LA
CATEDRAL
DE MÉXICO
Y EL
SAGRARIO METROPOLITANO,
SU HISTORIA, SU TESORO, SU ARTE
EL
COMIENZO DE LA OBRA
Y
LOS
CIMIENTO DE LA CATEDRAL DE MÉXICO
Todos los autores que han escrito acerca de
la historia de la catedral de México sostienen que la primera piedra de nuestro
templo metropolitano fue colocada en 1573. Siguen en esto el cronista más
autorizado de la obra, el doctor don Isidro sariñana, (1) y es
verdaderamente inexplicable que éste no
haya podido consultar documento del archivo de la catedral, pero por otra
parte, parece que en los comienzos de la construcción deben condiderarse dos
períodos: primero, el de los cimientos; segundo, el de la obra digamos externa.
La obra de cimentación fue comenzada mucho tiempo antes y se trabajaron dos
cimientos, y la parte externa en 1573. Así pues, Sariñana dice la verdad, pero
sólo parte de la verdad, y el error de quienes han copiado a este autor estriba
en que creen que dicho año de 1573 se principió la obra de los cimienos.
¿Cuándo fue comenzada la obra de la primera
cimentación? Parece que aprincipuo de 1563 ya se estaba entendiendo en ello,
pues el acta de cabildo, de fecha 19 de febrero de dicho año, se lee: “Que
atento que los cimientos que se abren para la obra de la iglesia desta cibdad
se abren difgerentemente de como está trazado y señalado, lo cual es en gran
daño y perjuyzio desta cbdad, e conviene se pida para que se provea lo que
convenga mandaron quel procurador mayor desta cibdad salga a la cabsa e con
parecer de losletrados della pida y alegue ante quien convenga lo queconvenga
pedir cerca dello e lo fenesca en todas instancias.” (2)
Por esta cita
se ve que la iglesia había sido ya trazada y que los cimientos se
estaban ebriendo en forma distinta, por lo que la ciudad se consideraba atacada
en sus intereses.
En el mismo Códice Osuna antes citado, y que lleva fecha de 1564, se ve en el
último folio, 30 vto., una lámina que reproduce la obra de dichos cimientos. Es
interesante obsaervar en la lámina como las piedras sehallan reproducidas no
sólo en una forma realista, sino figurando el jeroglífico indígena tépetl, que siginifica piedra; los
instrumentos parecidos a coas, que
aún usan para trabajar “el maceado”; las cabezas de las estacas que se han
clavado para la consolidación de los cimientos. Así pues, es indudable que el
año de 1562 fue trazada la iglesia y comenzada la obra de los cimientos.
Vista parcial del centro de la Ciudad de México
alrededor del año de 1550 según se muestra en el Mapa de Uppsala, ejecutado por
manos indígenas, pero posiblemente bajo la dirección del cartógrafo Alonso de
Santa Cruz, dentro del que fue Colegio Imperial de la Santa Cruz, donde
se impartían clases especialmente a los hijos de la nobleza indígena. Este
colegio fue fundado en 1535 y estaba ubicado junto al convento de Santiago
Apóstol en Tlatelolco. En la imagen se aprecia la Plaza Mayor (2),
aparentemente cruzada diagonalmente por una acequia y a la derecha la Iglesia
Mayor (1), que aunque en 1530 fue expedida la bula papal para elevarla al
rango de catedral, en el dibujo no se usa dicho calificativo. También se
aprecia que esta iglesia, que después fue demolida como veremos más adelante,
estaba orientada con su frente hacia el oriente, pero no era esa su entrada
principal. Del lado izquierdo de la plaza cruza la que fue denominada
Acequia Real (3) y aparentemente un múltiple sistema de canales que aún se
conservaba. Se pueden localizar también la Casa Real (4), dado que aún no
existía el Palacio Virreinal y la existencia de la iglesia de Santo
Domingo (5). En la parte baja aparece la Casa del Marqués (6) que era
entonces la casa de Hernán Cortés, sitio que después ocuparía el viejo Palacio
Virreinal, hoy Palacio Nacional. La excelente digitalización de esta imagen se
debe al trabajo realizado por la Dra. Lili Díaz en Europa,
quien obtuvo incluso una versión estereoscópica del famoso Mapa de Uppsala.
http://www.mexicomaxico.org/zocalo/zocalo.htm
LOS
CIMIENTO DE LA CATEDRAL DE MÉXICO
Como hemos dicho antes, parece que a principio de 1563 se
trabajaba ya en la obra de los cimientos de la catedral. Esta obra, reproducida
en el llamado Códice Osuna que lleva
fecha de 1564, reproduce el trabajo de los indios para hacer los cimientos del
gran templo. En un principio, siguiendo las ideas del arzobispoMontúfar, se
pensó edificar una gran iglesia de siete naves semejante a la catedral de
Sevilla. Esta iglesia iba a seguir la misma orientación que la catedral vieja,
es decir, de oriente a poniente, y así, los cimientos formaban una gran faja en
dicha dirección y el templo tendría el ábside hacia el palacio virreinal ylas
puertas principales hacia el poniente, a la placeta del marqués. Es indudable
que este cimiento fue terminado, pues aparece en el plano del centro de la
ciudad de México, que debe ser fechado entre 1562 y 1565, en forma de un
rectángulo perfecto que ostenta el rótulo “El
cimiento de la iglesia”. La muerte de don Luis de Velasco, la llegada del
visitador Valderrama, los graves acontecimientos políticos ocasionados por la
supuesta rebelión del marqués del Valle y además el cambio de ideas en el señor
Montúfar, hicieron que la obra se suspendiese del todo. Los cimientos quedaron
abandonados. Así, el doctor Zorita dice en su relación de la Nueva España: “El
cimiento que primero se había hecho para
ello costó ochenta mil pesos y se dejo por no se poder proseguir por aquella
orden a causa del agua, que no se podía agotar avnque a continua andavan
trabajando en ello con sus bombas y se mudó a otra parte y se hace de estacada
el cimiento por vna orden sutil y de buen ingenio conque se hincan las estacas
y todas quedan parejas a raíz del agua y de ahí adelante sobre la haz de la
tierra hacen vn plantapié de argamasa que toma todo el edificio de la iglesia,
porque con el peso se sumen los edificios de la laguna y quede que se podrá
sumir (sic), y también porque no lleguen los cuerpos de los difuntos en la
sepolturas al agua.” (3)
La primera obra de los cimientos fue trabajada por
indios, los cuales se quejan en el Códice
Osuna de que no les han pagado su trabajo.
Poseemos
dos reales cédulas que nos aclaran, hasta sacarnoos completamente de dudas, tan
oscuro problema. La primera fue dada en el Pardo el 4 de mayo de 1569, (4) y en ella se dice
que la Corona se ha enterado de las dificultades para hacer una iglesia tan
suntuosa como se había ordenado, a causa de que la cimentación tenía que ir
sobre agua y que los temblores son ordinarios en la tierra, por lo que los
edificios de bóveda corren riesgo; ademá, que sería demasiado costosa si se
hiciese de siete naves como la de Sevilla; que portanto se haga en la forma más
adecuada y que si es preciso se cubra de madera.
El segundo
documento, fechado en la ciudad de
México el 15 de febrero de 1570, nos enseña que el virrey don Martín Enríquez
convocó a una junta de oidores y autoridades eclesiásticas para tratar lo que
convendrá hacer para el edificio de la iglesia, de acuerdo con la cédula
anterior. “E porque pareció que en la parte e lugar donde se había comenzado a
plantar y sacar cimientos no es tan cómodo como conviene, a causa del perjuicio
que podrían recebir las casas reales e calle principal qiue viene del hospital
del Amor de Dios a la plaza mayor de esta ciudad, e por otros inconvenientes
muy notorios, se acordó que se plante y edifique en el lugar donde están los
portales que llaman de Lerma (de) la plaza pequeña que está delante de las
casas del marqués del Valle, lo que pareciere ser necesario a disposición de su
Exa. E de esta Real Audiencia, Norte Sur, poniendo la puerta del Perdón hacia
la plaza mayor y el campanario a la cabezada de la dicha iglesia que se hubiere
de hacer, e que sea de tres naves claras y a los lados de ellas sus xapillas
colaterales y que todo se cubra de madera. Y en cuanto a los cimientos que se
han de sacar se nombrarán oficiales expertos y hábiles que lo vean y den su
parecer para que conforme a lo que de ello resultare, se provea en ello lo que
más convenga.” (5)
https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A280368
Este
documento nos aclara por completo el origen de nuestro templo: se abrieron en
un principio los cimientos en dirección oriente poniente, la que tenía la
xatedral antigua. En dichos cimientos se desplantó la iglesia de siete naves a semejanza de la de Sevilla, más como
eso era difícil de realizarse y había obstáculos para conservar la primitiva traza, se volvieron a hacer
cimientos que seguían una dirección norte sur y
sobre ellos se desplantó la actual iglesia con su puerta del Perdón ala plaza, de tres naves con dos
colaterales de capillas.
El último
documento consiste en el dictamen de los maestros aquitectos para la
cimentación de la obra. Primero dictamina Alonso Ruiz, maestro de cantería,
vecino de la ciudad de Los Ángeles; en
seguida dan su opinión Miguel Martínez, obrero de las casas reales, Juan
Sánchez, Juanes de Ibar y Ginés Talaya. El dictamen del primero tiene fecha de
13 de marzo de 1570 y el de los otros data de dos días después. Sustancialmente
están de acuerdo todos y dicen: “Nos parece que el pavimento de todo el edficio
comprendiendo vacuas y macizos se saca
de una masa y estructura de su mezcla y piedra crecida desde desde la
superficie del agua hasta un estado sobre el suelo de la plaza, estancándolo
por debajo con sus estacas gruesas y espesas hasta ponella en lo más fijo y
sobre esta dicha cepa se erigirán sus cimientos crecidos de dos varas de medir de alto para los
enterramientos y sepolturas que ha de haber en la dicha iglesia y de allí
empezará a despedir el edificio fuera de la tierra porque de al´´i para abajo
queda por cepa y carcañal del edificio.” (6)
Es indudable que se aceptó la opinión de los
maestros de arquitectura y los cimientos
se hicieron conforme a sus indicaciones. Resulta curioso observar que la
profundidad que daban a su cimentación
debía servir para sepultura y enterramiento, idea que se ha aprovechado en la
actualidad para construir las criptas para restos humanos que se están edificando, si bien en otra forma más higiénica, más decorosa y más
práctica de como se hacían tales sepulcros en la época colonial.
Sobre
aquella plataforma que presentaba ya el sólido aspecto de una nueva tierra, se
desplanta el templo y se coloca con toda solemnidad la primera piedra. El
virrey de Nueva España, don Martín Enríquez de Almanza, debe de haber tomado
gran empeño en la obra, pues desde el 12 de septiembre de 1571 escribe a la
Corte una carta en que se refiere a las obras de la Catedral de México: (7) el 29 de marzo de
1574 vuelve a dirigirse en otra carta
tratando también de las obras y lo mismo el 23 de septiembre de 1575 y el 25 de marzo de 1576. Si conociésemos el
texto de dichas cartas podríamos apreciar el estado en que se encontraba la
obra, por más que lo suponemos, pues levantados los cimientos se seguía trabajando en ella y en 1580 informa sobre la
construcción el conde de Coruña. (8) El año siguiente, 1581, vuelve a escribir y su carta cuyo textos conocemos (9) nos da la siguiente información: “Yo he visitado la obra nueua de
la ilesia catedral que V.M. manda hazer en esta ciudad y están sacados de los
cimientos poco más de la haz de la tierra, y según va elegida parece que durará hasta
acabarse más de quarenta años”.
Cuatro años
más tarde, en 1585, se trabaja ya en la obra de las capillas: se habían hecho
por lo menos dos encasamentos hacia el lado del oriente, es decir, los nichos
que existen en las capillas contiguas a la sacristía, los cuales todavía pueden
verse y servían de altares en dichas capillas. Era obrero mayor de la fábrica
el capitán Melchor Dávila hasta 1584m en que murió, como hemos dicho, y maestro
mayor Claudio de Arciniega. Podemos
citar hasta los nombres de los
canteros que trabajaban en la obra: las capillas las labraba Juan Arteaga y los
encasamentos Hernán García de Villaverde, que además trabajaba en los pilares
torales cuyas medias muestras esculía Martín Casillas. (10)
El plano de la ciudad de México que nos muestra el centro
de la capital en 1596, nos enseña cómo la obra iba ya bastante adelantada para poder ser
reproducidos los fustes de las columnas
ylas jambas de las puertas.
Desde 1581
a 1615 se habían levantado los muros que circunsciben el templo a más de la
mitad de su altura, así como los que
separan las capillas; faltaban los de la fachada principal. Estaban construidos
todos los pilares, algunos hasta los capiteles y otros a su segundo tercio y se habían cerrado
ocho bóvedas; dos sobre los vvestíbulos
de las puertas del lado del norte, dos sobre
la sala capitular y cuatro sobre
las capillas inmediatas, en cada
nave, a la sala capitular y sacristía.
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Imafronte
de la Catedral de México
Vista
de conjunto desde el Poniente
https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A396085
Apéndice
Acuerdo
de 1570
(Al margen:)
Sobre la fundación de la santa
catedral.-El acuerdo que tuvo S. Exa. Y esta Real Audiencia con el Arzobispo y
capitulares de la iglesia de México, sobre la obra de ella).
En la
ciudad de México, quince días del mes
de febrero de mil e quinientos y setenta
años, el muy excelente señor D. Martín Enríquez, Visorrey e Gobernador e Captán
General de la Nueva España, porS.M., e
su Presidente en la Audiencia Real de ella, proveyó que en estas Casas Reales se
junten con S. Exa. el Rmo.. Arzobispo de esta ciudady los señores oidores de la
dicha Real Audiencia, D. Juan Cisneros, D. Francisco Rodríguez Santos, D.
Rodrigo Barbosa, arcediano, tesorero e chantre de la Iglesia Catedral de esta
ciudad, como capitulares de ella, para
tratar de lo que convendrá se
haga en lo tocante a la obra y edificio
de la dicha iglesia, que por mandado de
S.M. se manda hacer, los cuales se juntaron con S. Exa., e por mí el Secretario
yusoescritofue leída la Cédula Real de S.M. que fue dirigida a los dichos
señores Presidente e oidores en que dá la orden que se ha de tener en el dicho
edificio, cua data es en el Pardo, a cuatro de mayo de quiniento y sesenta e
nueve, e habiéndose leído por S. Exa. e los dichos señores arzobispos e oidores, e los dichos capitulares, se trató
y confirió sobre el orden que se debe tener en la obra y edificio de la dicha iglesia. E porque pareció que en la
parte e lugar donde se había comenzado a
plantar y sacar cimientos, no es tan cómodo como conviene, a causa del
perjuicio que podrían recibir las casas reales e calle principal que viene del
Hospital de Amor de Dios a la Plaza Mayor de esta ciudad, e por otros
inconvenientes muy notorios (Al margen: Acordóse
que se mude de donde está comenzada, a la Plaza Myor del Marqués sobre los
portales que llaman de Lerma, Norte Sur). SE acordó que plante y edifique en el lugar donde están los portales
que llaman de Lerma, tomando de la Plaza pequeña que está delante de las casas
del Marqués del Valle, lo que pareciere ser necesario a disposición del S.
Exa., e de esta Real Audiencia, Norte Sur, poniendo la puerta del perdón hacia
la Plaza Mayor, y el campanario a la cabeza de la dicha iglesia que se hubiere
de hacer (Al margen: Sea de tres naves
claras, y a los lados sus capillas
colaterales, cubiertas de madera.) e
que sea de tres naves claras y a
los lados de ellas sus capillas
coalterales yque todo se cubra de madera. (Al margen: Para sacar los cimientos se nombrarán oficiales.) Y en cuanto a los
cimientos que se han de sacar se nombrarán oficiales expertos y hábiles quelo
vean y den su parecer, para que conforme a lo que de ellos resultare, se provea
en ello lo que más convenga.
(Al margen:
La cobranza de lo que está repartido, ha
de ser desde el principio del año MDLXIX.)
En cuanto a la cobranza de los pesos de oro que
se han de cobrar para la dicha obra, atento que lo que está librado y mandado
cobrar es hasta fin del año de sesenta y tres, e desde entonces acá no se ha
librado cosa alguna, pareció que si de presente se mandase cobrar lo que
está por librar será en daño y pperjuicio de las personas a quien se
repartiesen por las necesidades que tienen, e porque se daría lugar que en los
pueblos de indios se echasen derramas y nuevos repartimientos, con lo cual los
naturales por no tener bastantes comunidades de donde lo pagar, serían vejados
y molestados y no lo pdrían cumplir. Se acordó que lo que está librado hasta
fin del dicho año de sesenta y tres, se cobre por la menos vejación que se
pueda, e lo que va a decir desde el dicho año hasta fin del sesenta y ocho, se
sobresea la cobranza de ello, de lo cual por el presente no se haga cobranza ni
repartimiento, e para lo de adelante se
libren y cobren los doce mil ducados que se mandan librar en cada un año por la
orden que antes se hacía, lo cual sea desde principio del año de quinientos e
sesenta e nueve, y esta orden se tenga en lo susodicho.
(Cuatro rúbricas.)
Ante mí.
Sancho López de
Agurto.-(Rúbrica.)
A.G.N., Ramo Reales Cédulas.
Dupliicados, vol. 47. Fjs. 427-427 v.
ESCRITOS
DE 1570
(Al margen:
El modo de cimiento de la Santa
Iglesia.-Sobre la obra de la Iglesia Catedral de esta ciudad.-Los pareceres de
los obreros.)
Muy
poderoso señor, Alonso Ruiz, maestro de cantería e vecino de la ciudad de Los Ángeles, digo que por mandado del Ille. Sr. Dr. Villalobos, del Consejo de S.M., me
fue mandado que yo declarase y diese mi
parecer acerca de los fundamentos que se
han de hacer para la fundación de la Santa Iglesia de esta ciudad, para sí
convendrá fundar los cimientos superficialmente o profundamente llegando con
ellos hasta el tepetate, digo es mi parecer que se abra todo el fundamento que tomare la circunferencia de la
dicha iglesia, hasta llegar al agua, y puesto en aquel peso de allí empiecen a echar sus estacas gruesas de viamel que vayan espesas
hasta topar con el fijo, dejando las cabezas de ellas todas a un peso, y por
encima se le eche una torta de amigo de
una tercia de grueso, muy bien pisado e maceado, y de allí se empiece a fundar
la dicha obra, haciendo todo el cimiento una cepa hasta un estado encima de la
tierra, lo cual vaya con su mezcla derretida de piedra crecida, como la que
está en la plaza para el dicho edificio, e se vaya haciendo todo ello
igualmente por sus hiladas gasta ponerla en el peso que tengo dicho, e de allí
se elija la obra con sus cimiento cruzados de cinco pies de alto, para que se
puedan hacer sepolturas para enterrar, y
de allí ariiba despojar a la obra de la dicha iglesia, porque todo lo
[ikegible] que arriba está dicho queda por cepa del dicho edificio, y juro a
Dios y a esta cruz en forma debida de derecho, que esto me
parece e lo que siento que conviene, y lo firmé de mi nombre. Alonso Ruiz.
En la ciudad de
México, atrece días del mes de marzo de mil y
quinientos y setenta años, ante mí el Secretario Sancho López de Agurto,
pareció Alonso Ruiz, maestro de cantería, e presentó este parecer, e juró por
Dios e por Santa María, en forma de
derecho, que lo en él contenido es lo que le parece acerca de los cimienntos
que se han de hacer, para la obra de la
Iglesia Catedral de esta ciudad. Testigos: Diego Tarrique, e Cristóbal
Osorio. Sanncho López de Agurto.
(Al margen Sobre el cimiento de la Iglesia de
esta ciudad.)
Muy
poderoso señor, Miguel Martínez, obrero
de las Casas Reales, y Juan Sánchez y Juanes de Ibar y Ginés Talaya, decimos
que por mandato del Ille. Sr. Pedro de Villalobos, del Consejo de S.M., nos fue
mandado que declarásemos y diésemos parecer acerca de los fundamenntos que se han de hacer para
la fundación de la Santa Iglesia Catedral que por mandato deS.M. se quiere
hacer en esta ciudad de México, para ver
y determinar si se harán los dichos
cimienntos superficialmente o profundamente, llegando con ellos al tepetate, decimos que habiendo conferido y platicado entre nosotros la
contra ypro de ello, nos parece queel pavimento de todo el edificio, comprendiendo vacuas y macizos, se saque de
una masa de su mezcla y piedra crecida desde la superficie del agua hasta un
estado sobre el suelo de la plaza,
estancándolo por debajo con sus estacas gruesas y espesa hastaponnellas en lo más fijo y
sobre esta dicha cepa se elegirán sus cimientos cruzados de
dos varas de medir de alto para los enterramientos y sepolturas que ha de
haber en la dicha iglesia, y de allí
empezará a despojar el edificio fuera de tierra, porque de allí para abajo
queda por cepa y carcanal deldicho edificio. Y este es nuestro parecer resoluto
por los daños y asientos que vemos hacer en los edificios que está fundados en
la tosca y tepetate donde parece no ser fundamento fijo. Miguel Martínez, Juan
Sánchez, Joanes de Ibar, Ginés Talaya.
En la ciudad de México, aquince días del mes de
marzo de mil y quinientos y setenta
años, ante mí el Secretario Sancho López de Agurto, parecieron Miguel Martínez, Juan Sánchez, e Juanes de
Ibar, e Ginés Talaya, presentaron este parecer e juararon por Dios y por
Santa María, en forma de derecho que lo
que en él contenido es lo que les parece
acerca del cimeinto que se sacar parala
obra de la Iglesia Catedral de esta
ciudad. Testigos, Diego Tarrique, e Diego Rodríguez, Sancho López de
Agurto.
Sancho López de
Agurto.-(Rúbrica.)
A.G.N. Ramo Reeales Cédulas. Duplicados. Vo. 47. Fjs.
431-432.
NOTAS
Toussaint, Manuel, La Catedral de México y El Sagrario Metropolitano, su historia, su
tesoro, su arte, México, Editorial Porrúa, S.A., 1973.
1.- Sariñana, Dr. Isidro, Llanto del Occidente en el ocaso del más
claro sol de las Españas. Fúnebres demostraciones que hizo, Pyra real que
erigió en las excequias del rey N. Sr. D. Felipe III el Grande, el Exmo.
Señor D. Antonio Sebastián de Toledo, marqués de mancera, Virrey de la Nueva
España… México, 1666, folio 35; Sariñana, Dr. Isidro, Noticia breve de la
solemne deseada ultima dedicación del templo Metropolitano de México. Celebrada
el 22 de Diciembre de 1668. F. 5. 2.- Acta de Cabildo de la Ciudad de México del 7 de septiembre de 1556. 3.- Zorita, Dr. Alonso de, Historia de la Nueva España, Tomo I.
Colección de libros y documentos referentes a la historia de América. Tomo
IX. Madrid, 1909, pp. 175-76. 4.- Archivo General de la Nación, AGN.-
Ramo Reales Cédulas. Duplicados. Vol. 47. Fjs. 408-409. 5.- AGN, Reales Cédulas. Duplicados, vol.
47, foja 427 vto. y 427v., Fjs. 431-432. 6.- Reproducimos dos documentos el primero
esta en el cap. Anterior, en el Apéndice. El arquitecto Luis G Anzorena
conoció indudablemente el tercer documento, pues lo cita, aunque de modo
incompleto, en su trabajo acerca de la
Catedral de México publicado en los Anales
de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, tomo XX, vol. 1,
México, 1913, pp. 68-69, en que reproduce trabajos de los antiguos números de
los Anales de 1869.; Anzorena, ARq.
Luis G., La Catedral de México.
Lectura de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, 1869.”Anales
de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México.” Tomo XXI, México,
1913. (Reproducción del cuaderno de “Anales” del segundo semestre de 1869). 7.- A.G.I., Montero, 6/5249-5267-5273-5277. 8.- A.G.I., Montero, 6/5287. 9.- Cartas de Indias, I-341. Las publica
por primera vez el Ministerio de Fomento. Madrid, 1877. 10.- Noticia tomada del A.G.N., tomo Historia, 112. A. García de Villaverde se
le pagarón 500 pesos por su obra el 8 de abril de 1585; a Martín Casillas 390
pesos y a Juan Arteaga 400 pesos el 21
de noviembre de 1585. Martín Casillas fue con el tiempo el arquitecto de la
catedral de Guadalajara; véase el Apéndice.
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CONTINUARÁ…..
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