnífica finca con
arbolado de gran porte, le confiere un aire decimonónico característico.
La parte vieja de Liérganes (El Mercadillo) es conjunto histórico-artístico e incluye, además de las casonas populares, el Palacio de Rañada o Cuesta-Mercadillo, la iglesia de San Sebastián, la parroquial de San Pedro Ad Víncula, las casas de los Setién y los Cañones, las capillas del Humilladero y el Carmen y el puente nuevo. A pesar de la indudable relevancia de este conjunto, el monumento más importante del municipio es el museo-palacio de Elsedo, en Pámanes.
Podemos destacar también, ya en otras
localidades, la Cruz de Rubalcaba o el palacio de San Jorge, en Tarriba.
La gastronomía de Liérganes
conquista por sus exquisitas carnes y pescados de río, así como por sus
reconocidos quesos frescos y de nata y su famosa repostería a base de
"sacristanes" o el chocolate con churros.
El palacio y museo de Elsedo, ubicado en Pámanes, es una de las joyas
arquitectónicas de la geografía regional. Declarado monumento
histórico-artístico, el palacio data del siglo XVIII y su promotor fue
Francisco de Hermosa y Revilla, primer conde de Torre Hermosa. Se asienta en
varios cuerpos independientes entre los que destaca la capilla de severa
ornamentación barroca y la torre octogonal, muestra única en Cantabria tanto
por su finalidad no defensiva, como por tu tipología.
El palacio, fue adquirido por un matrimonio austríaco que dedicó gran
parte de su fortuna a restaurarlo. En la actualidad, es propiedad de la familia
de empresarios cántabros Santos Díez y alberga el museo de arte
contemporáneo en el que pueden admirarse esculturas de Eduardo
Chillida, Jorge de Oteiza, Pablo Serrano, Miguel Berrocal, Ramón Muriedas, José
Clará… Además, Elsedo reúne una importante muestra de la pintura de nuestro
siglo, entre la que se distinguen los valores más sobresalientes de la región:
Pancho Cossío, Gutiérrez Solana, María Blanchard, Casimiro Sainz, Quirós, Raba,
y otros como Sunyer, Redondela, Zabaleta…
No obstante, Liérganes no es la única
localidad pasiega que debes visitar, las conocidas como las tres villas pasiegas, Vega de Pas, San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera, concentran la
historia, la tradición y las auténticas costumbres de la zona, lo que atrae a
muchos de los visitantes a los Valles Pasiegos. A estas villas se
unen Selaya y su excepcional conjunto
arquitectónico de origen medieval y Villacarriedo, que alberga una de
las mayores joyas arquitectónicas barrocas de la región, el palacio de Soñanes, convertido hoy en
día en un establecimiento hotelero.
No podemos
terminar este post sin hacer referencia al origen de casi todo en los Valles Pasiegos y entorno a la que
la economía tradicional pasiega ha girado: la vaca lechera. La vaca de raza
pasiega, de lazada pequeña, esqueleto y formas finas, capa color avellana, sin
ser un dechado de productividad, ofrecía una leche de excelentes principios
grasos, y estuvo en el origen del ajetreo comercial de los pasiegos con quesos
y mantequillas de excelente calidad. Este hecho convierte a la vaca pasiega, en otra de las señas de identidad de
estos valles, aunque en la actualidad, y desde que en el siglo XX se instalara
la Nestlé en el valle de Pisueña, el modelo ganadero cambió totalmente.
Este hecho favoreció la implantación, en estos valles, de una vaca de mayor
productividad diaria, la frisona holandesa, que logró una adecuada adaptación
al clima y los pastos pasiegos, y la convirtió en la nueva habitante de la comarca.
VEGA DE PAS
Situado al sureste de Cantabria, en el límite con Burgos, Vega
de Pas es una de las tres villas pasiegas, constituida en la época
medieval. De aquí descienden cántabros ilustres como Marcelino Menéndez Pelayo,
el marqués de Valdecilla y Gerardo Diego. De esta tierra fueron también muchas
de las amas de cría de la Corte española durante siglos.
El "pasiego" es el más claro prototipo de los habitantes de
Cantabria. Posee una personalidad muy singular, basada en una enorme
vinculación con su tierra. Es individualista, desconfiado y buen comerciante.
El "cuévano" es sin duda su principal signo de identidad y
ocupa un lugar predominante en la peculiar vida pasiega. Lo mismo que las
típicas "cabañas", construcciones rústicas con tejado de
pizarra, mitad casa y mitad cuadra para el ganado, que son utilizadas
temporalmente para la "muda". Así denominan los pasiegos al
continuo cambio de cabaña en que viven en busca de los mejores pastos para su
ganado.
Entre sus costumbres lúdicas sobresalen el "salto pasiego",
una especie de salto con pértiga, y los bolos.
Sus monumentos más significativos son la iglesia parroquial (XVII)
y el sanatorio del Doctor Madrazo, de principios del XIX y obra
singular en su época. La plaza de Vega de Pas concentra también una gran
belleza arquitectónoca por sus casonas montañesas con balconadas.
El sobao y la quesada, los dulces autóctonos de Cantabria por excelencia,
logran en este municipio su máxima exquisitez. Los pasiegos conservan las
recetas caseras con el más riguroso celo y sólo las transmiten de generación en
generación. Son igualmente extraordinarios su mantequilla casera y
los quesucos pasiegos.
Vega de Pas, junto a San Pedro del Romeral y San Roque de Riomiera,
conforma el conjunto denominado las "tres villas pasiegas".
Lo realmente
significativo de esta aldea es su arquitectura rural, concretada en la cabaña
pasiega, cuya influencia queda patente en su tradicional modo de vida. Se trata
de una sencilla construcción de piedra utilizada por el pasiego en su
particular vida trashumante en busca de los mejores pastos para el ganado.
Su repostería artesanal basada en la fabricación de los
típicos sobaos y quesadas (con mantequilla pasiega) goza de reconocido
prestigio en toda la geografía española y ocupa a gran parte de su población. A
la entrada del pueblo se encuentra un interesante museo etnográfico dedicado a
las villas pasiegas, cuya visita recomendamos.
SAN PEDRO DEL ROMERAL
Es
una de las tres villas pasiegas, con su territorio establecido en los lluviosos
y altos
valles del Pas.
Fue tierra de realengo durante toda la Edad Moderna y recibió en 1689 el
privilegio de concesión de villa.
https://www.turismodeobservacion.com/foto/san-pedro-del-romeral-vega-de-pas/45156/
Como en el resto de la comarca pasiega, en San
Pedro del Romeral perviven costumbres ancestrales. Sus habitantes aún
realizan los cambios de cabaña (conocidos por
"mudas"), ayudándose de los cuévanos, en cuya elaboración
con varas de avellano existe una verdadera tradición artesanal. Cambian de
lugar de residencia en función de las necesidades del ganado.
"Las Marzas" (29 de mayo) y "El
Rosario" (7 de octubre) son junto a San Pedro (29 de junio) sus fiestas más populares.
El paisaje, salpicado de multitud de típicas cabañas
pasiegas,
constituye su principal atractivo. El espíritu pasiego marca las costumbres de
su población, cuyas tradiciones a menudo chocan al visitante por su carácter
primitivo.
SAN ROQUE DE RIOMIERA
Es una de las tres
villas pasiegas. Zona eminentemente ganadera, con gran riqueza de pastos, al pie del Portillo de Lunada.
Ofrece bellísimos parajes que en invierno, por su altitud,
registran nevadas copiosas. La dispersión de la población es muy
típica en esta comarca.
Aunque el paisaje y los poblamientos rurales son
sin duda su principal atributo, San Roque de Riomiera cuenta también con algunas
manifestaciones artísticas como la iglesia parroquial de La Pedrosa, edificada en el siglo XVII aunque con
abundantes reformas posteriores. La imaginería fue destruida durante la Guerra
Civil. El retablo mayor es de mediados del XVIII y fue traído de Burgos.
Podemos mencionar también la ermita de Los Desamparados, en Morilla, una edificación popular del siglo XVII.
En gastronomía, San Roque de Riomiera sobresale por sus
excelentes carnes de vacuno y
cordero.
SELAYA
De origen medieval, formó con sus barrios de Campillo, Pisueña y
Bustantegua uno de los cuatro municipios en que se escindió el viejo Valle de
Carriedo en torno al año 1000. Su territorio configuró los señoríos de Lara y
Castañeda, aunque fue la Casa de la Vega la que ejerció mayor influencia.
El conjunto urbano de Selaya es en lo que al arte se refiere
su principal patrimonio. Se trata de una agrupación de casonas y casas
populares, iglesias y ermitas, construidas todas ellas entre los siglos XV
y XIX. En Selaya se encuentra además un "rollo heráldico" del
siglo XVIII, con armas de Miera, Sámano y otros nobles. Fue incoado como Bien
de Interés Cultural en 1980.
El Santuario de Nuestra Señora de Valvanuz es otro de
los monumentos más significados de Selaya. Data del siglo XVII y cuenta con una
ermita sencilla que guarda en su interior la imagen gótica de la Virgen de
Valvanuz, patrona del Valle de Carriedo, a la que los pasiegos profesan gran
devoción, como se pone de manifiesto año a año en la fiesta popular del 15 de
agosto.
https://twitter.com/javiernoriegago/status/1051082031826984960
En Selaya se celebran también fiestas por San Juan (24 de
junio), San Roque (16 de agosto) y Nuestra Señora de
Septiembre (8 de septiembre).
Este municipio goza de gran tradición en la fabricación artesana de los
dulces más típicos de Cantabria: los sobaos y las quesadas pasiegas.
VILLA CARRIEDO
Casi
en el centro geográfico del valle de Carriedo se encuentra este municipio, por
el que discurre el río Pisueña.
Sus primerios poblamientos se establecieron con anterioridad al año 1000 y
formaron parte del señorío de los Manrique, los Castañeda y la casa de la Vega.
Durante la Edad Moderna se desarrolló en Villacarriedo una importante cofradía
de correos a caballo del rey.
Entre los personajes ilustres de este valle sobresale Juan Antonio Díaz de
Arce, intendente general del reino de Aragón, consejero del rey y caballero de
Santiago, quien mandó construir a un arquitecto italiano la más expectacular
obra barroca de Cantabria, el palacio de Soñanes (s. XVIII)
En el valle de Carriedo, resaltan por su
verdor hermosas laderas y
praderías.
Villacarriedo, como capital
del valle de Carriedo reúne la mejor dotación comercial y de servicios de la
zona.
Los carredanos, como se conoce a los habitantes del lugar, disfrutan de
una rica vega, siendo el prado el elemento dominante dentro de
una población vegetal de alisos, robles y hayas.
En Villacarriedo se encuentra el palacio barroco de Soñanes,
el ejemplo más valioso de este estilo arquitectónico en la región. Edificado en
el siglo XVIII, el palacio presenta dos impresionantes fachadas, profusamente
decoradas, y en su interior se guarda una monumental escalera. Todo ello dentro
de una gran finca con rico arbolado. Junto al palacio, muy representativo
en Villacarriedo, el colegio de los escolapios, que ha funcionado
de forma ininterrumpida desde su fundación en 1746. En este centro se formaron
importantes personajes de Cantabria.
https://www.turismodecantabria.com/descubrela/municipios/13-destino
https://www.vallespasiegos.eu/ayuntamientos/lierganes/
https://www.turismodecantabria.com/descubrela/municipios/87-vega-de-pas
https://www.turismodecantabria.com/descubrela/municipios/105-san-pedro-del-romeral
https://es.wikiloc.com/rutas/senderismo/espana/cantabria/san-roque-de-riomiera
https://www.turismodecantabria.com/descubrela/municipios/23-selaya
https://www.turismodecantabria.com/descubrela/municipios/41-villacarriedo
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